Capítulo 22

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Córcega, Francia

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Córcega, Francia

Isla de Cavallo

Hotel & Spa Des Pecheurs


Durante la noche de aquel día, y cuando estaban por ir a cenar, en el camino de tablones de madera que conectaban los bungalows y la conserjería y el restaurante, la pareja se encontró con la mujer que Luka no quería volver a ver.

―Hola Luka, tanto tiempo sin verte.

―Hola Albertina.

―No esperaba encontrarte por aquí ―dijo y clavó la vista en Fiorella―. No sabía que estabas veraneando con tu nueva conquista.

―No creo que sea de tu incumbencia saber más de lo que estás viendo, por lo que nos vas a tener que disculpar, pero tenemos prisa ―comentó tajante.

―Por supuesto. Un gusto ―arqueó una ceja mirándola con atención.

―Lo mismo digo ―apretó los labios y dejándole ver su desprecio.

Pronto caminaron hacia el restaurante mientras que Albertina entrecerraba sus ojos y miraba con fijeza a la pareja. Estaba más que claro que quería tener su atención de nuevo, y esbozó una sonrisa de lado cuando comenzó a pensar lo que podría averiguar de él y sobre todo de ella.

Fiorella y Luka entraron al restaurante y se sentaron en una mesa para dos personas mientras conversaban por lo que acababan de pasar.

―Me habría gustado darle un sopapo, esa cara que tiene es digna de golpes ―dijo y él se río.

―No tienes que hacerlo, no me interesa y creo que nunca me interesó la mujer.

―¿Y por qué saliste con ella?

―Supongo que porque en ese momento me parecía atractiva pero con su manera de ser y el engaño, dejó de atraerme.

―Es bueno saberlo. Quiere decir que tengo toda tu atención ―respondió con entusiasmo.

―Por supuesto ―contestó y se levantó un poco de la silla para acercarse a su rostro y darle un beso en los labios.

―Luka... si alguien nos ve...

―No me importa ―volvió a besarla.

La joven pareja minutos después cenó con tranquilidad y cuando volvieron al bungalow, se amaron de nuevo y cayeron en un profundo sueño cuando terminaron. Los siguientes días a sus vacaciones en Francia finalizaron.


Florencia, Italia

La Toscana


Regresaron a Italia, donde el broche de oro sería en Florencia para instalarse en la casita que había adquirió el piloto por el problema anterior con el padre de Fiorella, en La Toscana.

Noches de Tormenta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora