Parte 9: Pirata y prisionero

268 10 15
                                    

9-Pirata y prisionero

**Byakuya**

Una habitación de paredes chillonas, una cama sin bisel, una mesilla llena de trastos. Es lo primero que veo cuando me incorporo de la cama ajena que suele ser mía las veces que yazco entre sus sábanas. Cuando no puedo más. Cuando necesito respirar. Cuando necesito escapar de mí mismo. Esto no es por diversión, sino más bien pura necesidad. Una necesidad a la que ya me he acostumbrado igual que la sombra que hay a mi espalda, acercando sus labios para besar mi hombro, haciéndome gruñir algo molesto porque sabe que no me gusta ser acariciado. Pese a ello insiste, y sus caricias suben de grado recorriendo mi corva con su lengua hasta llegar a mi rabadilla haciéndome jadear súbitamente.

-Para...por hoy es suficiente-

-¿Seguro? Aún sigues erecto aquí abajo...- unos dedos largos acariciando la longitud de mi polla semirrígida obligándome a cerrar los ojos y suspirar. Su risa sibilina adentrándose en mi oído, provocando mi ligero enfado mañanero. Es como decirle a un niño que no coja el caramelo que ya ha chupado. Un animal sin normas.

-Ah....- exhalo un jadeo algo sorprendido y dolorido cuando ese cuerpo más grande que el mío me voltea en la cama poniéndose sobre mí para morder mi clavícula y enterrar sus dedos en mi cabello revuelto. Giro la cabeza esquivando uno de sus fogosos besos lo que le hace chasquear la lengua molesto por mi rechazo.

-¿Qué ocurre, taicho? ¿No quieres jugar un ratito más al gato y al ratón?-

-No digas mamarrachadas. Quítate de encima ya- empujo su musculatura fuerte y tatuada obligándole a sentar el culo en la cama mientras resopla como un crío. Busco mi camisa tirada sobre la mesilla y empiezo a abrochármela mientras mi "amante" se rasca la cabeza provocando que los mechones rojos de su cabello se zarandeen inevitablemente.

-Hoy estás más arisco de lo normal. Casi siempre quieres repetir por la mañana-

-Este mes no-

-¿No sientes la misma necesidad? Es extraño...quizás tu libido esté bajando-

-Será gracias a ti- le miro de reojo viendo como mis palabras le han causado confusión. Dioses, si es que es un chico muy simple, por eso le escogí para esta "tarea".

-Mm...no sé si tomármelo como ofensa...o como un halago...-

-Si piensas tanto estallarás. No te esfuerces-

-¡Ey! He captado la ironía perfectamente ¡y soy un tío muy listo! ¿No he llegado a ser tu teniente?-

-Renji, no eres el único teniente de la policía bajo mi responsabilidad-

-Pero sí el único que te come el culo hasta dejarlo brillante- le miro furioso por ese comentario tan soez y le doy un codazo para alejarle de mí. Me satisface oírle toser intentando recuperar el aire mientras termino por ponerme los mocasines para largarme.

-¡Espera! Byakuya...oé, escucha- suspiro al notar cómo me agarra de un brazo para calmarme y procuro ceder sin alterarme más. Total, ayer se esmeró mucho en "tranquilizarme" y se lo debo. –No quiero que nos enfademos ¿somos amigos no?-

-Compañeros de trabajo-

-Folla-amigos-

-Renji.....-

-Ok, ok, volvamos al tema importante. A ti te pasa algo y me preocupa. ¿Alguna pesadilla?-

-Dormir contigo moviéndote ya es una pesadilla-

-¿tanto te duele el culo? Quizás fui muy brusco....- termino por volver a darle otro codazo que le deja sin aire y salgo de su estrafalario apartamento dando un portazo. ¡Kami! ¿Es que no puede dejar de ser basto ni un segundo? A veces me avergüenzo de estar teniendo sexo con un hombre que tiene la mentalidad de un mono ¿pero que iba a hacer? No hay ni un maldito mes en que no sienta esa necesidad que me impulsa a tener sexo desenfrenadamente hasta reventar. He probado a hacerlo solo, con juguetes, con películas ¡pero es imposible! Mi cuerpo siempre necesita ser penetrado al natural y recibir la simiente de otro macho. Dioses, suena como si fuera un enfermo o sátiro, pero no sé cómo explicar mi "celo" sin que alguien lo compare con la menstruación mensual de las mujeres. Eso sin contar con que tampoco me quedo del todo satisfecho, ya que para no quedarme en estado como todos los "omega" (odio esa palabra), tengo que golpear a mi amante para que no se le ocurra hacerme el nudo al correrse y preñarme. Cada vez es más difícil evitar que mi teniente corte a mitad porque se emociona demasiado en el acto.

"Mío"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora