Capitulo 1

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8 años antes...

Estoy rodeada.

Los mayores del colegio me han acorralado y no tengo manera de escapar.

El "motivo" que ellos utilizan para hacer esto, es porque, según ellos, las chicas gordas y feas como yo. No deben ser felices.

La estupidez humana me sorprende.

Mientras me empuja de un lado del círculo hacia el otro, escucho risas y burlas.

—¡Ey yo creo que sí la tumbas en el suelo nos la podemos pasar rodando!

Risas.

Más insultos.

Más risas.

Más ganas de morirme.

Pero me prometo no llorar delante de ellos.

Cuando el director se acerca para ver qué pasa todos hacen como que estaban jugando, y me dejan irme.

Me voy al baño y allí, me rompo.

En la actualidad.

Estoy en un círculo.

Tengo mi poco peso apoyado en una cadera.

La lanzan de un lado al otro del círculo.

Recuerdo que a mí también me lo hicieron, lo mal que se pasa, desea ayudarla pero en vez de eso...

—¡Ey yo creo que sí la tumbas en el suelo nos la podemos pasar rodando!

Todos rien de lo que acabo de decir.

Y siento que ella tiene ganas de llorar.

Me gustaría ayudarla, pero a mí nadie me ayudó. Me pongo en medio del círculo y alzo la mano llamando la atención, aunque no hace falta que haga nada todas las miradas están sobre mi.

Soy Kylie Mendes. La abeja reina.

—Chicos chicos chicos —levanto mis dos manos a la altura del pecho— vais a desperdiciar el tiempo libre con... —la miro con desprecio y la señalo— ¿Esta? —vuelvo la vista a ellos y alzo la ceja— se me ocurren mejores pasatiempos.

En el momento en el que empiezo andar todos se alejan de ellos y me siguen a mi hacia la cafetería.

Dentro de la cafetería todas las miradas son para mí, y mis dos amigas, mejor dicho mis falderitas. A veces me ponen nerviosa, nunca tengo su sincera opinión. Siempre dicen lo que quiero oír.

Por ejemplo, hoy les he preguntado que si mi cabello negro se dañaría mucho si lo pongo rubio, y me han contestado que no, por qué según ellas mi pelo es maravilloso.

No puedo con su lógica.

Llevamos a la mesa y hay una chica de primer año sentada.

—Quita pringada.

Ella me mira para contestar pero al ver que soy yo coge sus cosas y se va con miedo.

Río, dejo la bandeja y me siento.

Después de toda la mañana en clases.

Camino decidida hasta mi taquilla, mi falda de cuero negra está apretada, y una camisa blanca que me regaló papá me queda perfecta. Mis tacones negros suenan por el desertico pasillo.

Abro mi taquilla y me retoco el maquillaje en el espejo que tengo dentro, cojo mis cosas y veo que una pequeña chica se acerca a mi, o más bien a su taquilla.

Tiene el pelo pelirrojo y largo, me encanta. Unos grandes ojos verdes, son preciosos. Su nariz y pómulos están cubiertos de pecas, su cuerpo es pequeño pero tiene las medidas perfectas.

Lleva unos vaqueros y una camiseta que supongo que sera de su hermano por qué es de hombre y grande.

La miro mientras abre su taquilla y coge sus libros y deja otros. Me recuerda a mi. A mí cuando no estaba rota. Si no lo hubiera pasado tan mal, hubiera sido así de dulce, se ve que tiene buenas intenciones y sin darme cuenta estoy caminando hacia ella.

Toco su hombro y ella se gira para mirarme, veo pasar por sus ojos el terror y la sonrío.

—Ho-hola

Sonrío. —Hola, pelirroja. Soy Kylie.

—Leslie

Asiento y al ver que tiene miedo doy un paso atrás.

—Si necesitas ayuda solo dímelo.

Le sonrío y me doy la vuelta caminando hacia fuera.

En realidad no me gusta que la gente me tenga miedo, solo quiero ser la zorra.

Y que nadie se atreva a reírse de mi otra vez.

Que ningún chico quiera hacer ninguna apuesta sobre mi.

Que no vuelvan a pegarme.

Ni a humillarme.

En el fondo, puede que sí que quiera dar miedo.

Pero es su culpa, ellos me hicieron así.

The bad girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora