Una tranquila – por no decir monótona – mañana estaba nuestro castaño favorito despertando. Se sentía algo cansado o más bien preocupado.
– Han pasado 5 años desde la última vez que supe de Red – susurró para sí mismo mientras comía pesadamente su cereal.
Había noches en las que no podía dormir, sus pronunciadas ojeras le delataban. No entendía nada, ¿qué acaso Red no le quería? ¿Por qué no le hablaba? Le dolía todo, le dolía su indiferencia, sabía que no podía reclamarle, ya que ¿qué ha estado haciendo él todo este tiempo en ausencia de Red? Nada. Pero aun así, Green siempre había tenido la iniciativa, él es quién iba a visitarle, quién le escribía, quién le buscaba y quién se esforzaba por dejar su orgullo de lado para amarle libremente, ¿y qué es lo que hacía Red? Nada. El castaño había llorado noches enteras pensando que quizá Red le veía como juguete o ni siquiera le apreciaba. Se sentía deprimido y abandonado.
– Con 21 años y llorando por amor, ¿qué tan patético tengo que ser? – pensó para sí terminando su cereal.
En eso entró su Jolteon al comedor, por lo que veía se acababa de levantar, su despeinado y erizado pelaje estaba más desordenado que de costumbre; con un leve aullido le dio los buenos días a su entrenador y este le sonrió, abrió sus brazos para que el chispeante pokémon se subiera y así fue. Green le abrazó fuertemente, necesitaba consuelo, y nadie sabía de sus problemas amorosos con aquel misterioso campeón del monte plateado, él estaba consciente de que escucharía la típica sarta de palabras: "olvídalo" "no vale la pena" "no tienes que estarle rogando, ya te buscará" "si realmente te ama volverá a verte". Estaba llegando a su límite, estuvo tragándose sus sentimientos por 5 años, su preocupación, sus ganas de llorar, sus deseos de gritar que amaba a Red y en aquel momento estaba sollozando mientras abrazaba a su fiel y eléctrico amigo, era una pena que este no hablara.
Se separó de Jolteon, no necesitó palabras para saber a qué se debía el estado de ánimo de su entrenador. Él lo sabía, miraba directamente a esos ojos miel, queriendo transmitir su idea "buscaremos una vez más a Red, necesitan hablar". El cachorro eléctrico estaba determinado. Escapó de su regazo, corriendo al baño y Green le siguió, trataba de que se bañara de una vez, debían salir cuanto antes. El joven castaño entendiendo la indirecta pero directa propuesta de su inicial, fue por un par de toallas y abrió la llave. Estuvo pensando en la propuesta que los electrificantes ojos de Jolteon le dieron; ¿realmente sería buena idea buscar a Red una vez más? ¿Qué se supone que harían allá arriba? ¿Podría enfrentarle adecuadamente? Pensó todo detenidamente. Su pequeño acompañante después de todo podría tener algo de razón... Tenía que sacar al fantasma de Red de su vida y corazón, y no sería huyendo, sería enfrentándole por última vez, aunque, a su vez, quería verlo para lanzarse a sus brazos, decirle cuánto le extrañó y que hicieran el amor una vez más. Sacudió su cabeza negativamente, haciendo que destilasen y volaran diminutas gotas de agua.
Por su parte Jolteon estaba buscando la mochila de Green, buscó cambios de ropa y abrigo, por si se presentaba algún percance. También dejó la ropa limpia sobre la cama de su entrenador. Buscó a sus otros compañeros en el extenso patio lleno de vegetación en el que vivían, necesitaban partir lo más pronto posible.
Esta vez todo sería distinto, era hora de darle vuelta a la página, este sería el último capítulo de su vida con Red, debía enfrentarse a él para finalmente sacarle de su corazón y guardarlo como un bonito recuerdo en su mente, nada más que eso.
Repentinamente salió el castaño del baño con una toalla en su cabello y otra en su cintura, encontró un nuevo cambio de ropa y hasta los zapatos que se pondría. "Que consideración" pensó. Se vistió rápidamente, cepilló y secó su cabello, se lavó los dientes y salió al patio trasero donde ya estaban todos sus pokémon reunidos. Pensó cuidadosamente a quiénes debería llevar, sería un lugar lleno de desafíos, así que aparte de su eléctrico inicial, decidió llevar consigo a Arcanine, Aerodactyl, Tyranitar, Alakazam y Gyarados.
Estando listo, tomó una pokéball color rosa con unas nubes (Ensueño Ball) la guardó en su mochila que estaba algo pesada y sacó la pokéball de Aerodactyl para partir.
Había pasado cerca de una hora de la partida de ciudad Viridian al Monte Plateado. Estaba nevando levemente, al menos eso vio Green cuando montaba el lomo de aquel fósil volador. Aterrizaron en el pie de la montaña y regresando a Aerodactyl, entró.
El joven caminaba en los amplios y rocosos pasillos de la montaña, encontrándose muchos pokémon salvajes y derrotándolos fácilmente con Jolteon, lo que evitaba que otros se acercasen. Caminó y caminó, nadó y subió cascadas con Gyarados, cruzó oscuros senderos con la ayuda de Alakazam y su destello, rompió rocas con Arcanine y con la fuerza de Tyranitar movió rocas enormes. Subían, conforme esto pasaba, la temperatura iba disminuyendo y era más difícil respirar. Pero eso no iba a detener ni a Green ni a sus pokémon.
Notó que las rocas por donde pasaban estaban cubiertas de hielo y al final del pasillo había una luz, todo se veía teñido por ese hielo cristalino. Corrió tan rápido como pudo junto con Jolteon, y, del otro lado de dónde provenía esa luz, se divisaba una cama algo improvisada, un refrigerador o eso parecía hecho de hielo y roca y demás cosas que tendría una casa, muebles, adornos, comida, etc.
El castaño sentía que se iba a desmayar, realmente lo había hecho, estaba en el hogar donde Red residía. Caminó por aquella habitación cubierta de hielo y sin notarlo, pisó una figurilla de hielo que estaba en el suelo, el crujido que esta emitió resonó por toda la cueva e hizo eco. Green se sintió algo nervioso, pero debía ser fuerte para acabar con todo esto, se toparon con una puerta en esa extensa habitación y al abrirla daba la vista de un pequeño lago que no estaba congelado y decidieron ir hacia allá. El castaño a cada paso que daba sentía como el molesto cosquilleo en su estómago aumentaba, cómo si Red fuese a estar allí.
De repente su Jolteon paró en seco, se puso en posición de combate y emitió un gruñido, lo que capturó la curiosidad de Green:
– ¿Escuchaste algo? – Preguntó intrigado, pero para su sorpresa, Jolteon negó con la cabeza, pero liberó una leve descarga eléctrica que pasó a través del pasillo – ¿Sentiste corriente eléctrica? – y el pequeño cachorro asintió, lo que provocó un montón de emociones en el castaño: felicidad, miedo, nerviosismo, nauseas, desesperación y adrenalina.
De repente Green a causa de una acumulación de adrenalina, sale disparado al final del pasillo, donde lo ve, a Red, quién estaba contemplando a sus pokémon jugar en aquellas aguas termales, no los había notado, ni tampoco sus pokémon los habían notado. Jolteon disimuladamente, libera una descarga eléctrica hacia el Pikachu del legendario campeón, llamando su atención y volteando de repente a la entrada de aquella habitación, Red notando esto, voltea también y ve a Green quién estaba en shock por completo observándolo perdidamente.
Sin decir nada el de cabello café se levanta y se pone frente a Green quién al verlo de cerca se sonroja notoriamente; "cómo ha cambiado" pensó el castaño contemplándolo. Desde la última vez que lo había visto, era radical en el modo que había cambiado: era mucho más alto, se notaba que entrenaba ya que se veía ligeramente corpulento, aunque se notaba más en sus brazos, sus facciones eran más varoniles y maduras, su mirada había pasado a una fría, más su expresión de indiferencia. Los ojos cafés de red miraban intensamente a los miel de Green quién se puso más nervioso.
– Hola Red – dijo Green tratando de sonar lo más tranquilo que pudo.
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De vacaciones en Alola (Originalshipping) (Red x Green) (Namelessshipping)
Fanfiction-BASADA EN LOS VIDEOJUEGOS- Tras largos años de no verse, Green decide buscar a Red en el desafiante Monte Plateado, pues no podía seguir ocultando sus sentimientos. Una cosa lleva a la otra y de repente este par termina en Alola, donde, lo que ello...