Recuerdos empolvados.

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Aquel cálido ambiente se vio interrumpido cuando entraron más pasajeros, muchos tomaron asiento mientras otros salían a ver el mar y tomar fotos. Green observando eso recordó.

– Oye Red ven aquí – llamó.

El aludido sin hacerlo esperar un segundo, se posicionó a su lado, Green sacó su celular y tomó varias fotos juntos. Se detuvo a mirar las fotos y se dio cuenta de algo, Red tenía la misma expresión seria en todas las fotos, frunció el ceño encarando al de cabello marrón.

– ¡En todas las fotos sales con la misma cara! – regañó.

El de ojos cafés le miró confundido.

– Perdón por no tener otra cara – bufó.

– Al menos sonríe – se quejó.

– No me gusta tomarme fotos – admitió.

– Pues al menos conmigo vas a fingir que te gustan – reprochó – Y no te estoy preguntando, te lo estoy exigiendo – dijo divertido.

– Si me obligas a verme feliz estaré muriendo por dentro – musitó con una sonrisa.

– Puras excusas – musitó negando con la cabeza.

– No son excusas –

Green rió y se alejó. Dejaría de molestar a Red un rato.

– Realmente tengo muchas ganas de ver el mar, ¿no quieres venir? – le invitó.

– Green tengo mucho calor – dijo Red.

– Bien – dijo sereno – Estaré afuera por si cambias de opinión – musitó guiñándole el ojo.

Red sonrió, adoraba cuando Green era coqueto. Bueno, adoraba a Green fuera como fuera.

Cuando salió, el ferry comenzó a avanzar, emocionado se aproximó al barandal para ver el mar. Red observaba desde la ventana a Green.

El castaño no perdía detalle de nada. De reojo pudo notar como alguien se ponía a su lado, creyendo que era Red le dirigió la mirada, cayendo en la cuenta de que era alguien más, el chico comenzó por sacarle plática, de cabello castaño claro, ojos azules y piel nívea (entrenador guay de Alola).

– Hola, veo que no eres de por aquí – dijo el chico sonriéndole encantadoramente.

– Ummm no, vengo de la región de Kanto – dijo Green sencillo.

– Permíteme presentarme, mi nombre es Seth, ¿cuál es tu nombre? –

– Me llamo Green, Green Oak –

El chico quedó pensativo, aquel rostro y apellido lo recordaba de algún lado, sin embargo no quería dejar esperando al castaño, por lo que continuó:

– ¿Y qué hace un chico como tú en esta lejana región? – preguntó recargándose en el barandal.

– Bueno, supongo que sabes que en esta región iniciarán el proyecto del árbol de combate, soy uno de los invitados –

– ¿De verdad? – cuestionó sorprendido.

– Si – asintió – De hecho en este momento voy de camino al hotel, acabo de llegar a la región –

– Ya veo – dijo mostrando interés – ¿Qué te parece si te acompaño al hotel y te doy un tour personalizado? – preguntó coqueto.

Green se sorprendió, quedó estático unos segundos para después preguntar:

– ¿Disculpa? – cuestionó sonrojado.

El castaño no sabía qué hacer, se sentía muy incómodo, detestaba que le propusieran cosas así.

De vacaciones en Alola (Originalshipping) (Red x Green) (Namelessshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora