Ellos caminaban por las pasarelas del barco, uno al lado del otro, en un silencio incomodo, evitando el contacto visual. De pronto Verena se asomó a la baranda, posando sus manos en ella, mirando a la luna.
—Luna llena…— comentó por lo bajo al ver el astro.
Lugh se acercó y apoyó sus codos en la baranda, negó con la cabeza, a la vez que sonreía de lado.
—No… mañana lo será..— respondió con la misma actitud que ella, para luego atreverse a verla con descaro.— Ven conmigo a Brianna…
—¿Para qué? ¿En que crees que seré útil?— increpó la doncella, arqueando su boca en actitud despectiva.— ¿Qué haré si te atrapan? ¿Me pongo a gritar y usar mi poder para que ellos vengan a mi y tú escapes?
Lugh sonrió divertido.
—Es un buen plan.— afirmó dando crédito a la idea, pero luego cambió el tono de voz por uno más serio.— pero, en realidad te subestimas. Ambos sabemos en que serás útil, puedes verlos y predecir sus movimientos. Además de tener un gran poder… vamos, Verena ¿En qué desconfías?
Verena ladeó la cara volviendo al astro, meditó sus palabras, dándose cuenta que había algo más personal en lo que decía el druida.
—No eres sincero, ni contigo mismo, Lobo Blanco… dime la verdad ¿Por qué quieres que vaya?— le respondió imperturbable, viendo las nubes a los costados del barco.
Lugh arqueó una ceja ¿No era sincero? ¿Qué esperaba, que se arrodillada y le propusiera una boda? Suspiró.
—Sabes lo que quiero… lo veo en tus ojos, tú también lo quieres y necesitas…— le respondió de forma un tanto evasiva.
—Pero si no lo dices, es igual a que no exista…— comentó con una sonrisa burlona atrapando al Lobo en su propia trampa.— Bien dicen que, el pez muere por la boca …
—Bien dicen…— afirmó el albino, pensativo.— No sé como expresarlo…
—Si sabes… no te atreves— le comentó ella, acercándose a él con una actitud juguetona, sabia como envolverlo sin necesitar de su esencia.
Lugh la miró desconfiado, ya iba conociéndola bastante como para ver sus intenciones con rapidez.
—Eso no lo negaré… pero, si me atreviera a decirte las cosas que pienso, que siento y que ansío… ¿No seria peligroso? ¿Qué podría, yo, hacer para garantizarte lo que quiero? ¿Qué me garantizaría a mi que, ni tú, ni yo, sufriremos por eso? ¿Y tu bienestar? La situación es peligrosa como para que simplemente me atreva a decirlo.— argumentó, mirándola a los ojos, dolido por la insertidimbre.
La quería, atesoraba lo que ella le daba, pero temía por ella, por el futuro y por todo lo que podría pasar por ceder a su necesidad… o capricho.
—Sin embargo, vete aquí, pidiéndome que vaya contigo a Brianna ¿Qué ironía verdad? Lugh, los peligros están, lo digas o no, dudo que cambie la situación. — observó a la vez que se encogía de hombros, adoptando las mismas actitudes que el druida, para luego darse la vuelta de cara a él, alzando la barbilla para mirarlo a los ojos, prosiguió. — Todavía eres un niño indefenso en este campo, Lobo Blanco. Todavía te falta mucho por aprender, ya te lo dijo Rumpel. Las artes de Ang Mac Og no son muy diferentes a las de Morrigan… Puedo ver lo que quieres, pero necesito que lo digas.
Él bajó su cabeza, resoplando. En un intentó vago, la tomó por la cintura, atrayéndola a su pecho. Se acercó a su oído y le susurró con languidez.
—Tu presencia me hace sentir bien y quiero que esto se extienda un poco más.— comentó, tensando su mandíbula. Después de eso la soltó.
Ella se echó a reír, ante un albino un tanto desencajado.
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El Druida, Hijo De Ariadnae
خيال (فانتازيا)Lugh es un druida, el cual no tiene lugar de protección dado que viaja de un lugar a otro luchando contra temibles monstruos, espantando duendes y manteniendo el orden entre los clanes. Un llamado por parte de su padre, hará que vuelva a su hogar, p...