Saliendo del fondo.

23 1 0
                                    

Pov: Twisted.

Fecha: ¿?/¿?/1990.
Ubicación: Orfanato "Lil Angels".
Hora: 00:00 am.

Comenzaré donde me crié, creo que es lo correcto... Hace ya muchos años, veintinueve, si no recuerdo mal, fui dejado ante las grandes puertas de madera de un orfanato de los más precarios. En ese lugar, se supone que si dejas un niño, deberían cuidarlo y mimarlo hasta que sea adoptado... Un grave error pensar así, y más en ese lugar. Recuerdo todo como si fuera ayer... Una mujer me recogió del suelo, en el cuál estaba junto a mi hermano en una caja de cartón algo pequeña, aunque agradezco que fuera así, ya que supongo que me ayudó mucho a aguantar el frío.

-Tranquilos, pequeños...- Dijo una mujer viéndonos mientras sonreía un poco y nos mecía con suavidad a ambos aún dentro de la caja. -Estoy aquí para ustedes... Prometo cuidarlos por mi cuenta, las mujeres de aquí son todas malas... Y podrían llegar a lastimarlos.- Acarició nuestras cabezas con ternura, como si ya nos hubiera adoptado a ambos.

Los años pasaron, y el tiempo nos llevó a la edad de los seis años, cuando fuimos recogidos por esta misma mujer, cuyo nombre era "Elizabeth Parks".

Fuimos llevados a su hogar, donde nos esperaba un hombre fuerte, grande, musculoso y de un cabello corto color marrón claro. Él afirmaba llamarse "Nichigiro Anata" y no tardó mucho en darnos nuestros nuevos DNI, en los cuáles indicaba nuestros nombres. "Nomore Anata", mi hermano, y "Senichi Anata", yo.

Aquél hombre ocultaba detrás de él una jovencita de nuestra edad. Me acerqué a ella lentamente, extendiendo mi mano hacia ella mientras sonreía con dulzura. Aceptó el saludo y devolvió la sonrisa mientras corría hacia mí para luego abrazarme con fuerza. Correspondí el abrazo con algo de timidez y no dije ni una palabra.

+Hermanito...

-H-Hermana...

~¡No me dejen afuera!.~ Exclamó Nomore para luego abrazarnos a ambos fuertemente. Ambos lo vimos y reímos manteniendo el abrazo, deseando no soltarnos jamás.

La historia continuó, y continuó, y continuó. Pero yo diría que quedará todo para la siguiente parte. Mientras, deleitence con estos niños tiernos mientras sea posible. No los volverán a ver de esta manera.

La historia de los Anata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora