La historia de los Anata.

Hogar, dulce hogar.

Pov: Twisted.

Pasó una semana desde el inicio de mi relación con Elizabeth. Ella comenzó a vivir en mi apartamento, y se la ve siempre feliz con su nueva vida como humana. De vez en cuando nos acostábamos en el sofá y nos dábamos mucho amor, a besos y abrazos. Llegar del trabajo y verla leyendo su novela favorita mientras toma café con tranquilidad, me hace sentir bien. Me hace sentir que lo estoy haciendo bien, y que no fallo en nada.

Me acerqué a ella y me senté a su lado, abrazándola con ternura. Al fin tenía el amor que necesitaba hace mucho tiempo.

E: Hehe, ya lobito, aquí estoy para tí.

T: Mi amor... Te amo tanto.

E: Y yo a tí, tonto, ¿Ronda de besos?

T: Por favor.

Reímos con ternura y dejó sus cosas a un lado, rodeando mi cuello y empezando a besarme con cariño, beso el cuál correspondí. La recosté en el sofá y el beso siguió y siguió, volviéndose de a poco más apasionado.

E: Mm...~ T-Twist... Detente.

T: ¿Pasa algo?

Me quedé viéndola detenidamente con curiosidad. Su rostro estaba rojo y se la veía nerviosa, tímida, y sobre todo preocupada.

E: S-Sé que quieres hacerme el amor, pero tengo miedo...

T: ¿Por qué?

E: T-Tengo miedo de muchas cosas, amor... D-De quedar embarazada, de no poder satisfacerte, de que me duela... N-No estoy segura...

T: Pues puedo esperar, después de todo, tus deseos son mis prioridades.

Sonreí y volví a besarla, apegándome a su cuerpo con suavidad. Esta vez, nos besamos durante más tiempo, y pude calmarla un poco. Sus labios eran deliciosos, y no podía desprenderme de ellos. Aunque estaba feliz, también estaba preocupado, puesto que si no tenía sexo esa semana... No llegaría muy lejos, debido a mi alimentación dependiente de la reproducción.

Me pregunté a mí mismo si debía decirle como me alimento a ella y mi situación, pero me negué rápidamente porque no quiero hacerle el amor por compromiso, quiero que sea con amor... Así me cueste la vida. ¿Valía la pena morir por no alimentarme? Pues, si no es por mutuo deseo, creo que sí...

T: Amor... ¿Puedes prometerme algo?

E: Claro, cielo, ¿Qué cosa?

T: Cuando... Llegue este viernes y vayamos a dormir... ¿Me abrazas hasta que me duerma, por favor?

E: ¿Por qué preguntas eso?