La mafia como tal.

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Pov: Twisted.

Fecha: 15 de mayo de 2004.
Ubicación: Desconocida.
Hora: 12:03 am.

+Entonces... ¿Qué planeas hacer, hermano?

-No lo sé, Nomore. Aún tengo que seguir buscando un trabajo para poder ayudar a mamá.

+¿Y por qué no haces como papá y te apuntas en la academia de policía?

-No, ya dije que no quiero... Demasiado tiene papá con tener que retirarme cada día de la comisaría.

+Eso es porque peleas con los demás solo para impresionar a nuestra hermana.

-¡C-Cállate! Si papá se entera de eso me matará.

+Hehe, pero vamos... Ambos sabemos que te gusta Komaru.

-Nomore, o cierras la boca o te la cierro de un golpe.

+No tienes el coraje suficiente como para lastimarme.

*Levanté mi mano algo enfadado y lo miré desafiante, a lo cuál él sólo sonrió y cuando lo iba a golpear, me detuve y suspiré. Jamás lastimaría a mi familia, y menos a mi hermano. Es lo único que tengo de sangre, y mi única forma de encontrar a mis padres verdaderos.*

-Vámonos. ¿Hermano?...

*Miré hacia los lados intentando encontrarlo, pero ya se había ido. Solté un suspiro y caminé por las estrechas calles de aquél pobre barrio con algo de cuidado. En un momento el cuál no recuerdo con exactitud, noté que un auto negro de alta gama, un 0km por aquellos años me estaba siguiendo. Me encaminé por un callejón de mala muerte, el cuál para mi mala suerte no tenía salida. En aquél mismo momento, un grupo de hombres uniformados entró al callejón acompañados de un hombre alto, grande y lleno de joyas de apariencia demasiado costosas.*

-Niño... Hablemos. Tranquilo, no te haré daño.

+¿C-Cómo puedo confiar en tí?.- Dije levantando mis puños en caso de necesitar defenderme.

-Necesitas dinero, nosotros necesitamos a un empleado joven, fuerte, y temerario.

+¿D-De que trabajo estamos hablando?

-La mafia no es un lugar para niños, pero tú tienes toda una vida capaz de servirme a mí. Y tranquilo, este trabajo es más sano y mejor pagado que los demás. Pero deberás renunciar a lo que quieres, porque tus sueños se acaban una vez te conocen en este mundillo de la mafia.

+¿A qué debo renunciar al momento de entrar?

-A tu vida inocente, a las leyes, a los malos modales y a la pobreza. A tu familia no le faltará nada jamás. Al contrario, les sobrará la comida, los lujos, el dinero. Todo será de ustedes sólo con un "Acepto" de tu parte.

+¿Podré seguir estudiando, viendo a mi familia, y también a mi hermana?

-Eso y todo lo que quieras, podrás hacerlo. Pero cuando te conozcan como un mafioso, la policía estará detrás de tí siempre.

+Ya lo están... Hehe, vale, me convenció señor. Acepto, dígame cuando empezar.

-Es momento.

*Los acompañantes de aquél mafioso caminaron hacia el auto en el cuál venían y abrieron las puertas, dándome paso al interior del vehículo, el cuál estaba equipado con botellas de alcohol de alto costo, joyas en todos lados, monedas de oro, y todo lo que un millonario excéntrico tendría en esa época. Me llevaron hacia una mansión enorme en medio de la nada, mientras yo miraba aquella gran construcción fascinado. Bajé del auto con aquél hombre y entré a la mansión viendo todo el lugar.*

-Niño... Todo lo que ves, es el imperio que creé con este precioso trabajo. Ya no me ensucio más las manos con sangre, ni llevo armas encima porque tengo gente que lo hace por mí.

+Genial, aunque... ¿Debo matar en este trabajo?

-Pequeño, no te mentiré... La primera vez que tuve que matar, estaba asustado, pero si no tomaba su vida, esa persona tomaba la mía.

+Qué... Profundo... ¿Debo lastimar a más personas para crecer en este mundo como usted lo hizo?

-No, al contrario. Tu primer trabajo, será cuidar a mi mujer y a mi hija, Minara.

+Seguro, jefe, ¿Cuándo quiere que empiece?

-Primero... ¿Quieres ser parte de un experimento en el cuál estoy trabajando?

*Asentí rápidamente y sentí su mano tomando la mía, llevándome a un laboratorio dentro de la mansión, en el cuál habían muchos científicos experimentando con algo que parecían ser jeringas y unos lobos encerrados en celdas con paredes de vidrio. Me senté en una silla que me había indicado mi jefe y vi como amarraban mis manos a la silla, lo cuál hizo que lo viera con miedo.*

-¿Qué planea hacerme?

+Ahora escúchame... ¿Alguna vez deseaste ser tan fuerte como para defender a tu familia tú solo?

-Sí, quiero defender a mi madre y a mis hermanos junto con papá.

+¿Deseas tener la fuerza de un lobo, junto con su furia y su hambre?

*Sonreí y agaché la cabeza diciendo "Sí" a aquella pregunta, sintiendo rápidamente un pinchazo en mi brazo, era una aguja entrando en mi piel y pinchando mi vena mientras dejaba salir un suero dentro de mí. Sentí mis colmillos volverse más filosos, mis uñas más grandes, y mi hambre, crecer y crecer. Era un lobo más que un humano. Me solté de la silla con la fuerza que se me había otorgado y me levanté, estreché mi mano con la del jefe y sonreí nuevamente relamiendo mis colmillos con una tortuosa lentitud.*

-Jefe mío... Prometo lealtad hacia usted y su familia. Y juro, que no se arrepentirá.

La historia de los Anata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora