La llegada de Minemura.

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Pov: Twisted/¿¿¿???.

Fecha: 27 de octubre del 2011.

Ubicación: Apartamento de Twisted.

Hora: 8:35 am.

*Me encontraba en mi cama, sentado, solo en ropa interior y con mi cama toda desacomodada. La habitación, hecha un desastre. Minara se había dormido hace rato. Una hielera con dos botellas de champagne junto con unas copas se encontraban sobre la mesa de noche. En el suelo, mi ropa y la ropa de aquella chica que descansaba en mi cama, tirada en la misma posición en la cuál había terminado. En el suelo descansaba nuestra ropa, la cuál estaba desparramada por toda la habitación. Reí un poco notando a Minara despertar.*

-Vaya que nos divertimos.

+Mm... Cállate... Quiero dormir...

-No, no te dejaré dormir. Debes ir al trabajo.

+Déjame dormir... Me mata la cabeza de anoche...

-Si te dejas abrazar, prometo que podemos quedarnos un rato más.

+Ven aquí entonces, amor.

*Sonreí y me recosté a su lado nuevamente, abrazándola con dulzura por la espalda juntando nuestros cuerpos en aquél cálido abrazo.*

-¿Qué cargos me pusieron ahora como para que no quieras levantarte?

+Homicidio involuntario, saqueo de cadáveres y también otra cosa...

-¿Qué otro cargo poseo?

+Fabricación de sustancias ilegales... Concretamente las jeringas.

-Ugh... Pero amor, eso es para mi jefe, quiere tener un gen animal que le permita vivir más.

+Lo sé, lo sé. ¿Pero en quién vas a probar esas cosas? Porque yo no seré voluntaria de tus experimentos.

-Lo probaré en mí, quizás y también yo tenga algún beneficio.

+¿Sabes que eso puede matarte?

-Si no he muerto aún es por tus buenas labores como abogada mía.

+Ambos sabemos que solo pago a los jueces para que te dejen libre. Además, cada vez me tienta más la idea de entregarte a la policía.

-¿Me quieres entregar incluso sabiendo lo que pasa cada noche, tonta?

+Cállate, tonto.

*La vi levantarse de la cama y tomar la ropa del suelo, poniéndosela de espaldas a mí. Me levanté y me puse mi ropa nuevamente, ese conjunto de trabajo que tengo me encanta. Chaqueta negra, camisa gris oscura sin mangas, pantalón negro y zapatos del mismo color, incluyendo también mis guantes de motocicleta, que los usó como decoración más que nada.*

+¿Me enamoré de un mafioso o de un asesino a sueldo?

-De mí, no de mis empleos.

+Odio cuando tienes razón.

*Reímos a la vez y le di un pequeño beso, caminando hacia la habitación donde tenía las jeringas listas para su prueba.*

-¡Amor, ven aquí!

*Exclamé, acomodando las jeringas una al lado de la otra cuidadosamente.*

La historia de los Anata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora