Frente a las puertas de la guerra.

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POV: Twisted.

Fecha: 24 de Octubre, año 2017.

Ubicación: Desconocida.

Hora: 9:30 am.

*Me encontraba en medio del bosque, en una caseta o bueno, casa pequeña de un solo ambiente. Las paredes, estaban casi completamente sin revocar... El frío dentro del lugar se sentía en cada esquina. Todo el lugar, era completamente lúgubre, o casi en su totalidad. La suciedad y la falta de higiene, volvían el lugar en algo cercano a una sala de tortura de algún psicópata y asesino en serie. Dentro de aquella "casa", habían: un colchón sucio y pequeño, una mesa de madera hinchada por la humedad, una silla de metal algo desgastada, y un retrete que de alguna que otra situación podía salvarme a la hora de realizar mis necesidades básicas.*

(Mine: Oye... ¿Por qué no consideras en volver al mundo exterior?... Entiendo que te consideren muerto y que si apareces todos querrán matarte, pero serás una leyenda. El hombre que volvió de la muerte.)

-No lo sé... Tengo tanto en mente, Sólo Minara y una niña saben que sigo vivo, y prefiero que se quede así.

(Mine: Minara Slovanni ya no quiere verte casi, vino un par de veces para verte y se fue siempre enojada, porque no quieres volver con ella. Y esa niña sabe quién eres, y quiere ser tu aprendiz. No sería mala idea, si no vas a tener una hija, al menos cria a una pequeña para que pueda ser tu sucesora.)

-Ryo es una niña muy buena, no quiero que ella se pudra de la misma manera en la que yo lo hice.

(Mine: Tú también eres un buen tipo, y siempre lo fuiste... Al menos considera salir de nuevo, y reintégrate a la vida. Aquí morirás y no habrás hecho nada.)

-Ugh... Tienes razón, ya qué...

*Suspiré y tomé mi antigua pistola, la cuál no había sido disparada en años. Mi cuerpo, estaba completamente fuera de forma, apenas podía mantenerme en pie. Abrí la puerta y salí, notando que era mediodía, el cielo estaba despejado y los pájaros no paraban de cantar y de revolotear. El mundo era hermoso, y por un momento... Me había olvidado de todos los problemas que cargaba. De repente, vi a Minemura frente a mí, y me quedé con la mirada en ella, completamente sorprendido.*

-Mine... ¿Qué haces aquí?... ¿C-Cómo saliste de mi mente?

+Tranquilo, toma. Dijo extendiéndome unas pesas, ropa limpia y dinero. Úsalos bien, y prepárate... Tengo el presentimiento de que se viene algo grande... Te conseguí un apartamento en las entradas de la ciudad, puedes vivir allí hasta que te recuperes.

*La abracé con fuerza y sonreí. Pasaron los meses, unos cinco meses exactamente. En ese tiempo, no paré de entrenar ni un momento, y tampoco dejé de alimentarme de la forma correcta gracias a la comida que me traía Minemura mensualmente. Volví a estar en forma en ese tiempo, pero decidí seguir con la rutina de ejercicios para mantenerme con fuerza en caso de necesitarla.*

-Wow...~ Hablando de cosas sexys, mírate como estás.~

+¿Mine? No sabía que estabas aquí. Gracias por el cumplido.

-Por tí, me haría hetero si pudiera tenerte.

+¿No eres hetero?

-Nope... Soy lesbiana, tonto. Como soy una "representación" de tus sentimientos, también siento la misma atracción que tú por las mujeres.

+Wow, esa no me la esperaba.

*Sonreí y la abracé, viéndola desaparecer entre mis brazos. De pronto, se encendió la televisión mostrando una campaña militar, junto con la imagen de una mujer peliblanca y de ojos rojos carmesí, de unos quince años aproximadamente. Tenía las insignias de soldado de honor, y por lo tanto, deduje que era una Cabo Mayor.*

Televisión: En otras noticias, una joven cadete cumplió con éxito una misión de espionaje, la cuál no podrían haber logrado sin alguien tan experimentada como ella. También, se filtró una teoría que dice que podría ser la hermana del mafioso que murió hace años, Twisted Anata. Ella niega todo tipo de vínculo con él, incluido familiar y de haberse conocido, estas fueron sus palabras.

"Yo no conocí al Anata, ni tuve jamás un acercamiento a él. No tuve la oportunidad de conocerlo, pero seguramente él habría sido un buen oponente. Que en paz descanse, y que se pudra en la tumba que él mismo cavó."

(Mine: Uy, Anata, ya te dieron por muerto... ¿Jum? ¿Y si les hacemos la guerra?... Tú contra su mano derecha... Oí que se llama Violet Jones, y que es presa fácil en el combate cuerpo a cuerpo.)

-No lastimaré a una mujer, ni loco.

(Mine: Deja de ser tan caballeroso, y prepárate para correr...)

-¿Por qué debería correr...?

+¡FBI, ABRAN LA PUERTA!

*Los golpes a la puerta comenzaron débiles, pero eran cada vez más fuertes, llegando a doblar la puerta con cada patada que daban. Salí rápidamente por la ventana y subí al tejado por la escalera de emergencia mientras veía varios helicópteros volando por sobre el edificio, los cuáles tenían hombres armados que disparaban de vez en cuando hacía mí.*

-Mierda, mierda mierda.

(Mine: Parece que estás jodido... Es una pena...)

+Bravo, bravo... ¿Haciéndote pasar por muerto creíste poder escapar?

*Levanté la cabeza viendo a la mujer de cabellos morados casi de tono lavanda, Violet Jones frente a mí mientras aplaudía con lentitud, acercándose a pasos cortos. Desvíe la mirada notando un edificio de un piso más bajo justo detrás de mí.*

-Supongo que no pude hacerlo.

+Es una pena... ¿Por qué los hombres guapos siempre son los malos?

-¿Así que te parezco lindo? Vaya halago, gracias.

+No hay de qué... Aunque de poco te servirá tu apariencia tras las rejas.

-Y a tí de poco te servirán tus amenazas cuando me salve de nuevo.

*La empujo haciéndola caer de espaldas, saltando al edificio y entrando por la escalera de incendios a una de las habitaciones.*

(Mine: ¡Escóndete en el armario, seguramente piensen que te fuiste del edificio corriendo!)

-Confío en tí.

*Dije escondiéndome en el armario, sin saber que me depararía aquella decisión incuestionada.*

La historia de los Anata.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora