짐슈 Primos » jimsu.

18

Los meses pasaron lento, tal y como el castaño lo había predicho. En numerosas ocasiones quiso tener la habilidad de controlar el tiempo, simplemente para apresurar el mismo y llegar con más prisa hacia donde su primo-ahora-novio.

Mediante el paso de los días, el par experimentó por primera vez el dolor de una relación a distancia. Compartían llamadas telefónicas todas las noches, en la cual estaban por un mínimo de dos horas, más muchas veces se quedaban dormidos al teléfono y podían durar hasta quince horas compartiendo una llamada.

Hoy era el día en el que los Park realizarían la mudanza. JiMin le habló a su madre respecto a su orientación sexual y esta lo tomó bien. Sin embargo, no le había contado el detalle de que su primo era su novio; ella simplemente sabía que el castaño mantenía una relación a distancia con un chico.

—Papá. —llama JiMin al mencionado, el cual se encontraba desempacando una de las cajas grandes que había dejado el camión de mudanza, captando su atención. —¿Puedo correr a ver a YoonGi dos minutos? —pregunta ansioso, moviendo sus piernas de un lado a otro.

El mayor sonríe al ver a su hijo así y asiente, después de todo era el momento más esperado para él.— Claro, hijo y si puedes tráelo aquí, así nos ayuda con las cajas.

JiMin sonríe y asiente antes de irse y encaminarse hacía la casa de su primo.

Mientras tanto, un blanquecino chico se encontraba sentado en su escritorio, mordiendo sus uñas por lo nervioso que se encontraba. JiMin le había dicho hace unos días atrás que hoy sería el día en que se mudarían a Daegu y claro, estaba esperando algún mensaje por parte del menor para saber si ya habían llegado.

No iba a mentir, estaba muy nervioso y emocionado por volver a ver a su primo, ahora novio. Incluso se había arreglado para la ocasión, ya que quería estar presentable para él, incluso aún llevaba la cadena que le había regalado hace unos meses atrás, la cual cuidaba con su vida.

Levantándose del lugar donde de encontraba, fue camino hacia su espejo de cuerpo que había en su habitación y se miró fijamente para luego sonreír.

—Sí, me veo aceptable.

Tras YoonGi haberse auto aprobado, su puerta se abre de golpe. Este gira sus ojos, pensando en que su madre era la única persona que hacía eso, pero al voltear no pudo evitar sorprenderse al ver a aquel chico del cual se encontraba perdidamente enamorado.

Una gran sonrisa adornaba el rostro de JiMin, quien cierra la puerta detrás de sí antes de recibir al blanquecino en un fuerte abrazo, restándole importancia lo demás.

—Por fin. —el castaño susurra con voz temblorosa, luchando por controlar sus emociones.

—JiMin. —dice, no queriendo soltar nunca más al nombrado.— No sabes cuánto te extrañe, amor. Estaba esperando a que me enviaras un mensaje para irte a ver, pero no me esperaba esto, realmente me has sorprendido.

—Sorprenderte era mi intención. —susurra, soltando una risilla.

—Y vaya que lo hiciste, Park. —admite, separándose un poco de él.— ¿Qué tal llegaste? ¿Todo bien? ¿Qué tal tus padres? —comienza a preguntar el mayor, preocupado por todo el tema de la mudanza, ya que él había pasado por eso, y sabía que podía ser un tanto estresante.

—Sí. —afirma, tomando asiento en la cama del blanquecino. —Todo está en orden. Mis padres son más comprensivos conmigo desde que les hablé sobre mi orientación sexual. Desde ese entonces, mamá no ha vuelto a mencionar a ninguna chica. Ya conoces el alivio que siento, ¿no? —comenta, mirando alrededor, recordando cada detalle de aquella habitación, viendo cuánto ha cambiado desde la última vez que entró.