Éxtasis (5)

Luna 64

Voluntad inquebrantable.

Vania: (narrando)–ya que era el último día antes de volver a Marmor para la boda de Philia, quería aprovechar la noche pero antes de que comenzáramos con lo nuestro fuimos interrumpidas, Minerva entró por el ventanal con una hoja en las manos.

Minerva: ¡su alteza, lamento llegar a altas horas de la noche pero necesito que firme un permiso para que Lili pueda ir a las excursiones fuera del área de la escuela!

Vania: está bien, por otro lado ¿quieres disfrutar una noche con nosotras?, debió haber sído un muy largo viaje hasta aquí.

Minerva: (sonrojada)–me gustaría pero no puedo, yo pude encontrar a mi persona predestinada y él me está esperando.

Vania: (feliz)–¡no puedo creerlo, estoy realmente feliz por tí y cuando volvamos tienes que presentárnoslo cuando volvamos!

Emili: (puchero)–¡se supone que estoy recibiendo mi recompensa por mí arduo trabajo!

Vania: lo siento...aquí está, ya puede irte.

Minerva: nos vemos mañana.

Vania: (narrando)–Minerva se fue volando, ella salió por la ventana por la que había entrado.

Vania: ¿en qué nos habíamos quedado?

Emili: en la noche de pasión.

Vania: (narrando)–retomamos nuestra noche de pasión, nuestras colas se entrelazaban al igual que nuestras manos, lentamente me acerqué a su boca y nuestros labios se deslizaban entre sí, era la primera vez en mucho tiempo que sentía algo parecido al amor, no pude evitar llorar como si estuviera frente a él y curiosamente ella también estaba llorando de felicidad.

Vania: (llorando)–¡gracias, gracias por todo!

Emili: (llorando)–¡no, yo soy quien debería agradecerte, su majestad me dió una nueva familia y también está buscando a mi querida hermana. Yo te lo debo, todo lo que tengo y lo que recuperé!

Vania: (narrando)–luego de ésta emotiva escena empezamos a ir en serio, mientras nos besábamos mi mano derecha estaba tocando su pecho de manera delicada y la izquierda se deslizaba lentamente por si cuerpo hasta llegar a su parte inferior. Mis deseos se deslizaban entre su labios laterales y ella hizo lo mismo con mígo, ambas estábamos dando todo nuestros sentimientos, luego de un tiempo nuestras colas empezaron a rozar esa parte como si fuera un miembro viril y después penetraron hasta llegar al fondo chocando con nuestros úteros, con cada movimiento aumentábamos la velocidad.

Vania: (extaciáda)–¡me voy a venir!

Emili: (extaciáda)–¡hagámoslo juntas...ya viene...hhhaaaaa...

Vania: (extaciáda)–¡hhhaaaaa....

Vania: (narrando)–quedamos muy cansadas así que nos dormimos abrazadas con nuestras alas envolviéndonos, decidí llamar a Kama para ver qué hace Pantra ya que ambos son un solo ser separado en dos.

Vania: ¡Kama, ¿que hace Pantra?!

Kama: ¡muchos espías trataron de seciestrárla pero ya están muertos!

(Pvo Lilineth).

Lilineth: (narrando)–me desperté cuando el sol ya había salido, las mucamas estaban empacando nuestras cosas para regresar a la capital de Apócrifo. Afuera de la mansión ya estaban los carruajes listos, salimos e inmediatamente partimos y en el camino hablamos sobre lo que haríamos cómo Philia que quería entrar en la academia Siphir, la academia especializada del reino Aphys.

Lilineth: (curiosa)–si tenemos academia no entiendo¿para qué fuí enviada a Grand Skiller?

Vania: eso es porque nuestra academia se ocupa de los estudios especializados mientras que la academia de las brujas se ocupa de la primaria y secundaria.

Lilineth: (narrando)–luego de un viaje de horas estábamos de regreso ya estábamos en Marmor pero la capital lucía diferente, estaba mucho más brillante y habían flores por doquier. Todo estaba listo para la boda entre Philia y el primer príncipe de Belion, Sanders Belion el cual llegaría ésta misma noche, en el castillo regresamos a nuestro cuarto pero Philia decidió arrastrarme al suyo.

Lilineth: debes de estar nerviosa, mañana te vas a casar y tal vez vayas a tener hijas tan lindas como tú.

Philia: (llorando)–¡no quiero, yo te quiero a tí como mi esposa!

Lilineth: pero....no podrás tener una vida normal como la mereces si yo estoy en ella.

Philia: tu eres mi vida, aunque tú tienes catorce años y yo dieciocho, aún así yo no puedo evitar amarte desde el primer momento en que nos conocimos.

Lilineth: entonces mañana yo pelearé por tí, no te perderé.

Philia: Lili, me gustaría ver la espada que sacaste de la piedra.

Lilineth: está bien pero ten cuidado ya que también tiene mi anillo en el mango así que puede ser difícil sostenerla.

Vania: gracias....y lo siento.

Lilineth: (narrando)–Philia cogió mi espada y la clavó en mi pecho, ella estaba llorando pero sus ojos se veían vacíos, incluso si tenía la espada en mi pecho no había dolor y ni siquiera sentía la espada atravesándome.
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