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Dipper estaba por estar sin dormir dos días seguidos, cuarenta y dos horas sin dormir para ser exactos

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Dipper estaba por estar sin dormir dos días seguidos, cuarenta y dos horas sin dormir para ser exactos. Tampoco descansando, ni parando a respirar tranquilo y apenas había comido.

Sabía que en cualquier momento colapsaría, aunque deseaba no hacerlo muy luego.

Estaba ansioso en todo momento. La garganta en un nudo y con un vacío en su interior. Habían sido casi dos días malos, deprimentes y devastadores.

No había sabido algo de Mabel. Ninguna pista ni una noticia, además del polerón y un par de huellas en el suelo, que desaparecen de la nada y ya. Nada más.

A Dipper lo tenía desesperado.

La mayor parte del tiempo estaba en bosque y sólo volvía para saber si había alguna noticia en la comisaría o en la cabaña.

A este punto ya todos en el pueblo de Gravity Falls sabían de la desaparición de Mabel Pines, aquella chica extrovertida e inquieta que siempre traía una sonrisa junto con una risa escandalosa.

Dipper había contactado a sus padres teniendo la esperanza de que ellos dijeran que ella había llegado allá, pero no pasó y Dipper tampoco lo mencionó y sólo les preguntó cómo habían estado.

Gideon hizo su aparición con una gran manada de guardias, ayudando con la búsqueda.

Aunque Dipper y Gideon no habían tenido muy buenos términos, dejaron a un lado su enemistad y cooperaron todo lo posible. Todo por Mabel.

¿Estaría bien? ¿Dónde estaría? ¿Por qué había desaparecido? ¿Fue por voluntad propia o alguien se la había llevado? ¿Cómo estaría? ¿Tendría hambre? ¿Frío? ¿Miedo?

Aquellas preguntas se repetían una y otra, y otra, y otra vez en la cabeza de Dipper, provocándole dolor de cabeza.

Cuando llegó la noche del segundo día, Dipper todavía se encontraba en el bosque y tuvo que buscar la linterna en la mochila que traía consigo. Las manos le temblaban y aquello dificultaba tomarla, y soltó una maldición mientras una lágrima caía por su mejilla.

Era tan agobiante, frustrante y aterrador.

Apretó los labios con fuerza y limpió la lágrima, tomando por fin la linterna y escuchó una rama romperse detrás suya. Dipper alumbró hacia el lugar, con el corazón bombeante, pero pronto observó que era Candy y la pequeña esperanza sólo se disipó.

— Hey. — saludó ella, con una media sonrisa cansada.

Dipper movió la cabeza, llevando luego la luz hacia el camino y siguió su camino.

— Vamos a la cabaña Dipper. — Candy habló desde su lugar, apretando su propia linterna con ambas manos — Es suficiente por hoy, debes descansar.

Su voz salió rasposa, la garganta la tenía seca porque casi no había tomado agua. Sus pies dolían y también tenía un dolor punzante en la cabeza. Sus ojos estaban un poco hinchados porque la mayor parte del tiempo lloraba, preocupada y frustrada.

¿Dónde estás? | Gravity Falls | En CursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora