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En las noches de invierno seokjin podía sentir esa placentera calidez de estar en los brazos de jungkook, el frío le era de mucha ayuda, aunque bueno, verdaderamente no, lo odiaba, ya que solía enfermarse con más facilidad que en verano u otoño, ni siquiera en la primavera donde las flores abundaban y el polen invadía sus fosas nasales haciéndole estornudar como un loco desquiciado, pero de algo estaba seguro. No había nada mejor que estar abrazado a tu pareja, olía el dulce aroma de jungkook; durazno y Limón, esa simple combinación se le hacía tan adictiva.

La mayoría de veces hasta pensaba en "comerse" A jungkook por que su aroma lo dominaba de pies a cabeza en sus celos, o también cuando jungkook llegaba de la nada hacia él y lo envolvía en sus pequeños bracitos, o cuando se acercaba para morder su cuello. Su aroma le encantaba.

Así que, digamos que aunque seokjin odiase el invierno, podía sacar ventaja de el. Estar cerca de jungkook era su actividad favorita, besar sus labios, nariz, su frente, párpados y un sin fin de cosas más. No podía pensar en otra cosa que no fuera él, importandole poco al frío y que sus actividades diarias se vieran afectadas drásticamente. Pero nada que una Taza de chocolate caliente no arreglase. En esas reuniones el pequeño Omega no paraba de hablar, sus expresiones eran de felicidad o entusiasmo.

- Hyung, ¿alguna vez usted pensó en tener hijos?

O a veces, terminar con preguntas que dejaban perplejo al alfa. Sea cual fuese la situación, el invierno no era tan malo la mayoría de veces, si lo pasaba con el pequeño Omega, podía soportar lo que fuera.

 pequeño omega  ꜝꜞ jinkook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora