capítulo 5

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El caballero de Aries lo encontró aquel día, mientras se dirigía a ver al patriarca paso como era obligatorio por el templo de Piscis, en el cual sintió aquel inconfundible aroma de rosas y Sangre.

-Afrodita?... - se sentía alarmado, preocupado, así que decidió indagar que es lo que  podría haber pasado con el doceavo guardián del zodiaco, sus pasos se oían cual eco en el ambiente solitario del templo, ingresando al sector escondido donde tenía su habitación vio las pequeñas manchas de sangre en el suelo. - Afrodita! - ahora verdaderamente alarmado golpeó la puerta y al no recibir respuesta la empujó y forzó para poder entrar.

Ahí estaba el más hermoso de los 88 con un hilo de sangre descendiendo por la comisura de sus rosados labios, los pétalos de Rosa a su alrededor, Mu se apresuró a ver si su compañero seguía con vida, y por suerte así era, lo cargó y lo llevo hacia la cama parecía estar muy debilitado, pálido, pero no tenía ninguna herida notable en su cuerpo, a Mu le pareció muy extraño, y tras comunicarse con el patriarca solicitó permiso para cuidar del sueco, tenía un muy mal presentimiento.

Tras algunos minutos de inconsciencia Afrodita despertó, mareado, debilitado y confundido miro a su alrededor y se sorprendió de ver a Mu ahí.

-Aries?... ¿qué haces aquí? - pregunto moviéndose un poco en la cama, suspiro profundamente, sentía en ese momento que el respirar era verdaderamente doloroso.

-te encontré inconsciente en el suelo, ¿estas bien? Me diste un gran susto - dijo con la amabilidad que le caracterizaba, Afrodita asintio con la cabeza , no quería preocupar a nadie, mucho menos al buen Mu, además que verse débil y necesitando ayuda era bastante molesto para Afrodita.

No, no estaba bien, se sentía débil, se sentía agotado, cansado, adolorido, pero aun podía soportarlo, el quejarse con alguien más no le daría una solución, se quitó las mantas que le cubrían, y pudo notar que estas tenían un leve rastro de sangre, ¿era de Mu? Por supuesto que no, Mu se veía totalmente impecable y sin ni una sola herida, en ese caso la única opción era que esas gotas de sangre fueran suyas ¿qué le estaba sucediendo?

-deberías descansar, le informé al patriarca que te encuentras enfermo...

-no debiste decirle nada, estoy bien, sólo necesitaba dormir - ignoro totalmente a Mu, se puso de pie, y camino hacia su cocina.

-Afrodita... parecía que habías escupido sangre por la boca... eso es peligroso, en verdad estas bien? Tuviste algún resfrío o algo? Podrías tener neumonía, o quizás en uno de los entrenamientos te lastimaron, pero eso no es normal.

-ya dije que estoy bien, no es para tanto sólo fueron unas gotas - Afrodita respondió sin darle más importancia mientras se servía una taza de té -tengo asuntos que resolver, así que gracias por ayudarme, pero no te necesito - hablo seriamente mirando los ojos verdes de Mu, quería que se fuera, necesitaba pensar a solas, necesitaba poder hundirse en su desesperación y miseria por unos minutos para justificar su sufrimiento y luego seguir con todo tan orgullosamente como acostumbraba.

-quizás no seamos los mejores amigos Afrodita, pero... sea lo que sea que ocurre, parece que necesitas ayuda - susurro desviando la mirada, Mu era por naturaleza alguien caritativo, le gustaba ayudar a los demás aunque estos no quisieran su ayuda, pero tampoco quería entrometerse en la vida del último guardián, Afrodita era alguien bastante cerrado a las relaciones con otras personas, en su lista de favoritos parecía sólo tener a DeathMask y Shaka, claro que hablar con los demás no le era muy difícil, pero la relación interpersonal era más fuerte con ese par, y Mu se hallaba lejos de ser una opción confiable para Afrodita, se tenían con alta estima como compañeros de armas, pero ni siquiera llegaban a ser amigos, su relacion se basaba en uno que otro saludo respetuoso cuando se encontraban.

🌹PÉTALOS🌹 [Shaka x Afrodita] [Izo x Cardinale] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora