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Clint regreso junto al caballo, absolutamente mojado.

-Clint, lo prometiste- Natasha lo miro mal y continuo colocando bien las cosas del pobre hombre al que le robaron.

-menti-confesó de mala gana, mientras bajaba de su caballo un poco adolorido -yo creí que podría conocer el mundo antes de sacrificar mi vida a dios y a mi pais-

-y porque te detuviste- pregunto el hombre que le rogó porque vaya tras su pintura.

-supongo que por falta de convicción -camino hasta el hombre -cualidad que a usted le sobra. Además dijo que era cuestión de vida o muerte- recalcó molesto.

-está mujer lo es- comentó el hombre, abriendo la gran tela que Clint había recuperado, ahí, una hermosa mujer de cabelleras castañas con algo parecido a una sonrisa estaba pintada.

Clint lo miro desepcionado -se ríe de mi señor, como si supiera algo que yo ignoro-

-Mona tenía muchos secretos, yo solo pinte uno de ellos -confesó mientras cerraba la obra.

-el señor Stark a sido invitado como pintor e ilustrado en la corte- anunció Natasha, mientras subía a su caballo y tomaba las riendas con firmeza.

-¿Tony Stark? -preguntó asombrado Clint

-¿esperaba a Leonardo Da Vinci? -Tony Río -lo siento pero fui yo escogido y porque a Miguel Angel lo atraparon bajo un techo en Roma-

Clint rió dichoso -entonces al salir hacia Génova me encuentro con mi salvación en el camino- abrazo repentinamente a Stark -¡Señor! Usted es el fundador del pensamiento moderno y mi padre es un Rey anticuado. Usted hará entender que vive en el siglo 16-

-Capitana Romanoff, traduzca -pidió.

-El príncipe Clint está condenado a un matrimonio arreglado, entre otras cosas-

Y sin obtener recuesta del filantropo, todos cabalgaron camino al palacio, pero claro, primero Clint debía hacer una visita rápida.

Madam salió de su casa, asombrada por la repentina visita del príncipe.

-oh, su alteza-se inclino delante de Clint -Que encantadora sorpresa ¿a que debemos tan grande honor? -

Clint con muy mal humor respondió -le regreso su caballo, Baronesa.

-oh ¿como lo encontró?

-me tome la libertad de tomarlo esta mañana. Temo haber asustado a uno de sus sirvientes, un joven, con un brazo muy fuerte-

-él es mudo, su alteza

-¿en verdad?

-así es

-habla bastante fuerte- por algún motivo, una sonrisa nació en sus labios

-bueno, aveces lo logra- Madam Hydra apego una mano a su pecho y se inclino -pero como siempre, su alteza puede tomar todo lo que quiera, cualquier cosa-

-¡Oye tu...! -es escucho una voz molesta.

Dos señoritas salieron de la casa, una pelinegra y otra pelirroja.

-niñas- Madam las miro fijamente y las dos se quedaron plantadas en la entrada -aquí están.

-su alteza -ambas se inclinaron y miraron fijamente al príncipe.

-su magestad, le presentó a Veranke Tyeranx Sybil Dvoral de la casa Skrull- señaló a la señorita y está meneo sus rizos ocuros, balanceando sus pestañas en un lento parpadeo -y Nebula... -

La mensionada asintió, casi sin interés, pero sin borrar una sonrisa.

-señoritas, ustedes son muy hermosas -

CinderellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora