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Pietro limpiaba el jardín, con el sol sobre su cabeza, transpirando por el cansancio de haber trabajado desde el primer canto de la mañana.

—lo escuche de buena fuente—dijo Madam, a unos metros del joven —dicen que antes de tu penosa entrada el príncipe hiba a escoger a  Veranke como su esposa— fingía afilar una hoja con sus dedos. Pietro tiro el machete y tomó la cubeta que lo esperaba aún lado —los hombres son tan volubles ¿verdad?— sonrió maliciosa, al ver la expresión de desagrado en el rostro del joven —un momento estas escuchando asonetos y al siguiente de regreso a la cocina. Aunque debo decir que nunca te había visto trabajar con tanto ahínco —

Pietro recogió algunas verduras y camino de regreso a la casa —¿que le hace pensar que hago esto por usted? —

Madam hydra se plantó delante de él —pero mira nada más, estas feliz esta mañana—

—dejeme pasar

Madam coloco sus manos en su cintura y miró con superioridad a Pietro —tu te lo buscaste ¿verdad? —

—tengo trabajo que hacer.

—que lo hagan otros

Pietro enfureció y pasó empujando a la mujer —¡No comprende! ¡Ya ganó. Vaya a vivir a su palacio y déjenos vivir en paz! —grito frustrado, mientras se alejaba.

Madam lo siguió sin rendirse —tu ya no eres un problema para mi—

—¿eso me considera? —Pietro se detuvo y volteo a verla —¿un problema? — arrugó la frente y sintió un nudo en su garganta —¡he hecho todo lo que me ha pedido y siempre me negó la única cosa que quise en la vida!—

—¿que fue eso? —preguntó Madam de brazos cruzados.

Pietro dio unos pasos hacia ella —¿que cree usted? —ya no aguanto las lágrimas, pero sus ojos ardían de tanto llorar —usted es la única madre que he conocido. Hubo alguna vez algún pensamiento de que me amara un poquito —

Madam lo miró interrogante, para luego volver a su expresión fría y desinteresada en él —como se puede amar una piedra en el zapato —

Pietro asintió, mientras limpiaba su rostro, no dejaría que lo siguiera viendo llorar. Los gritos de emoción de Raven los hicieron girar sus rostros.

—¡Pietro, Señora! —grito desde la mansión —¡Vengan a ver, a regresado todo! —

El joven corrió rápidamente, siendo seguido por Madam, que no parecía muy sorprendida. Cuando Pietro llegó a la entrada principal de la casa vio como Peter le ordenaba a un gran grupo de hombres como debía dejar las cosas. Ahí de pie estaba Ultron, mirando todo de brazos cruzados.

—Señor Ultron, justo a tiempo —dijo Madam, acercándose al mencionado.

—todo está aquí Baronesa, traje hasta el último candelabro —

Pietro miró horrorizado como todo era devuelto —los libros de mi padre Erik, las pinturas de mi padre Charles ¡se las vendío a él! —gruñó enfurecido.

—si y ya regresaron — respondió con tono calmado —no debemos parecer pobres cuando venga el rey—

Pietro cerró sus ojos y tomó aire, volvió a mirar a Ultron —gracias, Señor. Esto vale mucho para nosotros—

Ultron sonrió y negó levemente con la cabeza—soy hombre de negocios, Pietro, no filantropo —

—no comprendo.

Madam rió secamente —no hiba a tenerte por aquí distrayendo al príncipe ¿verdad? —

—Madam Hydra y yo hemos llegado a un arreglo — indicó Ultron.

CinderellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora