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Clint por fin salió de su ensoñación, recordando la tristeza que lo envolvió durante el día —mi madre dijo que ibas a casarte—

Pietro negó  levemente —le informaron mal — Clint sintió su alma volver a él , mirando con desesperación al joven delante de él —pero hay algo que debo decirte ahora antes de que algo suceda—

—¿no estas comprometido?

Con una sonrisa divertida negó —no, no lo estoy —Pietro sintió alivio al oír el suspiro de verdadero alivio que Clint soltó.

—iba a cometer el mayor error de mi vida —confesó.

Los reyes miraban desde lejos. Steve arqueo una ceja y codeo a Thor —¿quién es él? —

Thor negó rápidamente, miró a su epsoso el cual blanqueo los ojos —Señora, usted conoce su nombre ¿verdad? —Loki miró a Frigga y está asintió sonriente.

—imagino que es él conde Xavier.

Los tres rubios abrieron la boca mientras asentian sorprendidos.

—¿quién? —preguntó Odin

Frigga hizo un gesto de negación con su mano —no, dejalo—

Siguieron viendo como los dos jóvenes mantenían una baja conversación, esperando que resultará favorable para el corazón del heredero al trono.

—ven—Clint tomó la muñeca de Pietro —quiero que te conozcan—

Pietro se resistió —¡no! Debo hablar contigo —

Clint sonrió grande —sea lo que sea, diré que si — y sin esperar más, llevo a Pietro por toda la fiesta, directo a sus padres y hermanos —¡Mira, mira! —señaló a un grupo de gente —invite a los Gitanos—

Madam tomó a Veranke de la muñeca y la llevó entrela multitud hasta donde se encontraba la familia real. Corrió detrás de Pietro y tomando una de las alas de su traje la arrancó con fuerza.

—¡como te atreves! —grito furiosa.

—¡señora calme se! —ordenó Clint.

Madam le dio un fuerte empujón a Pietro en el pecho —¡es un impostor, señor ! —

—¡No! —grito Pietro.

Madam camino hasta el príncipe —su nombre es Pietro Maximoff y a sido un sirviente en mi casa por diez años —

Odin dio un paso al frente —¡un sirviente, Clint! —miró molesto a su hijo —¿es esto una broma? —

Clint miró confuso a su padre y luego volvió a mirar a Madam Hydra—¡Madam esto es muy delicado! —

—pregúntele a él, es solo un ambicioso que lo a engañado, y es mi deber, su alteza, decir la verdad acerca de él —

El príncipe tomó la mano de Pietro —di a esta mujer quien eres ¡dice lo!

Nebula llegó en ese momento y quizo ir junto a Pietro pero Veranke le empujó de regreso atrás. Pietro quería llorar, Madam lo golpeó con abanico —inclinate ante la nobleza ¡insolente mentiroso!—

—Dios mio, no puede ser— murmuró Clint, al ver que el joven no hacía anda para callar a la mujer que lo acusaba y humillaba. Pietro regresó a verlo lentamete —¿Charles?

Las lágrimas cayeron por las mejillas de Pietro, mientras meneaba lentamente la cabeza en negación —Charles Xavier era mi padre — lloró, mirando con pena al príncipe —yo soy quien ella dice —

Clint miró a la Baronesa, la cual aún se mantenía sería y firme ante sus palabras, volvió su vista a Pietro, y recordó —las papas, eras tu—

Pietro se acercó pero Clint dio un paso atrás —puedo explicarte...—

—¡más vale que lo hagas! —grito Odin

El príncipe intentó juntar todo lo que pasaba, pero su mente se rehusaba a creerlo —primero, estas comprometido y ahora eres un sirviente. Ya escuche suficiente —se giro y se alejo del joven.

Pietro fue tras él —¡Clint, por favor! —le pidió en un grito.

Todos los invitados abrieron sus bocas sorprendidos y ofendidos. Como podía un sirviente cualquiera hablarle de 'tú' al hijo del Rey. Un anciano con lentes y bigote miró con pena al pobre joven, mientras abrazaba su a esposa.

Clint detuvo su paso y miró de reojo al joven —no se atreva a hablarme de esa forma, señor— se volteo completamente y miró con frialdad y autoridad al joven, el cual había empezado a llorar sin poder controlarlo —soy el príncipe de Francia y usted un simple sirviente —

Pietro no lo soporto más y salió corriendo, atravesó el largo camino a la salido, escuchando los murmullos de los nobles en su contra. Frigga se cubrió la boca, sorprendida por la actitud de su hijo, mientras Clint miró el rostro inexpresivo de Madam Hydra.

La fiesta aún no terminaba, y es por eso que Tony había vuelto, cruzando el camino de carruajes, vio a lo lejos como el joven Pietro corría apresurado fuera del baila, tropezando con la tierra y cayendo de lleno al suelo. Pero se levantó, aguanto los las lágrimas y los gritos de desesperación que querían salir de él, y continuó corriendo, realmente había permiso el interés en todo, ni siquiera le importa haber dejado uno de sus zapatos olvidado, realmente era lo último en su mente.

Tony lo vio irse así y luego miró el zapato el vuelto en verlas —¡Pietro!— llamó, pero el joven no respondió —¡Pietro! —insistió. Miró hacia el castillo y enseguida intuiyo lo que había ocurrido, tomó el zapato y subió las escaleras, directo al techo.

Vio sl príncipe sentadocontra las piedras del lugar de vigilancia de los guardias.

—¿que has hecho? —preguntó molesto.

—he nacido con privilegios y tengo que cumplir con mis obligaciones —respondió el príncipe más molesto.

Tony frunció el ceño —¡tonterías! —

Clint por fin lo miró —¡usted no sabe nada! —

El erudito golpeo el suelo con su pie —¡no, tu no sabes nada! —grito más fuerte —¿tienes idea de lo que hizo ese chico para venir aquí esta noche? —

—¡me ha mentido!

—vino a decirte la verdad ¡y lo hechaste a los lobos! —

Clint se puso de pie rápidamente, cegado oír la ira —¡que sabes tu! Construyes máquinas voladoras y caminas sobre el agua, pero no sabe nada de la vida—

—lo que se es que la vida sin amor, no vale la pena.

—¿y el amor sin confianza? ¿Eso que?

Tony lo miró fijamente, intentado hacerse entender —es tu pareja, Clint—

—tengo que servir a la corona y ya he tomado una desicion — anuncio enfurecido —¡no me retractare! —

Tony miro al cielo y respiro lentamente —entonces, no lo mereces — sin decir más, dejo el zapato de Pietro frente a él príncipe.

La lluvia azotó sin previo aviso el reina, bañando a todo aquel que estuviera fuera. Clint permaneció ahí, mirando como aquel zapato era bañado por las gotas de lluvia, mientras lo contemplaba con seriedad, sin entender aún sus emociones. Tomó el zapato en sus manos y se dejó bañar, aún perdido en sus pensamientos.

Así como él príncipe se quedó ahí, siendo envuelto en la gran tormenta, Pietro fue igual. Apenas logró llegar a la casa, no pudo más con sus penas, sentándose frente a la puerta, sintiendo su corazón quebrarse, mientras dejaba que sus lágrimas se mesclaran con las gotas de la fuerte tormenta sobre él.

CinderellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora