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Madam, Veranke y Nebula merendaban, teniendo una conversación algo enojada.

–¿cómo iba yo a saber que llegaría volando por la puerta? —cuestionó Nebula —se suponía que el se estaba casando —

—¿hablaste con el príncipe? —preguntó Veranke —¿qué te dijo? —

Nebula meneo la cabeza —bueno... No estoy segura, todo fue tan rápido —tomo sus cubiertos y miro sonrientes a su madre y a su hermana —pero creo que fue algo como: me lo merezco por escoger a una extranjera y no a alguien de tu casa—

Tanto Madam como Veranke rieron mirándose entre ellas —bueno, tal vez dejemos que hande por ahí unos cuantos dias— dijo divertida Madam, mientras tomaba su sopa.

El timbre de la casa sonó y las dos salieron corriendo, peleándose por llegar primero, Nebula las siguió atrás con una sonrisa en el rostro.

Veranke abrió la puerta y enseguida su madre la empujó.

—el rey Odin pide una audiencia con La Baronesa Ophelia y sus hijas — Quill les anunció. Haciendo que Madam no pudiera aguantar la felicidad —de inmediato —

—¿sucede algo malo? —interrogó Madam.

Quill negó —no, señora. El rey pide que se vistan de fiesta— comentó sonriente.

—¡iremos muy elegantes! —aseguró Madam, mientras ella y su hija corrían a sus habitaciones a arreglarse.

Nebula cerró las puertas con una sonrisa en el rostro.

Las dos mujeres se arreglaron y apresurado a los sirvientes, partieron al palacio lo más rápido que pudieron. Llegando casi antes de que el sol esté por ponerse.

Pasearon por enmedio de toda la Corte, mostrando sus mejores galas, todos los nobles las miraban, mientras ellas caminaron a prisa y se inclinaron ante sus magestades y sus hijos.

Madam Hydra se inclino, mientras sus hijas se quedaron a sus costados de pie.

—Baronesa, es cierto o no que le mintió a su magestad, la reina de francia— Interrogó Odin con severidad.

—escoja buen sus palabras, señora —indicó Frigga —porque pueden ser las últimas.

Madam se levantó y miró nerviosa a los reyes —una mujer haría cualquier cosa por el amor de su hija, sus magestades — Odin arqueo una ceja —tal vez yo...me exedi un poco —chillo.

Veranke abrió la boca con sorpresa —¡Madre pero que has hecho! —se paro delante de Madam Hydra y miró a ambos reyes con seguridad —como usted también soy una víctima, nos a mentido a ambas y me avergüenzo de ser su hija— declaró fuerte y claro.

Madam le dio un fuerte empujón —¡como te atreves a traicionarme, ingrata! —

—¡ya vio su magestad! Lo que tengo que soportar — se quejo Veranke.

Odin golpeó el suelo con su cetro —silencio las dos— ordenó —santo cielo—murmuró —¿son siempre así? —le pregunto a Nebula.

—peor—respondió segura la joven. Veranke la regreso a ver con rabia —su magestad —

Madam Hydra miró a su hija menor —Nebula, querida, no quisiera pensar que tuviste algo que ver con esto—

—claro que no, madre— la miró de arriba a abajo —yo solo vine a comer — desde su puesto junto al Señor Stark, Quill le felicito por su respuesta.

La reina detuvo el espectáculo —Baronesa Ophelia, perderá su título de nobleza y usted y su horrible hija se embarcaran a América en el primer barco que salga —Frigga declaró con severidad —a menos que por algún milagro, alguien decida hablar por usted —

Madam miró en todas direcciones, desesperada, aterrada, busco a todas sus conocidas que solo la miraban con frialdad y desinterés —parece que hay poca gente del pueblo —dijo intentando sonreír. Miró a un lado y vio a Peter y Wanda, junto a sus esposos, ambos jóvenes nisiquera regresaron a verla.

El rey Odin la miró entre cerrando sus ojos, listo para dar por hecho el veredicto de la reina.

—yo hablaré por ella— una voz detrás de ella la alertó. Conocía esa voz. Todos se inclinaron ante la llegada del joven. Veranke quiso quejarse pero también se inclino.

Madam volteo y se encontró con Pietro, quien ahora vestía como todo un noble y no sólo eso, si no que portaba en su cabeza una corona.

—ella es después de todo mi madrastra— Pietro camino hasta ella, hasta quedar frente a frente. Madam lo miró de arriba abajo y con todo su orgullo impidiendoselo, se inclino ante su alteza.

—su alteza... —murmuró entre dientes.

Clint corto el silencio de la Corte —Madam, Veranke—llamó a ambas son firmeza —permitanme presentarles a mi esposo—.

—Quiero que sepan —Pietro bajo su vista hacia su madrastra —que las perdono y de ahora en adelante no volveré a pensar en ustedes. Pero estoy muy seguro que ustedes pensaran en mi todos los días de sus vidas—

—¿cuanto tiempo será esto? —interrogó Madam, mirando entre Pietro y el suelo aún inclinada.

Pietro asintió —todo lo que pido magestad es que le muestren el mismo amor que ella me mostró siempre —pidió.

Odin asintió de acuerdo y sin esperar nada las envió a trabajar con las sirvientas del castillo, desde ese día hasta que sus vidas culminarán.

La vida de Pietro había cambiado, ya no viviría como un esclavo, ya no habría nadie que lo humille, ahora podría volver a ver a sus hermanos, podría ser libre.

Días después de la corte de su madrastra, el señor Stark anunció que pronto partiría, y mejor aún, Steve lo acompañaría, pero claro antes de irse quiso dejarle un regalo a Pietro. Todos se reunieron, todos ahora vivían en el castillo pues Pietro no quería tener a toda su familia lejos.

Ahí en el cuarto esperando ver la sorpresa que tenía Tony, estaban: Quill y Nebula quienes se habían juntado lentamente y aún lo hacían, Raven que ya no era más una sirvienta, era la dama de compañía junto con Peter, Wade también estaba ahí, ninguno como sirviente , Thor y Loki, el primero siempre feliz por su hermano menor y  Loki se había vuelto muy amigo de Wanda, la cual estaba abrazada de Visión en ese momento. También presentes Peter y Logan, abrazos, un poco apartados del resto.

Tony ingresó y por fin reveló la sorpresa para Pietro, era un hermoso retrato del joven, en el cual lo que más resaltaba eran esos ojos azul marino que harían perderse a cualquiera.

—Tony ¡es maravilloso! — abrazo a Tony enseguida, y él le devolvió el abrazo.

—considerelo mi regalo de bodas —

Wade rió y los tres hermanos lo regresaron a ver. Peter le dio un golpe en la cabeza a su inoportuno esposo.

—¿que?— Interrogaron los tres hermanos al mismo tiempo, acercándose al rubio con lentitud

—no puedo creerlo, su alteza, condes—rió bajito.

—si bueno —Wanda le pico la espalda apareciendo detrás de él, mientras Peter y Pietro lo acorralaban.

—nobles o no, todavía te podemos pegar —declaró Pietro y Peter asintió de acuerdo.

Los tres hermanos comenzaron a picarle y hacerle cosquillas a Wade,los demás presentes sólo reían y miraban con cariño a los jóvenes.

Clint camino hasta Tony —debo decir, Tony. Desperdicias tu talento, es demaciado hermoso, no se parece a él —Tony soltó una carcajada y Pietro lo halo del brazo.

—usted señor se supone que debe ser amable — le indicó Pietro, llevándolo hacia el balcón.

Clint tomó las manos de Pietro —y nosotros príncipe se supone que debemos ser felices, para siempre—

—¿quién dice?

—tu sabes, yo no se— Clint se inclino y capturó los labios de Pietro. Siendo este su beso de felices para siempre.

CinderellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora