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A primeras horas de la mañana, las campanas de la iglesia sonaron, dando inicio al día en el que rey hizo entrega de las invitaciones a todo su pueblo.

La invitación no tardo en llegar a la casa de Madam Hydra.

—¿noticias del compromiso? —preguntó con cautela al hombre frente a ella.

El hombrecillo se inclino hacia adelante para que Madam escuchara claramente la información —cancelado —afirmó. Madam Hydra sonrió —se rumora que debe elegir esposa para esa noche —

—eso no nos da mucho tiempo —la mujer lo miro preocupada —nesesitare saber— saco algunas monedas y las coloco en la palma del hombre — quien es la competencia, quien es la competencia, todos sus movimientos y cualquier otra pista que pueda darnos —entre cerro sus ojos y sonrió con malicia.

El hombrecillo sonrió y miro a los lados —jugará Tenis con sus hermanos, mañana al medio dia—

Madam Hydra sonrió y acaricio el rostro del hombre con lentitud—tan elegante piel, guarda tan poca amabilidad— su mano mano a su pecho y luego volvió a su rostro —me gustaría que en un futuro nos frecuentaramos más. Usted lo sabe —

—me estoy dando cuenta, señora— el hombrecillo sonrió y dio un paso al frente.

—cuando mi hija sea Reina, tal vez hagamos otros tratos. Como en el pasado — le guiño un ojo mientras cerraba la puerta.

Adentrándose en la casa, planeando su siguiente movimiento, mientras en el jardín. Pietro recogía la miel del panal.

—hubiera dado cualquier cosa para verte vestido de cortesano y hablando con el príncipe como todo un doncel —Raven sostenía el platón donde Pietro colocaba la miel que recolectaba.

Pietro entregó otro trozo, era algo dificil cortar el dulce con los guantes y la gran cortina de sombrero sobre su cabeza, pero debía tenerla si no quería ser picado por muchas abejas a la vez —Regañandolo más bien— corrigió —no puedo creer que le haya dado el nombre de mi padre. Pero bueno, el hombre es insufrible—

—si ya has dicho eso todo el día — Raven resoplo, alejando el platón, mientras Pietro cerraba con una tabla el enorme hoyo donde estaba el panal.

—bueno es verdad ahora, igual que en la mañana— cuando el panal estuvo cerrado y las abejas no eran una amenaza pudieron quitar el toldo de sus rostros y respirar mejor.

—Ah, querido, es la nobleza. Así nacieron.

—bueno, entonces supongo que el castigo por ser rico es que tienes que vivir con los ricos— llevando el tazón de miel se encaminaron a la mansión.

—apuesto a que es encantador —replicó Raven —una vez que lo conoces —

—Ja, apuesto que él y Veranke harían buena pareja.

—¡Muerdete la lengua! —grito Raven, deteniendo el paso de golpe y girando se a mirar a Pietro —el único trono que quisiera para ella es el que lavo todos los dias—

Pietro soltó una carcajada, mientras Raven trotaba a la casa, para dejar la miel en conserva.

Veranke y Madam había hecho un alboroto en la sala. Muchos vestidos regados en el suelo.

—¿que tal este? —preguntó Madam, mirando fijamente un vestido azul cielo.

—es azul—se quejo la chica.

—¿y? Clint ama el azul

—y, todas las chicas irán de azul.

Madam asintió de acuerdo con su hija —muy bien, Veranke.

CinderellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora