CAPITULO VI

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ESCAPE.

--¿Como te sientes al ser este tu ultimo dia vivo Shiroyasha?-- Ikeda Yaemon pregunto mientras entraba a la celda del peliplata quien se le quedo viendo por un momento para luego chasquear la lengua en disgusto.

--Se siente como estar encerrado en el baño, ¿por que no nos dejan tomar un ultimo vistazo al mundo exterior para irnos con una sonrisa? ¿eh? ¿Tan egoistas son?-- pregunto con una sonrisa burlona mientras el verdugo solo sonreia ante las palabras de Gintoki.

--Si lo hicieramos de esa forma todos los criminales esperarian con ansias su ejecucion y se olvidarian del miedo y del porque fueron encerrados inclusive se olvidarian de reflexionar sobre si lo que hicieron estuvo mal--

--¿Y si lo que hicieron no tenia nada de malo? Es decir, si solo siguieron sus sueños como el de proteger su pais, un amigo, un familiar o un maestro ¿por que tambien son considerados criminales?--

--Tanto las leyes como la persona que dirige este pais son los causantes de tu descontento, tengo conocimiento de que la mayoria de las personas que se encuentran en este lugar son todos inocentes, son solos personas que se rehusaron a bajar la cabeza ante una invasion y prefirieron lanzarse mil veces al campo de batalla que refugiarse en la politica y sumision para proteger todo aquello que amaban y que lo volverian a hacer si se llegara a dar el caso, pero ¿que puedo hacer yo?, si me rehuso a cumplir las ordenes del bakufu mi familia seria aniquilada--

--Hump como quisiera que el maldito sistema colapse, el maldito codigo bushido desfigurado e implantado a futuros samurais a lo largo del tiempo haciendoles creer que para ser un samurai tienen que poseer un titulo noble--

--Tambien me gustaria ello Shiroyasha y tambien me encantaria quedarme a conversar contigo mas tiempo pero tu momento de partir esta cerca--

--No me lo recuerdes--

El verdugo se levanto con una sonrisa acercandose a las rejas mientras dejaba caer las llaves de la celda y de las cadenas que mantenian cautivo al peliplata.

--Ups que descuidado se me perdieron mis llaves-- dijo con una sonrisa ante la mirada perpleja del peliplata.

--....--

--Se que dejarles ver antes de morir el mundo exterior nuevamente solo por un momenro seria egoista de mi parte asi que hace tiempo que decidi que podrian verlo hasta que se cansen y harten de este--

--Viejo ¿Por que?--

--El que puede regresar la humanidad a la persona que ha cometido un crimen y se ha convertido en un demonio, es otro humano, por lo tanto no puedo cortarte, un demonio no tiene derecho a matar otro demonio-- El verdugo expreso pateando las llaves hacia Gintoki para luego salir de la celda y perderse en el oscuro pasillo de esa prision, el peliplata rio en lo bajo por la suerte que teni, tomo las llaves y rapidamente se deshizo de las cadenas que lo mantenian cautivo para luego abrir la puerta de la celda y recorrer el pasillo sigilosamente estando atento si un guardia de turno apareceria, pero ese no fue el caso, no habia ni un solo soldado, parecia que el verdugo le dejo todo facil tal vez enviando a aquellos guardias a realizar un trabajo o vigilar otra parte por un momento cosa que agradecio Gintoki desde el fondo de su corazon, estaba seguro que se lo pagaria cuando haya pasado el tiempo suficiente en el que su nombre ya no seria recordado y solo seria otra persona mas.

Al salir de la prision fue deslumbrado por lo resplandeciente de aquel dia, se quedo ciego por un  momento maldiciendo a lo bajo por no haber peparado su vista para este momento pero a decir verdad hace unas horas no lo habria considerado necesario porque en sus planes nunca encajo el hecho de ser salvado por el mismo verdugo que tenia la orden de ejecutarle.

Al recuperar su vision comenzo a observar a su alrededor fijandose en que solo debia saltar un muro bastante alto, pero no seria un problema si encontraba un arbol cerca de este, objeto que localizo rapidamente a unos metros frente a el.

Tomo una bocanada de aire para salir corriendo en direccion a este y escalarlo rapidamente manteniendo el equilibrio entre las ramas para luego saltar el muro y aterrizar al otro lado de este donde se encontraba un frondoso bosque, Gintoki suspiro aliviado ya que eso significaba que se encontraba en la parte trasera de la casa Ikeda y solo con caminar unos minutos ya podria divisar la calle, sonriendo y comenzo a correr a pesar de que no habia comido bien durante el tiempo que estuvo encerrado pero su espiritu le impedia dejarse caer antes de llegar a la casa donde tal vez habria una pelinaranja quien le daria una paliza por tardar tanto mientras la abuela se reia de el pero eso no le importaba ya que sabia que luego de aquella paliza Kagura le daria un abrazo y la bienvenida que deberia haberle dado desde el principio y la abuela le prepararia una gran y merecida comida.










El fondo de pantalla perfecto no exis...



 

Creo que ya me enamore😍

Yo te cuidareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora