CAPITULO IX

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Gintoki y Kagura se encontraban a unos pasos de entrar al pueblo donde se ocultarian por un tiempo cuando la presencia de unos hombres que se encontraban acercandose a ellos hizo que detuvieran sus pasos.

--¿Forasteros?-- preguntó uno de los 7 hombres con una sonrisa fingida, gesto que no pasó desapercibido por el peliplata quién instintivamente puso a Kagura tras de él.

--Algo así-- Gintoki respondió fingiendo desinterés mientras observaba que aquellos hombres portaban katanas, pero no sé veían como soldados "desertores tal vez" pensó Gintoki vigilando todos sus movimientos.

--¿Vienes a visitar a un familiar muchacho?-- el mismo hombre preguntó soltando una risa que provocó escalofríos al peliplata, algo le decía que había peligro y todas sus dudas fueron resueltas al ver la mirada de la ojiazul quien le advertía con la mirada que debían tener cuidado de aquellos hombres. Gintoki intentó tomar su katana pero sonrió con ironía al recordar que los guardias de Yaemon se la había arrebatado, insultó  mentalmente mientras veía a sus contrarios reírse, solo quedaba cómo única opción actuar y esperar que no lo reconozcan o persuadirlos mientras se le ocurría un plan.

--Algo así, verá nuestra madre se encuentra algo enferma y hemos venido de la casa de nuestro padre para cuidarla-- Gintoki habló mientras la mirada de aquel hombre estaba puesta en Kagura.

--Ya veo, estoy seguro que tú mamá estará feliz de verlos, hemos tenido problemas con unos criminales en este pueblo, les pido de corazón que tengan cuidado-- aquel hombre dio un paso hacia atrás para que Gintoki siguiera su camino --Vamonos muchachos solo son unos hijos preocupados por su madre-- el hombre alzó su voz mientras se giraba, momento que aprovechó el peliplata para pasar cerca de ellos y llegar de una vez por todas al pueblo.

--Ten cuidado Shiroyasha-- Gintoki se detuvo e instintivamente se agachó a nivel de Kagura y al mirar hacia arriba pudo ver algunos de sus mechones ser cortados por la katana del enemigo, rápidamente puso sus manos en el piso y lanzó una patada al rostro del enemigo haciéndole retroceder quien luego de reponerse lanzó una sonora carcajada mientras limpiaba la sangre que salía de su labio roto.

--Ya veo por qué los propios soldados del Bakufu no pueden capturarte y también el por qué de tu apodo, eres listo y muy rápido "demonio blanco"--

--Los dejaré con vida, si se largan-- Gintoki ofreció mirandolo fríamente.

--Lastimosamente no podemos, sabes, nosotros somos enemigos del bakufu, si ellos logran capturarnos no solo pagaremos con nuestras vidas, nuestras familias también serían posiblemente ejecutadas--

--Y me imagino que quieren entregarle mi cabeza como boleto de escape y perdón--

--Correcto-- aquel hombre habló mientras sus compañeros atrás de el inmediatamente desenvainaron sus katanas.

--No creo que el shogun les vaya a perdonar la vida-- el peliplata habló mientras se ponía en posición de pelea con la pelinaranja tras él.

--Hay que intentarlo al menos, ¿no crees?. ¡A por él!-- los demás se lanzaron a pelear contra Gintoki mientras que el líder se lanzó contra Kagura quién puso su parasol para protegerse del ataque de la espada.

--Los rumores eran ciertos, una cría de yato viajando con Shiroyasha--

--Su nombre es Gin-chan, deja de llamarlo así~aru-- Kagura usó todas sus fuerzas para empujar a su contrincante haciendole retroceder.

Por otro lado Gintoki se encontraba esquivando las katanas de sus enemigos buscando un punto ciego para atacarlos y derrotarlos para poder ir en ayuda de Kagura, aquel hombre le daba muy mala espina.

--Este es tu fin-- uno de los enemigos se lanzó  de frente dejando varios puntos abiertos momento que aprovechó Gintoki para golpearlo y tomar su katana.

--No lo repetiré una vez más, si no quieren morir ¡Váyanse de aquí!-- el agarre de la katana se intensificó en el peliplata al ver la negación rotunda de aquellos samuráis --Se los advertí-- Gintoki se lanzó al ataque acabando muy fácilmente con sus vidas.

--Lo pagarás caro Shiroyasha-- uno de los hombres tirados en el piso mencionó con una sonrisa mientras su vida se terminaba, Gintoki miró por un momento aquella sonrisa cuando recordó que Kagura se encontraba en peligro, debía ayudarla.

Kagura se encontraba bloqueando los ataques de la espada de su enemigo, aquel hombre era muy rápido no le daba tiempo para contraatacar.

--Pensé que los yato eran más fuertes, cierto me olvidé que eres una cría-- mencionó con una sonrisa mientras enredava su espada con el parasol de Kagura dejándolo inmovilizado. --Jaque mate-- sonrió mientras le propinaba una patada en el costado derecho de Kagura mandando lejos a la pelinaranja quién rodó unos metros y no se movió.

--Creo que me pasé-- susurró mientras tomaba el parasol de Kagura y lo usaba para bloquear el ataque de Gintoki quién lo veía con furia --¿algún problema Shiroyasha?-- preguntó mientras se lanzaba a pelear contra Gintoki a quien solo le bastó unos cuantos movimientos para dejarlo desarmado y dejarlo en el piso tras una patada nuevamente en el rostro, el peliplata levantó su katana para acabar con la vida del hombre cuándo repentinamente volvió a estallar en carcajadas.

--Eres demasiado bueno, pero yo gano-- rápidamente él sacó una daga que se encontraba en su pantorrilla alertando a Gintoki quién bajo su katana para acabar con la vida de aquel samurai. Pero este no se lanzó a atacarle, había lanzado la daga en dirección a la pelinaranja cuando la katana había comenzado a cortarlo, cuando Gintoki mató a su enemigo comenzó a temblar no quería mirar a dirección de Kagura, solo sé quedó quieto unos instantes mientras soltaba su katana "¿otra vez había fallado en proteger a alguien?". En sus ojos comenzaron a acumularse lagrimas mientras se forzaba a mirar hacia tal vez el cuerpo sin vida de la ojiazul.

Pero lo que sus ojos captaron lo dejó sin palabras, alguien se encontraba a los lados de Kagura.

--A la próxima pon más atención a los movimientos de tu enemigo, Gintoki-- un samurai de cabello largo y oscuro expresó mientras mostraba en su mano la daga qué nunca llegó a tocar a Kagura.

--No puede ser, Zura--

--¡¡No es Zura es Katsura!!-- aquel samurai gritó enojado lanzandole una piedra que estrelló contra la cabeza del peliplata.

Yo te cuidareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora