El Destierro

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Todo fue simple. Larius le dijo que lo llevarían a un territorio que estaba cercado por barreras naturales. Nunca se había tenido noticias de que las sombras hubieran explorado ese Cráter. Le temían a las tormentas eléctricas de su cumbre. Le darían lo necesario para vivir y autoabastecerse. Pero debería estar solo. Se tendría que ocultar de las tribus de las sombras y por sobre todas las cosas, debería intentar controlarse y aprender.

La Maestra Istia le dio la sabiduría de los antiguos, donde mostraban la forma de controlar la mente. La sabiduría inicial. Solo funcionaría con el sonido de su corazón y su voz. Con una palabra, el pedestal le mostraría paso a paso las enseñanzas o podría matarlo... Si era necesario...

No debería hacer contacto con las sombras... a no ser que estuviera dispuesto a morir sin hablar o a matar antes de ser atrapado.

Calem, le había dado las enseñanzas del camuflaje. Pero, debería aprender solo.  Cada Jerarca había colocado en los pedestales lo que debería saber para controlarse y mantenerse vivo, hasta que llegara el momento...

Su padre, había resultado herido gravemente. Se salvaría. Pero su rehabilitación tardaría años. Había ido a verlo en la unidad de sustento de vida y al sentirlo corrió hacia el. Vio el largo cabello alrededor de las facciones nobles de su padre... Su pecho fuerte y abdomen definidos marcados por hematomas. Laceraciones en sus musculosas piernas y sabia que el daño principal se hallaba en su columna vertebral. Dentro de la cápsula que sostenía la vida de su padre inconsciente, flotaban pequeños robots médicos que restauraban sus tejidos y nervios dentro del líquido azul donde se hallaba, Lloró de culpa y vergüenza.

Oliv, estaba en coma. El había intentado detenerlo. Su cerebro casi explota. Otros chicos jamás se recuperarán, igual que Dan. Algunos habían sido amputados por efecto del derrumbe. Dan, había perdido un brazo por la fuerza y tenía fractura de cráneo. Por su fuerza. Por SU energía.

Era cierto. No debería estar con nadie...

Las instrucciones, las acató con obediencia y en silencio. No objetó. No pidió nada, solo lo acompañaba su pena y vergüenza. No había caso en pedir perdón, pues lo que había hecho era imperdonable...

Al momento de partir, subió a una nave junto a Larius y Calem. Fue de noche. Ni siquiera se volvió. Se iría sólo como la bestia que era...

Llegaron a algún lugar y la nave descendió en un claro. Había bestias y el terreno era abrupto. Desembarcaron de la nave, lo esperaban unos hombres que lo llevarían donde sería su escondite. Al bajar, Larius dijo:

§  Todavía no sabemos si las sombras conocen la profecía y mucho menos el pacto. – Colgando en su cuello el símbolo de los antiguos, siguió – Esto puede comunicarnos si tu lo quieres. Pero trata de que solo sea en casos extremos. Algunos de los escritos pudieron caer en manos de las sombras y podrían saber lo que me dices.

§  No se por qué me mantienen vivo. – Era la primera vez que hablaba de ello

§  Por que estas dispuesto a morir. Eres un digno hijo de mi casta y has honrado a tu familia. No tienes la culpa de lo que halla pasado, aunque sé que es difícil asimilarlo. Solo el tiempo calmará la herida y la culpa. – lo tomó de los hombros como un padre a su hijo y siguió suavemente - Aprende, aprende todo lo que puedas y no olvides tu casta y tu casa. Solo así podrás vencerte a ti mismo, si es necesario.

Lo abrazó... Calem también. Y lo dejaron ir...

Los hombres lo llevaron a la entrada de la cueva y le indicaron como abrir la entrada. La cueva estaba situada detrás de una cascada. La entrada estaba cubierta por una formación pétrea muy sólida. Apenas se podía pasar por una saliente estrecha que llevaba justo atrás del torrente. Allí un dispositivo movía la roca. Desde la entrada, se pasaba a un pasillo que llevaba a un espacio iluminado por unos cristales que traían la luz desde el torrente de la cascada y la amplificaban. Corría hacia un lado un manantial de aguas termales que se escondía a un lado de la caverna. En otro extremo se habrían dos cavernas mas: en una, había una serie de artefactos para crear energía a partir de la luz y el calor del agua de la fuente termal. Había también armas y enseres de curación. Mas allá se podían observar los pedestales de aprendizaje. Larius y Shastia le habían dicho que estaban diseñados para destruirse si otra persona trataba de acceder a ellos, o también para matarlo si era obligado a utilizarlos ante otras personas.

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