Cuando despertó, se encontró en una habitación amplia. Había una luz tenue. Se reflejaban unas sombras confusas y móviles en una especie de ventana a un lado. En otro extremo de la habitación, había una cascada que caía en un espejo de agua. La cascada resbalaba por rocas con hiedra de la que sobresalían cristales con aristas de varios colores que parecían ser de cuarzo y ágata.
No sabía qué lugar era ese. Sintió un dolor fuerte en la cabeza. Y se sacudió intentando espantarlo. Miró sus brazos. Se sentía extraño en su cuerpo... más sensible... Le habían puesto unos brazaletes y una especie de tiara muy sencilla en su cabeza, tenía una especie de símbolo en la frente. Sus ropas también eran distintas. Vestía una camisola y un pantalón muy holgados. La camisola era de color crudo y tenía una suerte de aplicaciones por botones que se enlazaban en otras a manera de ojales.
Luego recordó. El Maestro Dan... Estaba levitando... Oliv... Un terremoto ... Saltó de la cama. Asustado y se miró en un espejo que estaba a un lado. Se sintió diferente. Debía saber como estaban Dan y Oliv.
Buscó la puerta y salió, le costaba caminar. Estaba adolorido y sensible... hasta la brisa le producía sensación... Debía ayudar a Dan y a Oliv, el mismo los había herido. No sabía cómo, pero él lo había hecho. Poco a poco llegó a una estancia mayor. La misma donde Oliv y Larius habían hablado. De repente se sintió muy mal y se fue desplomando poco a poco.
Lo detuvo un hombre mayor. De rostro amable. Exhalaba tranquilidad y gentileza. Tenía el cabello completamente blanco. Sus hombros eran anchos y se veía en buena forma física. Vestía un ropaje holgado, de pantalón y drusa de color claro que tenían los símbolos de la Escuela de Dragón en color vino.
§ No debiste levantarte. Todavía no te recuperas. – Dijo Larius
§ Recuperarme de qué?, ¿Qué fue lo que hice? Sabe usted dónde están el Maestro Dan y Oliv? Yo los herí, debo.... - Preguntó Hail, apenas con fuerza.
§ Cálmate. Debes recuperarte lo mas rápido posible. Casi no queda tiempo. Iria, por favor, busca algo de Yakev.
Iria salió rápido, Hail no la había visto. Pensándolo bien no había visto tampoco a aquel hombre cuando entró y solo vio la puerta por donde llegó. No sentía a este hombre, ni a aquella mujer. La mujer llegó con su encomienda.
El Yakev, era una bebida ceremonial. Lo tomaban los Maestros de la Luz para fortalecerse cuando debían dirigir su energía para conseguir algo. Estaba prohibido para los jóvenes, pues los haría alucinar y dañaría sus neuronas.
Iria se acercó poco a poco, como con precaución y le ofreció el Yakev a Larius, quien lo tomó y lo acercó a Hail.
§ Oiga no debo tomar eso!!!. -Incorporándose como podía.
§ Además de todo, salió terco. - Dijo cansado y sonriente Larius.
§ Señor, tengo que salir de aquí. Tengo que saber del Maestro Dan y Oliv. Por favor, dígame dónde está la salida.?Yo hice algo horrible... Debo arreglarlo.. – Tratando de levantarse sin poder hacerlo
Larius lo miró. Sus pensamientos volaban. Cómo decirle. No lo podré detener si se violenta. Está totalmente desatado. Pensó. Las heridas de Dan eran muy graves, Oliv estaba casi muerto por intentar detenerlo. Destruyó todo el edificio. Hizo falta la intervención de los Jerarcas para contenerlo. Los heridos... Su padre.... Si lo sabe pueden ocurrir dos cosas: o se derrumba y tal vez podremos recuperarlo o se destruye y nos destruye a todos. Si hago que comprenda, creo que podré llevarlo a donde quiero. Tal vez....
§ Primero niño, estas en MI territorio. Segundo, harás lo que te diga y tercero, las leyes de tu casta las hace el Jerarca y ese soy yo. OBEDECE y calla, sabrás todo cuando sea necesario. – Dijo imponente
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Albion
Science FictionLa Federación Interplanetaria, que protege las formas de vida humanoide, plantó la vida en aquel planeta. Pero entre sus reglas está el que cada planeta debe generar su propia cultura. Su propia decisión, su propia estructura social de acuerdo a los...