Capítulo 6: Perfección.

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Capítulo 6.

Perfección.

"Es aquello que no tiene errores, defectos o falencias".

Estaba nerviosa por volver a mirar a Adler después de su charla del día anterior. Cuando Lynn se fue, se tomó un calmante y se quedó dormida. Era doloroso recordar a su familia y todo lo que había pasado.

Ese día había salido más temprano, pues solo se había puesto un blusón verde que le quedaba flojo y había dejado sus rizos sueltos.

—Estoy segura que no pasará —murmuró para sí.

Dispuesta a irse en bus, se dio la vuelta para decirle a su abuela cuando escuchó el pitido de una camioneta. Volteó y miró a Adler que le sonreía.

—Vamos, pecosa. Si no, llegaremos tarde —avanzó al pick up nerviosa, repasando sus disculpas. Cuando se subió, Adler arrancó mientras sonaba una canción de fondo que Hailey reconoció como una de The Rippers.

—¿Te gusta The Rippers? —Preguntó para intentar romper el silencio incómodo que se instaló.

—No —fue lo único que dijo.

Estuvieron un rato en silencio, hasta que ella lo volvió a romper. —Lamento haberte hecho sentir así, Adler. No es justo que por tu apariencia la gente te juzgue... a mí no me gustaría eso. Y realmente lo siento.

Él se mantuvo en silencio y Hailey ya no dijo nada. Faltaba menos de cinco minutos para llegar a la universidad cuando habló.

—Hailey, realmente no me interesa lo que pienses de mí —auch—. En realidad, no me importa lo que los demás opinen de mi o mi apariencia, la única opinión que me importa es la mía —le miró unos segundos—. Pero aprecio tu disculpa, nadie jamás se había tomado la molestia de hacerlo.

—Entonces... ¿todo bien?

—Claro, como te dije, me vale las opiniones ajenas.



—Debemos empezar con el trabajo —le dijo Adler en la última clase—. Según estas hojas que nos acaba de entregar, tenemos mucho que hacer y no quiero dejar todo al último.

—Opino lo mismo —le respondió—. ¿Saliendo voy a tu trabajo?

—Sí, tengo ratos libres porque a veces no llegan muchos clientes.

—Está bien.

Cuando hubo terminado, ambos se encaminaron. Adler le hablaba sobre el nuevo libro que estaba leyendo de misterio del mismo autor y Hailey lo escuchaba atentamente. A simple vista, parecían polos totalmente opuestos, pero la realidad era muy diferente a ello.

—... pero queda en libertad... —se subieron al pick up. Hailey le escribió un mensaje a su abuela para avisarle que llegaría más tarde.

—¿Crees que sea él?

—No sé, las pruebas son muy convincentes de que es inocente y todo fue corrupción, pero no estoy seguro.

—¿En el libro que me prestaste la sombra es alguien conocido?

—No te voy a decir, léelo.

Miró como puso su mano izquierda sobre el volante y notó otro tatuaje. No sólo era el brazo derecho con las ramas, sino que en mano izquierda tenía el tatuaje de un lobo. ¿Por qué no lo había notado antes?

Hailey, ¿Podrás salvarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora