Capítulo 17.
Cafuné.
"El acto de acariciar el cabello de alguien".
Kai dejó caer sus brazos a sus costados. Sus labios estaban inmóviles bajo los de Hailey, y pensó: si no me besa en los próximos cinco segundos, voy a morir de vergüenza.
Uno.
Dos.
Tres.
Cuatro...
Decidida a alejarse, intentó dar un paso hacia atrás, pero los brazos de Kai la rodearon y sintió sus labios moverse sobre los de ella.
Me está besando. Fue el último pensamiento que tuvo porque se aventuró a seguir besando al chico, quien mantenía sus bazos sobre ella ejerciendo presión suficiente para tenerla pegada a él, sin lastimarla.
Hailey sintió como todo su cuerpo se llenó de sensaciones extrañas, y cuando él acarició delicadamente sus labios con su lengua, no pudo hacer otra cosa que dejar que Kai tomara el control.
No se dio cuenta de cuando comenzaron a avanzar, pero sintió su espalda chocar delicadamente con una pared y para su sorpresa, el rubio profundizó el beso, dejándola completamente desarmada. Le regresó el beso con timidez, porque no había sido besada así nunca.
Kai la sostuvo contra la pared con su cuerpo y con sus manos comenzó a recorrerle los costados de su cintura, hasta llegar a sus caderas. Hizo una pausa del beso para darle tiempo de tomar aire, mientras besaba su barbilla y Hailey se sintió anestesiada.
No había nada más en ese momento que las manos de él sobre sus caderas y los besos en su barbilla. Abrió sus ojos y vio a los ojos miel de él en donde por primera vez pudo ver algo diferente. Su atención no duró mucho porque él volvió a besarla y Hailey se aferró a las solapas del abrigo de él.
Tenía un inmenso deseo de quedarse así para siempre, si eso significaba no volver a la realidad. Se aferró al cuello de él y se levantó más de puntas para poder besarlo mejor, moviendo sus labios al compás de los de él.
—Tan preciosa —murmuró sobre ella antes de dejar un último beso y alejarse. Abrió los ojos y al ver a su alrededor sufrió un golpe de realidad.
Besó a Kai. El pánico y la vergüenza la hicieron rodearlo y huir dentro del hospital . Escuchó que gritaba su nombre, pero no hizo caso alguno.
Buscó desesperada un baño hasta que dio con el y se encerró.
—Lo besé —llevó una mano a su corazón agitado y la otra a sus labios—. Dios, ¿Qué hice?
Se dejó caer en la taza después de haberla cerrado, sostuvo su cabeza en sus manos mientras repetía lo que había pasado hace unos minutos.
¡Su amiga estaba en el hospital! Y ella estaba afuera besuqueándose con su psicólogo. Estoy loca, pensó. Y sí que lo estaba.
¿Cómo iba a verlo a la cara? ¿Qué le iba a decir?
"Oh, gracias por el beso, pero mejor hay que olvidarlo".
Soltó una risa nerviosa. Era muy buena complicando las cosas.
—Eres una estúpida, Hailey.
Esperó un rato hasta que sintió que estaba lo suficientemente calmada para salir. Antes salió al espejo y miró su reflejó; su cabello que antes estaba en una coleta tenía mechones fuera de ella. Sus pecas seguían ahí y se preguntó si a Kai le gustarían sus pecas.
ESTÁS LEYENDO
Hailey, ¿Podrás salvarme?
Romance"Ella dijo que se iría, y se llevaría todo lo que fuese de ella, y en efecto, se fue y se llevó todas sus cosas, todo lo que era suyo. Se llevó todo. Y no me llevó a mí. Y yo era suyo". -J. Porcupine.