Para muchos, el silencio significa paz, tranquilidad. Muchos solo pueden pensar con claridad o dormir si el silencio es casi absoluto.
Pero a veces, el silencio es agobiante. A veces se vuelve más insoportable que toda una multitud gritando al mismo tiempo.
A veces es preferible distraerse con ruidos, aunque no tengan sentido alguno, solo para evitar el silencio.
Porque este te obliga a pensar.
Era una noche silenciosa, pero intranquila.
Dos chicos comían fideos con queso, sentados muy lejos y evitando mirarse.
Habían estado demasiado tiempo haciendo eso, evitando. Distrayéndose a propósito para no hablar de lo importante, para no tener que tomar una decisión. Se habían perdido en ruidos innecesarios para no tener que pensar en silencio.
Ya era suficiente. Hay momentos en los que no se puede seguir suspendido y a punto de saltar, pero sin hacerlo.
Luego de todo lo que habían pasado, era lógico suponer que iban tener que enfrentarse en algún momento, iban a tener que hablar en serio.
Uno de los dos dejó el tenedor y tomó un sorbo de agua.
—Bueno, y...
El otro lo miró a los ojos con repentinidad, como si estuviera ansioso por saber que pasaría al saltar. Al romper el silencio.
—¿Querés que seamos novios?
Ese otro sonrió. El salto había salido bien. Ya no había ruido ni silencio, había música.
·Fin·
♪
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no lo leas, tiene hantavirus
Fanficsí, es un matsquare, tenés algún problema capo? lo escribo pero porque me pagan o eso espero los capítulos son más cortos que mi futuro pero bue, dale una oportunidad, qué sé yo