no lo leas, tiene hantavirus

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—Eso más que emo, es de re puto, boludo —decía Matías riendo.

"Y, por vos, ¿quién no se hace puto?" pensó Rodrigo.

Pero no dijo nada y solo volvió a sentarse para seguir con el video.

Le estaba empezando a costar no quedarse mirando al otro chico, imaginando cómo sería acercarse a él, acariciar ese pelo hermoso que tenía, tomar sus mejillas...

Pero cada vez que estaba por lograrlo, por acercarse, por decirle, algo lo detenía.

Algo lo mantenía encerrado, preso de sus propias inseguridades. Algo lo hacía sentir temor, vergüenza, lo que fuera con tal de no entederse a sí mismo. Algo no le permitía decir, ni aunque nadie lo fuera a escuchar, que le había empezado a interesar un chico.

Miedo. Tenía miedo.