Capitulo 3: And i guess that life goes on...

339 21 1
                                    

“¿Bebe, estas bien?” me pregunto Kathrin desde la hamaca de donde momentos antes me había levantado, dejándola sola. Ahora estaba en la orilla de la piscina, contemplando las ligeras olas que hacía con cada toque que daba al agua con mis pies.

Había podido dormir apenas el día de ayer. La imagen de Charli no dejaba de rondar mi mente. ¿Por qué no simplemente podía ser feliz con el hecho de haberla visto de nuevo? Porque no quería encontrármela y estar un momento con ella. Quería seguir con ella. Sentía lo que le dije la noche anterior; la extrañaba de verdad.

“Si, solo pensaba en el partido que se aproxima” mentí. No quería causar un lio con mi novia. La quería pero odiaba sus escenas, las cuales últimamente eran más frecuentes. No me malinterpreten cuando digo que extraño a Charli y que aprecio a Kathrin. Son dos personas totalmente diferentes; Kathrin había llegado a mi vida 2 meses después de lo sucedido con Charli y de una manera u otro logro sacarme de la depresión en la que estaba. Salíamos y parrandeábamos, ya que por ser modelo tenía una vida social bastante activa. Fue por así decirlo el clavo que saco a otro clavo. O por lo menos eso pensé, hasta ayer que volví a verla.

Charli era totalmente distinta a Kathrin, aun no comprendía como es que las 2 fueron o son mis novias, si son como polos opuestos. Charli fue mi primer, y a como eh visto mi más reciente relación; el único amor de mi vida. Vivimos juntos cosas que estoy seguro no podrá pasar con nadie más. Y de ello me sentía afortunado. Experimentamos muchas primeras veces juntos. Huimos a vivir juntos a Munich; me acompañaba a todos mis partidos usando mi playera; salíamos con mis compañeros de equipo y cumplió con el hecho de caerle bien a todo y cada uno de ellos. Se llevaba bien con mi familia y sobre todo logro hacer que la amara con cada hueso de mi cuerpo. La amaba por cómo era, por su persona. Claro que también tener esos ojazos y bellas facciones ayudó, pero su corazón fue el que logro ganarse todo mi cariño y amor. Nunca había experimentado sensaciones tan fuertes por alguien como lo hice por Charli.  Es una mujer de palabra y bastante comprometida con su trabajo. Una de las razones por las que pelábamos tanto.

Aquella noche aún seguía borrosa para mí; había logrado bloquearla por el dolor que me causaba. Pero recuerdo como me moleste porque ella tenía que viajar a Paris para una entrevista en VOGUE; no pretendía ser egoísta pero se había vuelto en el mismísimo aire que necesitaba para respirar, no quería pensar que pasaría si conseguía el trabajo y nos tuviésemos que separar. Estaba acostumbrado a vivir con ella las 24 horas 7 días a la semana. ¿Algo gracioso, no? Al final discutimos un poco más, dijimos cosas que no sentíamos en realidad y salió del departamento para jamás regresar y al final termino yéndose a vivir a Paris consiguiendo el trabajo en VOGUE.

“No te estreses” ronroneo Kathrin en mi oído sacándome de mis pensamientos. Brinque un poco ante la sorpresa y sentí sus largos dedos rondar por mis pectorales. Estaba hincada detrás de mí. “¿Por qué no regresamos a la habitación y te doy algo que te de suerte?” beso mi comisura rápidamente. Le di una media sonrisa.

“No hoy” conteste intentando no sonar tan duro, pero no quería en realidad. Estaba demasiado sumergido en mis propios pensamientos.

Sentía como el día de ayer se desprendía otra parte de mi corazón cuando experimentamos aquel momento tan íntimo cuando nos despedimos el uno del otro. Las palabras “Ten una buena vida” no dejaban de sonar en mi mente. ¿Acaso no entendía que eso solo sucedería si ella volvía a mí? Mi mente daba replay al momento que la vi entrar al ascensor con los ojos cristalinos. Sabía que también le dolía encontrarnos de nuevo y despedirnos al mismo tiempo.

“¿Qué? ¿Por qué? ¿Estás bien? ¿Te sientes enfermo?” pregunto repentinamente ofendida y llevándose una mano al pecho dramáticamente.

“No, solo no quiero Kathrin. No me siento con ganas” le dije intentando tomar su mano para que se calmara pero la quito enseguida.

“Iré al cuarto y cuando “me sienta con ganas”, hablaremos” dijo imitando mi voz para que enseguida se girara en sus talones y se fuese a la silla para tomar su bata y subir al cuarto del hotel. Suspire. Era tan terca.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Niñas, en realidad necesito saber que ocurre porque veo que nadie comenta :( 

•T H E  O N E•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora