Capítulo XI

778 66 2
                                    

"Our only clue... is gone. We're hopeless"

 We're hopeless"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~  •  ~

   Amberley se encontraba en un prado verde, con muchas flores y un cielo azul sin una sola nube. Miró a su lado, allí estaba Jaeden. Tenía una expresión seria a muerte, tanto que ella ni siquiera se quiso acercar más o abrazarlo como hacía siempre. Volteó y la miró con esos fríos ojos azules y dijo:
-Pensé que me querías...
-No, Jaeden, yo no amo a Five. No lo amo, no, ¡yo te amo a ti!
-Mentira. Sabes que lo amas, pero no lo quieres aceptar. Ayer vi tus ganas de querer besarlo.
-¡Me quité, Jae! ¡No nos besamos! Y todo el tiempo estás en mi cabeza, no podría tener nada con él sin sentirme mal por haberte traicionado.
-¿Segura?- No la dejó responder, inmediatamente añadió: -Haz la prueba. ¿Recuerdas lo que te dije de cómo saber si alguien está enamorado de ti o viceversa? Inténtalo.
-Jaeden...
   El joven simplemente caminó hacia otra dirección y la dejó sola. Ella no estaba enamorada de Five. No podía estarlo, ella adoraba a Jaeden con todo su corazón y no había espacio para otro más. Escuchó a una voz familiar llamar su nombre en la dirección opuesta a la que se había ido su amante.
-Amber- Era Five. Diablos, ¿qué iba a hacer ahora?
-¡Five!
-¡Amberley!- Entonces fue cuando sintió la sacudida que le había hecho su compañero para que se despertara. Abrió los ojos costosamente y se apartó. -Dios, vaya sueño ligero que tienes.
-¿Qué pasa?
-Nuestro tipo. Ya se fue- Anunció. Ella soltó una maldición y se paró inmediatamente, tan rápidamente que el hombro le ardió como si le hubieran dado un latigazo y cuando trastabilló el chico la agarró para que no se cayera. Ella se quitó de sus manos recordando el sueño y notó la mirada extrañada que el otro le devolvió.
-Vámonos- Abrió un portal (acallando sus ganas de gritar de dolor) y se metió por él. En un abrir y cerrar de ojos estaba afuera viendo como el auto del tipo se alejaba. Al ver que Five llegaba junto a ella, dijo: -¿Y ahora qué? Seguimos persiguiéndolo, ¿no?
No lo dejó responder y emprendió la marcha. "No me gusta, no lo amo, solo me agrada su compañía" se repetía en su cabeza. Te está controlando. "¿Qué?" Él te está controlando; haz lo que tú corazón te diga. ¿Por qué de repente había tantas voces diferentes en su cabeza? La vida quería que se volviera loca o algo así. Negó para apartar todo eso.
-Amber- Llamó el chico.
-Qué quieres.
-¿Cómo sabes hacia dónde está yendo?
-No lo sé, estoy caminando donde sea- Dijo. Al darse cuenta que en verdad eso estaba haciendo, se detuvo. Five se colocó a su lado y la miró fijamente, aunque ella evitaba verlo. Solo pensaba en su sueño, en lo que había dicho la voz en su cabeza y en lo que había dicho la otra voz en su cabeza.
-Hey- La tomó de la mejilla para que lo mirara a los ojos. Sintió como se coloraba... un punto menos para ella, uno más para Jaeden. -No leo mentes como tu hermano, pero sé que algo anda mal contigo. ¿Dudas que logremos salvar al mundo? ¿O es algo más... personal?
-No, no es nada- Mintió. Quitó la mano de Five de su cara y miró al piso. -Creo que el auto se fue por allá.
   Siguieron caminando callados, aunque ella notaba las miradas preocupadas que le lanzaba Five de vez en cuando. Estaba consiente de que él sabía que ella en realidad no estaba bien y solo había mentido para evitar hablar de ello, pero igual no le importaba. Su mente estaba hecha una maraña de pensamientos y ella no podía interpretarlos bien. "Haz lo que tu corazón te diga... ¿pero y si no entiendo lo que me dice?" Aunque una parte de lo que esa voz había dicho era cierta: tal vez Jaeden (o al menos el Jaeden de sus sueños) sí la estaba controlando. Tenía derecho a seguir adelante con su vida, tanto en general como su vida amorosa, y un sueño no debía controlarla.
   Vieron al auto parar y al hombre salir. Se prepararon para que cuando volviera a entrar al vehículo, ellos lo hicieran también y darle una sorpresa. El de bata se metió y Five dio la señal para que ellos hicieran lo mismo, así que él saltó y quedó en el puesto del copiloto y la chica usó un portal para quedar atrás. El chico rápidamente sacó su cuchillo y se lo puso en el cuello al otro amenazadoramente.
-Una oportunidad, ¡una! Es todo lo que tienes.
-Dinos qué es todo lo que está pasando en ese laboratorio- Completó la castaña.
-Fabrico prótesis para falsos pacientes. Cobro las compañías de seguro y las vendo en el mercado negro- Respondió rápida y nerviosamente.
-¿Incluyendo ojos?- Preguntó Five.
-Son los más vendidos, se venden como pan caliente. Tengo una lista de al menos 20 compradores.
-Y el número que te dijimos...
-Alguno de ellos pudo haberlo comprado si está afuera de registros- Afirmó.
-Necesito esa lista, Grant- Dijo Five. "Grant, Lance, ¿cuántos nombres tiene este tipo?" -Con nombres y números. Y la necesito ahora.
-No puedo, la única copia que tengo está en la caja fuerte del laboratorio.
-Entonces enciende el auto, daremos un paseo- Anunció la chica sonriente. Five bajó el cuchillo y sonrió también.

(...)

   Cuando llegaron al lugar las esperanzas se les cayeron a los pies: todo estaba en llamas. Amberley abrió un portal a la entrada del lugar para intentar ver si podía hacer algo, pero cuando llegó a ella... ni siquiera sabía cómo explicarlo, todo pasó muy rápido. Creía haber visto a Five saltar en frente de ella y abrazarla cubriéndola toda para que un milisegundo después el ardiente edificio estallara y los hiciera volar hacia atrás. La caída de la chica fue más ligera porque había caído encima del castaño, pero él no se veía nada bien. Cuando pudo moverse, se levantó un poco y tocó la cara de Five. Un inminente terror la invadió y puso sus dos manos en las mejillas del chico al ver que no respondía.
-¡¡Five!!- Sus ojos se aguaron, pero luego el chico movió su cabeza y pudo levantarse. Ella lo abrazó fuertemente y unos segundos después el otro correspondió a la muestra de cariño.
-Nuestra única pista... se ha ido. Estamos perdidos- Dijo sin separarse. Luego ella lo miró y se acercó, dándole un beso en la mejilla.
-Todo estará bien- Le dijo, esbozando una penosa sonrisa. El chico la miró sorprendido y sonrojado.
-¿Tú crees?
-No creo. Lo sé.
-Yo... necesito un trago- Se levantó y le dio la mano para que ella se parara. La tomó y juntos fueron a una tienda cercana.
   Robaron unas cuantas botellas de ron, una de vodka y un vino rosado. Como Five seguía devastado por su pista destruida, se metieron a una biblioteca a buscar cualquier otra posible solución. El chico se la pasó todo el resto del día escribiendo y escribiendo fórmulas en los libros y hasta en las paredes, todo esto sin dejar de tomar. Ella también tomaba, pero se medía ya que: 1, no quería emborracharse (cosa que al parecer al otro no le importaba) y 2, no le gustaba tanto el licor.
-Five, vamos, ya es suficiente de eso- Le dijo quitándole la botella de vodka de la boca.
-No, dame- Paró de escribir e intentó quitársela, pero sus movimientos eran descoordinados y lentos.
-¡No más, Five! Ya has tomado mucho y estás muy borracho- El chico negó con la cabeza, pero luego cerró los ojos y se quedó dormido encima de ella. "Genial".
   Lo cargó a una esquina de la librería (cuales paredes estaban todas rayadas llenas de ecuaciones) y lo acostó allí, sentándose al lado. Aunque unos momentos más tarde él se le puso encima de nuevo, así que no sirvió de nada cambiarse de lugar. Pero ya no le importó. Se estaba durmiendo sobre la cabeza de su compañero (ahora que se daba cuenta, tal vez sí había tomado de más) cuando vio a tres caras conocidas acercándose a ellos: Luther, Diego y Cole.
"Demonios, Cole" pensó. Pero no pudo levantarse, estaba de repente demasiado agotada. No escuchó bien lo que se decían entre ellos, solo vio cuando Luther cogía a Five y lo cargaba como un bebé y Cole hacía lo mismo con ella.
   Salieron de la biblioteca y tomaron el camino por un callejón muy oscuro. "O tal vez no tanto, pero el alcohol me tiene viendo así" se dijo. Escuchó a medias la conversación de los hombres.
-No podemos regresar a casa, esos asesinos podrían volver en cualquier momento por él- Decía el grandullón.
-Mi lugar está cerca y nadie lo va a encontrar allí- Respondió Diego. Five eructó.
-Si vomitas encima mío...- Empezó Luther.
-¿Saben qué es gracioso? Estoy pasando por la pubertad... por segunda vez- Soltó de repente el castaño. Amberley rió.
-¡Yo también!- Dijo. "Maldita sea, el alcohol nos tiene mal, Fivey". ¿Fivey? ¿De dónde había sacado ese apodo? "Klaus".
-Me tomé toda la botella, ¿verdad?
-Tomaste más de una, ¡traté de advertirte...!- De repente tuvo hipo. "Ugh, que asco debo dar ahora mismo".
-Eso es lo que pasa cuando el mundo que amas desaparece... ¡puf! Uh, ¿de qué hablan?
-Mientras te emborrachabas y eras una mala influencia para mi hermana, como siempre, unos tipos entraron a la casa buscándote a ti- Explicó Cole.
-Hablas de Hazel y Cha-Cha.
-¿Quiénes?- Preguntó Luther.
-Son los mejores, después de mí claro.
-¿Los mejores? ¿En qué?- Diego miraba al chico con desesperación.
-¿Saben? Delores odiaba cuando estaba borracho.
-Maldita *hip* Delores...- Susurró Amber.
-¡Oye! Necesito que te concentres- Le pidió Diego. -¿Qué quieren Hazel y Cha-Cha?
   Five sonrió sin mostrar los dientes, se notaba lo borracho que estaba. Amber pensó que seguramente ella se veía así o tal vez peor.
-Solo queremos protegerte- Dijo Luther.
-¿Protegerme? Puedo hacer eso solo. ¿Tienes idea a cuánta gente he matado?
-No, no nos interesa- Espetó su gemelo.
-Soy el cuarto jodido jinete del Apocalipsis. El Apocalipsis se acerca...
   Y entonces se giró y vomitó hacia el piso. A la chica se le vino la bilis a la garganta, pero con mucho asco la devolvió y tuvo otro hipo. "Somos una vergüenza..."

You Are My Apocalypse | The Umbrella Academy (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora