"He left to safe himself, he left you"
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De verdad se había ido. ¿Dónde?, era la verdadera pregunta. "Él no me abandonaría. No, Five no es así". "Oh, sí lo haría. Se fue para salvarse a sí mismo, te abandonó" esa bendita voz había vuelto. Y la chica no se alegraba ni un poco de que lo hubiera hecho.
Lo llamó unas cuantas veces, gritando su nombre, pero nadie respondió. El camión de helados se chocó contra el auto de los uniformados. Luther les gritó diciendo que vinieran a buscar su maletín, el cual tiró hacia su derecha muy lejos. La mujer fue a buscarlo mientras el hombre agarraba una pistola que estaba en el suelo e intentaba disparar inútilmente, ya que misteriosamente no tenía cargador. Luther fue a buscar a sus hermanos, cuando salieron Amberley hizo un portal que los metió a todos en su vehículo y ella hizo lo mismo. "Five no pudo haber hecho eso..."
-¿Todos están bien?- Dijo Luther. De reojo la chica pudo ver como Klaus les sacaba el dedo medio a los de traje, se hubiera reído o hecho lo mismo si no estuviera en esas circunstancias. El grandullón, al verla, añadió: -¿Amber?
Pero ella no respondió. Lo único en lo que pensaba era en cómo Five se le había ocurrido dejarla. La única persona en la que había confiado después de Jaeden, la única otra a la que había amado... no duró ni un día. Una lágrima se deslizó por su mejilla. Nunca, nunca se debe confiar en nadie. Y ella fue tan tonta como para cometer ese error de nuevo. "De los errores se aprende..." dijo la voz.
-Amber, querida, ¿todo bien?- Klaus le tocó el hombro mientras ella miraba distraída por la ventana. Se quitó la lágrima de la cara rápidamente y giró a hablarle.
-S-sí, no pasa nada- Mintió. Él la miró dudoso, pero no insistió. Una parte le decía que estaba haciendo el problema muy grande, porque Five pudo haber ido a cualquier lugar sin intenciones de lastimarla, pero había algo que la hacía sentir que la había abandonado. No estaba segura si era la voz, o algo que había leído en la mente de Five justo antes de que se fuera, o tal vez el hecho de que él no le quería decir lo que tenía planeado, pero sabía que había algo que le hacía pensar eso.(...)
Ya en el hogar de los hermanos, se pusieron a discutir sobre el Apocalipsis. Amber no prestaba atención, solo pensaba en lo estúpida que había sido por confiar (y enamorarse) en alguien que recién conoció unos días atrás. También evitaba con todas sus fuerzas que su hermano leyera su mente, porque al parecer era lo único a lo que se dedicaba durante la reunión de los Hargreeves.
Vanya llegó junto a un tipo, "Leonard Peabody" creía ella, y tuvo una pequeña pelea con la familia. Se fue furiosa junto al hombre después del argumento. Todos se dispersaron con el objetivo de aprovechar sus últimos días de vida, ya se habían dado por vencidos. "Vaya, qué héroes que son. Ni siquiera intentaron..." pensó ella.
-¿Amber?- Llamó Cole.
-¿Qué pasa, Cole?- Dijo saliendo de su cabeza. -Oh, por cierto, ¿puedes parar de intentar leer mi mente? Ya es aburrido.
-Eh... No he podido leerla desde que llegaste, me tiene un poco inquieto para ser honesto.
-No hay problema. No tengo ningún secreto que ocultar- Dijo parándose del sillón.
-¿A dónde vas?- Exclamó viéndola alejarse.
-Buena pregunta- Se dijo casi a sí misma. Abrió un portal y desapareció por él, sin saber a dónde la llevaba.
Se encontró en un bosque verde, con pinos grandes y frondosos. El piso estaba cubierto de hojarasca que crujía bajo sus pies. Unas cuantas rocas se asomaban por entre el césped, al igual que varias pequeñas y blancas flores. Hacía un poco de frío, pero lo único que ella quería era estar sola. Se recostó en el suave suelo, escuchando a los pájaros cantar y volar por encima de ella y cerró sus ojos. Pensó con todas sus fuerzas en el castaño, tenía una loca idea que pensaba que tal vez y solo tal vez podría funcionar...
Vio una máquina de escribir y unos papeles. A su alrededor se escuchaban constantes golpes a otras máquinas de escribir, pero no podía verlas. Sonaban con un eco y resonaban en su cabeza. Miraba a un escritorio gris azulado con un lapicero en la esquina y una pequeña lámpara. Una voz sonó vagamente por detrás, llamando a su compañero. La imagen giró y pudo ver a una mujer no muy vieja ni muy joven de piel morena y una moña bien recogida de color chocolate. Tenía labial rojo y sonreía mientras decía algo indistinguible para la chica, mirando a la imagen con sus oscuros ojos emocionados. Escuchó la familiar voz de Five murmurando algo en respuesta, mientras la imagen mostraba los papeles con un sobre de nuevo. No podía ver bien lo que pasaba y lo veía un poco como si estuviera en cámara lenta. La imagen mostró la cara de una señora de pelo rubio prácticamente blanco con ojos azules y labios rojos sangre, enseñando una (terrorífica, según Amber) sonrisa. Pudo oír como le decía algo a Five y hacía que se volteara hacia el resto de la sala, dejándola ver el lugar entero, como enseñándoles al chico de ejemplo a seguir. Era un cuarto lleno de escritorios iguales al que ella había visto, todos con las máquinas de escribir, y en cada mesa se encontraba una persona. Sonó una especie de timbre y todos se fueron retirando.
Despertó con respiración agitada en el mismo bosque. Parpadeó varias veces y se tocó la frente. Lo había logrado, ella pudo... "Vi lo que Five veía" Pero, ¿dónde estaba? Eso no le servía mucho de pista. ¿Un lugar lleno de máquinas de escribir? Podía ser cualquier oficina en cualquier parte del mundo. "Está por acabarse la vida en la Tierra y a él le da por trabajar en una oficina". Tenía que volver a encontrarlo, ver donde se había metido. "¿Por qué harías eso, si él te abandonó?" dijo la voz. "Lo necesito para detener el Apocalipsis. Nadie sabe más que él sobre ese tema. Además, después de detener el fin del mundo planeo matarlo. ¿Qué te parece?" respondió en su cabeza. "Perfecto". Sonrió malévolamente ante esa idea. No planeas matarlo de verdad, ¿cierto? "¿Y qué si sí? Solo me hizo daño" Le contestó a la otra voz. Eso no lo sabes. "Cállate" ordenó la primera voz. "Cállense los dos, siento que me voy a volver loca" pidió.
Un portal la llevó de vuelta a la academia. Su hermano la vio y se levantó de su lugar de repente.
-¿Dónde has estado?- Preguntó.
-¿Cuanto tiempo me he ido?
-Como unas... no sé, ¿2, 3 horas tal vez?- Ella miró a través de su gemelo. No sabía qué pensar sobre el castaño y las voces de su cabeza no le ayudaban. -¿Todo bien, Amber?
-No. Pero eso no importa. Ve con Klaus o Allison- Le ordenó, y se retiró del lugar hacia el cuarto de Five. Cerró la puerta y se recostó en la cama. Iba a averiguar mejor lo que planeaba. No lo conocía por mucho, pero sabía que el chico no haría algo así como abandonar a alguien que ama.
Cerró los ojos como había hecho en el bosque. Se mostró una imagen de la misma mujer que había visto antes, y de reojo podía ver una granada. La imagen desapareció y de repente solo veía negro. Lo único que oyó fue una fuerte explosión y luego pudo ver un cuarto cerrado lleno de maletines parecidos a el que buscaban Hazel y Cha-Cha. Al parecer el chico tenía uno también, y desapareció justo antes que la explosión le pegara. Aunque pudo sentir un ardor en la parte baja del abdomen... Abrió los ojos de nuevo. Le dolía la cabeza y se cercioró que no tuviera nada en el abdomen. No tenía ni un rasguño, aunque estaba segura de haber sentido dolor. Bajó rápidamente las escaleras para verificar que todo estaba en orden.
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You Are My Apocalypse | The Umbrella Academy (TERMINADA)
FanfictionCuarenta y tres. Ese fue el número de niños que nacieron de repente el 1 de Octubre de 1989, el mismo día que Amberley y Jake Meier. Estos gemelos poseen poderes, al igual que los chicos de Umbrella Academy, y aunque a Jake no le agraden mucho, acud...