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Con mamá estábamos optando por regresar a Perú pues ya había pasado poco más de una semana y creímos que ya era un tiempo prudente, sin embardo decidimos quedarnos más tiempo en Argentina debido a que le habían dado el alta a Valen, mencionando que la fractura de su costilla exigía reposo y la toma de medicamentos pero más nada.

Fue por eso que nos preguntaron si podíamos dejar la cama libre pues-según ellos- el ojiazul se podía recuperar en casa. De cualquier manera Valen igual quería irse cuanto antes y para necio nadie le ganaba así que él fue el primero en aceptar la jugosa oferta de libertad.

Y gracias a esa decisión aquí estábamos, en casa del primo de Valen, pues este vivía solo y además el parentesco lograba que eso sumara puntos, añadiendo el hecho de que era el que más tiempo podía dedicarse al cuidado de Valen pues los demás ya debían volver a trabajar después de tantos días de ausencia, era incluso un milagro que mantuvieran su puesto.

Nos encargamos de colocar a Valen en una cama que había de más, asegurándonos de que estuviera cómodo y teniendo cuidado de no lastimarlo. Como resultado lo dejamos semi sentado y semi echado, ni tan mal ni tan bien.

Nos reímos un poco de él y nos callamos cuando nos miró mal a todos. En fin, la habitación en la que se quedaría Valen era amplia y casi por casualidad tenía un par de muebles así que no fue problema el mantenernos ahí y poner alguna peli, pues Valen mencionó que quería descansar pero no quería que nos fuéramos.

Colocamos una de comedia pues a pesar que la mayoría eligió de terror quizá no era la mejor idea para un Valen malherido. Por lo tanto nos dividimos las tareas y algunos fueron a conseguir las bebidas mientras otros preparaban las palomitas de maíz mientras que Wawa y yo estábamos como reinas al lado de Valentín, sin hacer nada.

Con Wawa estábamos criticando las actitudes de algunos famosos cuando escuchando como entraban todos a la vez a la habitación.

Observamos como Oscar traía un six pack de cerveza...¿no planeaba celebrar ahora,no?

-Guarda eso gil, que Valen aún no puede inflarse a birra.-comentó Wawa molesta.

-Yo también le dije eso pero le chupa un huevo.-exclamó Tobias.

-Bah, pero si ya está bien.-se metió Oscar.

-Posta que no te aguanto, Oscar.

-A mí nunca me aguantás.

-Es que sos tremendo boludo.

-Yo también te quiero, Wawa.-soltó mientras se daba por vencido y guardaba el six pack.

-Cínico.-susurró Guadalupe.

-Quería decirte algo pero creo que no es el momento.-volteé al escuchar la voz del chico de ojos celestes.

-Tranquilo, puedo esperar.-respondí sabiendo de que se trataba.

-Chicos, nos olvidamos de comprar algo, ahora volvemos.

-¿Qué? Pero si ya tenemos todo.-preguntó Oscar con gestos de confusión plasmados en el rostro.

-Muévete boludo de mierda.-ordenó la pelinegra mientras lo agarraba para botarlo del cuarto pues era el único que faltaba.

-No me trates así, Wawa, merezco respeto.

-Me importa una mierda,gil.

Reímos levemente por el carácter de Wawa, mientras veíamos como cerraban la puerta. Ya no quedaba nadie más que Valen y yo. Era el momento.

-Bien...¿de qué querías hablar?

-Yo, te quiero contar algo que quizá...no te agrade, y una vez termine respetaré tu decisión completamente. De verdad.



Clases sociales/ Valentín Oliva/ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora