POR FAVOR, NO PRETENDO JUZGAR A NADIE QUE TENGA ALGO RELACIONADO A LAS DROGAS, ESTO SOLO ES UNA NOVELA, NO SÉ POR QUÉ PERO CREÍ QUE DEBÍ ACLARARLO. GRACIAS Y AHORA YA PUEDEN LEER.
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-No sé muy bien cómo empezó porque mis padres nunca me lo explicaron pero desde pequeño me involucraron en sus negocios turbios, no sé si me entendés pero...ellos básicamente me hacían traficar droga, en un principio por la edad desconocía de que se trataba y ellos solo me decían que era algo que la gente necesitaba y que yo los ayudaba cuando vendía eso, de esa manera lograron mentirme los primeros años pero después ya empezaba a sospechar así que decidí averiguar de que se trataba esa "mágica solución".-sonrió triste mientras negaba con la cabeza.
-Fue entonces cuando encontré la definición y las consecuencias de esas sustancias, entonces supe que ellos me habían mentido, no había nada bueno en esas drogas, por eso decidí enfrentarlos mencionando que me sentía traicionado por mi propia familia, es decir estaba expuesto a cualquier tipo de peligro vendiendo eso y a ellos parecía no importarles. Pero cuando decidí no seguir con eso no se lo tomaron nada bien, al principio iniciaron con amenazas pero cuando seguí negándome me empezaron a pegar, imaginate, no tenía ni 10 años y mis propias padres me trataban así, por no traficar droga Lena, era algo surrealista.
Habló mientras negaba con la cabeza y mantenía la mirada fija al frente como si ahí estuvieran todos sus recuerdos. En realidad, quería abrazarlo y decirle que no hacía falta que me lo contara, por lo menos no ahora, pero ya había empezado y supuse que no debía interrumpirle.
-Me sentía como una mierda, no sabía qué hacer ni a quién recurrir porque después de eso me controlaban y vigilaban para que no los delatara, pero hasta yo sabía que eso no serviría de nada, podría haber puesto mil denuncias y la policía no hubiera hecho nada por mí, yo, Lena, a mi corta edad conocía como se manejan todas esas ratas de la comisaría, todos unos corruptos.-soltó con rabia chasqueando la lengua al finalizar.
-Quería ayuda pero sentía vergüenza de decirle a mis amigos, sé que es un pensamiento estúpido pero no sabía que más hacer, entonces busqué a mi primo, pero cuando fui a su casa me contaron que se había ido de vacaciones, y no lo culpo, nuestra realidad era muy distinta, mis tíos no se parecen a mis padres en nada, conmigo siempre fueron buenos y por eso quería recurrir a ellos, pero no estaban, y yo...estaba solo, sé que estaban los de la crew, pero te juro que no sabía cómo decirles, llevábamos muy poco tiempo de conocernos y, y-y no sentía la confianza para involucrarlos en esto.
-Sin embargo todo explotó un día que estaba volviendo a casa, llegué y estaban empacando, los miré confundido y les pregunté a dónde irían, me respondieron que nos teníamos que ir, que la yuta ya los estaba buscando y ellos no tenían más guita para sobornarlos, y que si esta vez caían irían directamente al penal. Yo quería que se fueran Lena, no quería seguir con ellos, así que les dije que yo me quedaría, era su único medio con el cual ganaba plata y pensé que mi plan funcionaría, que decidirían seguir en la ciudad y así la policía por fin haría algo, pero no, no me había dado cuenta que estaban hasta arriba de hierba, se me acercaron y me amenazaron con que tuviera lista la maleta en 5 minutos, pero yo me seguía negando.-hizo una pausa y soltó un suspiro pesado, cargado de lastima.-Fue ahí donde me agarraron entre los dos y empezaron a pegarme, como nunca, me tiraron al piso y empezaron a patearme mientras también sentía puñetazos. Intenté zafarme, no me importaba tener que responder porque ellos ya no eran mis padres, no podía considerarlos como tal, pero no podía hacer nada, el efecto de las drogas lo hacían sentir más pesados, más fuertes.
A estas alturas estaba impresionada, con los ojos nublados por lágrimas que trataba de secar cada instante porque no quería que supiera que sentía pena por eso, es decir, había llegado para ser fuerte por los dos, me había preparado para enfrentar lo que me dijera pero no aguantaba, no podía ser fuerte mientras veía su rostro cargado de tristeza a la vez que escuchaba el relato, quería abrazarlo y decirle que parara, pero también quería que acabara, que se liberara por fin de aquello que tanto le estaba doliendo.
-Después me dejaron en el piso, creían que me habían matado así que cuando reaccionaron agarraron sus cosas y no tardaron nada en irse, recuerdo haber sonreído porque por fin ya no estaban, ya no los volvería ver, pero faltaba recuperarme, lo más difícil y pensaba que no lo conseguiría, esperé unos minutos y a ratos intentaba levantarme lentamente pero me dolía todo, estaba cagadísimo, por suerte los pibes me buscaron en casa y bueno, todo lo demás ya lo conoces.
Volteó a mirarme y me sonrió levemente por mi estado, traté de secarme las lágrimas rápidamente a la vez que escuchaba su tierna risa burlándose de mi intento fallido por esconder mi tristeza.
-Vení, Lena, llora conmigo, por favor.-me pidió apretando levemente los labios,con los ojos llenos de lágrimas mientras abría los brazos.
Con mucho cuidado me acerqué y lo abracé.-Lo siento mucho, pero vamos a estar aquí contigo. No estás solo, estaremos a tu lado, Valen. Te lo prometo.
Sentí como se acurrucaba más a mí, escondiendo su cara en mi cuello y empezaba a sollozar fuerte, estaba soltando todo lo que había estado conteniendo durante años, aquel chico que quería hacerse el fuerte y el valiente estaba increíblemente roto por dentro, destrozado y acabado por sus propios padres.
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Clases sociales/ Valentín Oliva/ Wos
Jugendliteratur-No te debes acercar a él, Lena. -¿Por qué no? -Él no es como nosotros La niña abrió los ojos emocionada -¿Es un alienígena? -No Lena, no me entiendes...él no tiene dinero. -No le veo nada de malo papá, él se porta muy bien conmigo en cambio las am...