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-Otra vez por acá, eh.- habló el chico de ojos bonitos mientras mantenía sus facciones serias y observaba a la niña ingresar un poco al callejón, en el cual él ocupaba gran parte de su tiempo.

Sí, estaba otra vez aquí,no sabía cómo pero había logrado recordar el camino. Y sí, sabía que podía ser peligroso estar en este lugar y sobretodo estar con ese chico, pero quería creer que no pasaría nada, además-tal vez sonara raro pero- Lena tenía una intuición positiva acerca de ese chico, no sentía miedo hacía a él. Aunque de todas maneras no bajaría la guardia.

Lena asintió por lo que el de ojos color cielo le había dicho.- ¿Cómo te llamas?- preguntó-tomando la iniciativa, con cierta timidez pero también bastante curiosidad reflejada en su voz.

-Valentín.-respondió mientras entrecerraba los ojos como una manera de examinarla.-¿De dónde sos?- le preguntó con la misma curiosidad.

-De Perú.

-Sí.-asintió como reafirmando algo que ya sabía.-no tenés dejo argentino.-añadió.-Entonces ¿qué hacés acá?- preguntó una vez notó que ella no tenía planeado ninguna frase para continuar con la conversación.

-Venimos de vacaciones.-explicó como un punto preciso.

Vaya, era una persona de pocas palabras.-pensó Valen.

-Ah.- Se sintió como un tonto después de responder, ya que parecía el único interesado en entablar una conversación.

-¿Cuántos años tienes?-preguntó-por fin-Lena.

-13, ¿vos?

-10

-Sos una beba.- soltó una pequeña risa, en modo de joda.

¿Qué? Pero si casi no había diferencia de edad.

-Tal vez, pero mi familia dice que soy muy madura para mi edad.-contraatacó un poco de mala manera.

-Si vos lo decís.-exclamó simple, ni siquiera la conocía bien como para darle la razón.

-¿Por qué siempre estás aquí?-optó por cambiar de tema, no tendrían buen final si comenzaban debatiéndose todo.

-No siempre, pero cuando estoy es porque necesito dar algunos recados.

-¿De qué?

Antes de que Valen pudiera responder, un chico de unos quince años se acercó a él. Lena observó como se saludaban de manos y creyó-por un momento-que eran amigos, sin embargo el chico transmitía una sensación que a ella no le convencía, era como si supiera que era malo solo con sentir su presencia.

-¿Tenés mi pedido?- Lena además pudo percibir un timbre de voz demasiado ronco del recién llegado y se extrañó bastante pues normalmente los que tenían la voz de esa manera eran personas muy mayores-o tal vez eso creía- sin embargo el chico era bastante joven, incluso parecía de la edad de Valen.

-Sí, ya sabés el precio, tenés que pagar completo, no acepto por partes.-habló el ojiazul con un tono desafiante pero a la vez bajo mientras miraba por ratos a Lena, como si contara algún tipo de secreto del cual ella no se podía enterar, porque, precisamente era así.

-Tranqui pibito.- sacó unos billetes y se los dió.- Tomá, gracias eh ya lo necesitaba.

Asintió como si le interesara la vida del flaco y contó los billetes que le había dado antes de que se fuera.-Andá tranquilo.-habló mientras ya había asegurado que todo estaba en orden.

Se volvieron a dar la mano, esta vez para despedirse, mientras Lena seguía todos los movimientos con curiosidad reflejada en sus ojos.

-¿Qué vendes?-preguntó mientras torcía un poco el cuello de manera que pudiera ver lo que tenía Valen, o al menos intentarlo.

-¿Te llevo a tu casa? Ya es tarde.- Le preguntó esquivando la pregunta recién formulada.

¿Qué? ¿Pero la vas a llevar a su casa? Si ni siquiera la conoces.

-¿No te importaría?

-Bueno, en verdad, creo que lo mejor es que...-observó la cara de Lena antes de continuar.-No, claro que no me molestaría.

-Bueno, vamos.- le dijo agarrándolo del brazo.

Valen se sintió un poco confundo, sin embargo no creía que hubiera problema alguno con que uniera su brazo con el de él.

-Lo siento, no debí...- se disculó a la vez que lo soltaba.

-No hay quilombo, wacha.-mintió un poco incomodo.


Clases sociales/ Valentín Oliva/ WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora