Capítulo 4.

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El humo del cigarrillo estaba esparcido por todo el auto. En otra ocasión le hubiese molestado sobremanera, pero en ese instante realmente no le importaba. Quería una explicación, por eso se había presentado a primera hora en casa del chico de cabello oscuro, que no había lucido completamente sorprendido al verlo estacionado ahí al salir.

- ¿Entonces…? – soltó después de que su amigo le dio la tercera calada al cigarrillo que había encendido en el primer momento en el que se había dejado caer a su lado.
- Creí que si se reunían las cosas se arreglarían – se encogió de hombros en el asiento.

Harry lo miró sorprendido porque aquello era lo más tonto que su amigo podría haberle dicho. En realidad, ni siquiera clasificaba como una explicación.

- ¿En serio, Zayn? – preguntó incrédulo cuando se dio cuenta de que el otro no pensaba decir nada más al respecto – Cuando llegué a tu casa lo primero que te expliqué fue que nos habíamos visto y que nada cambió. ¿Qué te hizo pensar que unas horas más tarde sería diferente?
- ¿No lo fue? – esta vez el chico lo miró, mientras extendía la mano al exterior para tirar las cenizas acumuladas.
- ¡No! – se quejó – fue incluso peor.
Ambos se quedaron en silencio por un momento, mirándose a los ojos. Harry podía notar que Zayn tenía algo que decir, lo conocía lo suficiente como para decirlo, y fue en ese momento, cuando su amigo parpadeó rápidamente que lo supo.
- Lo sabías, ¿cierto?

Zayn miró al exterior unos segundos antes de volver a llevar el cigarrillo a sus labios, usando eso como una excusa para no hablar.

Era claro que Zayn sabía que Louis había conocido a alguien más porque de todas las cosas que ellos solían compartir, su mejor amigo era una de ellas.

- Escucha – el de cabello oscuro lucía tranquilo a pesar de todo – Lo conoció en las vacaciones de verano, después de que te dejó. Viajó con su familia y para Louis fue una gran coincidencia del destino que estando en otro lugar conociera a alguien que estudiase incluso en su misma escuela en un momento en el que necesitaba hablar.
- No lo quiero saber.
- Ese siempre ha sido el problema – soltó – que nunca quieres saber, amigo.
Harry soltó un suspiro antes de encender el auto y ponerlo en marcha.

En definitiva esa era una señal de que el día sería demasiado largo por lo que no quería discutir ni siquiera sobre lo que su amigo le había dicho.

No había lógica en nada. Él siempre intentó hablar con Louis cuando las cosas habían comenzado a lucir fuera de lugar, no había manera de que fuese su culpa.

Al aparcar, se bajaron del auto sin decir palabra alguna a pesar de que sabían que tenían muchas cosas que decirle al otro. Harry sentía como si su amigo le estuviere haciendo más daño del que Louis ya le había causado tomando decisiones sin su consentimiento acerca de lo que más le dolía en ese momento.

Mientras caminaban por el pasillo, perdidos en la infinidad de sus propios pensamientos, Niall apareció de repente corriendo hacia ellos con toda su energía llevando con él una hoja de papel en mano.

- ¡Chicos! – soltó, tan escandaloso como de costumbre – Tengo grandes noticias.
- ¿Suspenderán las clases? – preguntó Zayn, tan tranquilo como siempre.
- Eso sería el mejor día de nuestras vidas – argumentó el rubio, con una sonrisa – Ya tenemos horarios de entrenamientos – sacudió la hoja frente a sus rostros – Hoy tenemos que reunirnos con el entrenador después de clases.

Harry sabía lo que eso significaba, lo tenía presente. Un entrenamiento implicaba pasar más horas extras con Louis que no deseaba pasar, que hacían más lento el proceso de olvidar puesto que su simple presencia estaba cargada de recuerdos que él intentaba sostener fuertemente para mantenerlos, pero que al mismo tiempo deseaba desechar.

Tres Otoños |Larry Stilinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora