Capítulo 9.

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Autora: Pues con el chisme... Hablé con mi primer novio con el que duré los 3 años de secundaría por una publicación que hizo en Instagram (si no me siguen, háganlo ahora mismo) y le respondí algo que sabía que le causaría gracia a pesar de los años y comenzamos a bromear de repente hasta que lo dejé en visto. Esto me hizo reflexionar... Si pudieran decirle a alguien de frente (sin miedo a la respuesta) "YO SÍ TE AMÉ", ¿A quién se lo dirían?

Si le preguntaban lo que era el amor, realmente no podría explicarlo a ciencia cierta pues todas las experiencias que había vivido en el pasado no se asemejaban a ese sentimiento fuerte y glorioso que describían las novelas románticas que se encontraban apiladas en el estante de su habitación, los cuales atesoraba y guardaba como un secreto culposo. Ni siquiera Niall que era su amigo de casi toda la vida tenía idea de aquellos que de encargaba de ocultar cada vez que sabía que el chico iría a visitarlo.

Aquella tarde estaba sumamente aburrido, no encontraba nada que hacer para distraerse. El verano estaba a punto de terminar y los nervios se apoderaban de él al pensar que cuando esas vacaciones terminaran, una nueva etapa de su vida comenzaría con una nueva escuela y personas completamente desconocidas. Su madre siempre le alentaba diciéndole que tendría a Niall de su lado pero el rubio era el mejor socializando, incluso se atrevía a decir que si tenía amigos era gracias a él pues era pésimo para las conversaciones casuales con gente que no frecuentaba.

Se sentó en su cama de repente y decidió que la mejor manera de aliviar la ansiedad que de repente estaba sintiendo era salir a su librería favorita para perderse entre los títulos que alentaban la imaginación de cualquiera y tal vez adquirir una nueva pieza para su colección. Se arregló un poco y decidió no peinarse pues con su cabello no había nada que hacer y emprendió su camino.

A veces mientras iba por la calle le gustaba mirar a las personas desconocidas y tratar de imaginar lo que era de sus vidas. Desdaba que cada una de ellas conociera ese amor que él desconocía porque según su experiencia literaria, aquello era lo mejor que se podía llegar a sentir. Durante su camino, no pudo evitar dejar volar sus pensamientos.

Al llegar miro al mostrador por inercia y se dio cuenta de que ahí se encontraba James, un chico que trabajaba ahí del que se había hecho su amigo por sus constantes visitas a la librería.

- Hey, Harry – lo saludó al verlo entrar.
- James – le sonrió levemente.
- ¿Qué te pareció la saga que te recomendé?

Le había tomado un tiempo lograr terminar la saga de Lucy Maud Montgomery, pero desde que leyó “Ana de las tejas verdes” no pudo parar, pero lo bueno siempre tenía un final cuando de libros se trataba.

- Excelente – rió – pero ahora necesito algo nuevo.
- Si necesitas ayuda házmelo saber.
- Por supuesto.

Se adentró a la librería intentando pensar en qué sería lo que se llevaría en esa ocasión. No tenía nada en especial, ni siquiera un autor en el que ya hubiese pensado, así que estaba abierto a aventurarse a conseguir tal vez algo de lo que jamás había escuchado hablar.

Desde su punto de vista los bestsellers eran algo comercial y mayormente superficial, así que con regularidad solía evitarlos y con esa costumbre se había topado con historias maravillosas que pensaba que todos debían conocer, pero después caía en cuenta de que tal vez estaban hechas únicamente para las personas especiales.

Lo que más le gustaba de aquella librería era el enorme ventanal que daba al exterior. James siempre le pedía su opinión sobre qué era lo que debía de poner a la vista del público a pesar de que siempre lo ignoraba y terminaba mostrando los autores reconocidos del momento. En aquella ocasión no era una excepción.

Tres Otoños |Larry Stilinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora