Capítulo 8.

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Autora: Estuve hablando con mi primer novio con el que duré 3 años de secundaria, ¿Quieren chisme completo?

Harry suspiró pesadamente intentando con todas sus fuerzas no perder la paciencia.

- Lo siento, lo siento – dijo el de ojos azules en su dirección, intentando contener la risa que era demasiado evidente.

Llevaba un par de horas sentado en la biblioteca de la escuela intentando explicarle a Louis unas ecuaciones que por alguna razón no había logrado entender cuando el maestro las había explicado minuciosamente.

Si era honesto, eso le traía ligeros recuerdos a la mente de cuando se quedaba mucho tiempo en casa del de ojos azules con tal de que todo le quedara claro y no fallara en los exámenes pues de eso dependía el hecho de que continuara siendo el capitán del equipo y las becas universitarias que tanto anhelaba.

- Sólo tienes que poner tu mente en orden – pidió.
- Lo sé – rió levemente – pero es un poco difícil al verte tan serio.

Le había sorprendido que después de que las clases terminaran Louis se acercara a él para pedirle que le explicara aquello que no entendió del todo bien, pero llevaban un par de semanas intentando ser lo mas parecido a los amigos cercanos que eran antes de que todo lo romántico sucediera. No era fácil, al menos para él era terrible, pero el estar rodeado de sus amigos le ayudaba mucho para actuar lo más natural posible y la idea de pasar horas con Louis en la biblioteca a solas era como una prueba de fuego.

Era real que él había aceptado la situación actual, e incluso había aceptado ser amigo de Louis como lo eran en el pasado, pero dolía más de lo que imaginó.

- Es necesario para que no dejes de ser capitán – comentó, recordando lo que solía decirle cuando eran algo más que eso.

Louis por fin dejó de reír y lo miró directamente a los ojos.

- Mantener eso a veces es un poco complicado, ¿no?
- No del todo – le animó – sólo debes enfocarte. Eres muy inteligente.
- Sigues pensando eso, ¿eh? – sonrió tristemente.
- Porque pude comprobarlo, Lou.

Los ojos azules de Louis se desviaron de regreso a sus apuntes. Harry sabía que ni siquiera los leía, pero a veces era necesario apartarse de lo que le estaba haciendo recordar y anhelar algo, incluso él lo sabía porque lo vivía a diario.

Miró el reloj que se encontraba colgado en la pared de la habitación de su novio para después desviar la mirada hacía Louis que lucía enfadado después de las horas que llevaban ahí y las horas sin dormir.

Ambos se encontraban sentados detrás del escritorio de madera que la madre de Louis había mandado a hacer especialmente para que realizara sus tareas escolares. Estaban demasiado cerca el uno del otro ya que a las nueve de la noche el de ojos azules llamó al rizado con urgencia ya que al intentar ponerse a estudiar se dio cuenta de que su libro de Biología se quedó en la escuela y al día siguiente tenían un examen que definiría sus calificaciones del final del ciclo escolar. Harry llegó de prisa y decidieron estudiar juntos con un solo libro, lo cual dificultaba todo pues el de ojos verdes leía más rápido que su novio.

- Estoy harto de esta mierda – Louis se puso de pie de golpe – mira la hora y seguimos aquí. Mi cabeza explotará.
- Tranquilo, ya falta menos – se mantuvo tranquilo a pesar de que entendía perfectamente a su novio.
- ¿Y cuánto más dormiremos? – se pasó las manos por su cabello, despeinandolo un poco más- y todo es tu maldita culpa.

Harry frunció el entrecejo al escuchar la acusación pues no recordaba haber hecho algo para que se encontraran en aquella situación más que ir corriendo para ayudar al de ojos azules.

Tres Otoños |Larry Stilinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora