Epílogo

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Revisó su maleta por última vez para asegurarse de que todo estaba en orden y de que realmente no olvidaba nada. Conocía a su familia y sabía que si les informaba que había dejado algo en casa en seguida se dirigirían todas a su nuevo apartamento con la excusa de llevarle lo que olvidó, él no quería eso, así que aunque pareciera exagerado, quería que todo estuviese dentro de su equipaje.

Había discutido con Harry, no en la mala manera como en el pasado, simplemente se sentaron a hablar sobre qué debían llevar. Ambos querían llevar el propio, pero al final su madre intervino diciendo que sería bueno tener el auto de Louis en casa ya que Lottie podría necesitarlo ahora que estaba aprendiendo a conducir. Aquello hizo que perdiera la batalla civilizada, por lo que sólo esperaba por su novio para poder partir.

Ambos ya habían ido con sus padres a buscar apartamentos, pues decidieron que vivir juntos sería buena idea, además de que “casualmente” terminaron rentando un apartamento que quedaba a unas calles del que ocuparían sus amigos Liam, Niall y Zayn. Pero a sus padres les pusieron la excusa de que aparte de estar cerca de la que sería su escuela, tenía un Tesco cerca, por lo que no correrían riesgo alguno.

En ese momento, después de revisar otra vez y sintiendo sus manos temblar por las ansias que le causaba el querer indagar de nuevo en su maleta, escuchó el claxon de la camioneta de Harry sonar en el exterior. Miró por la ventana y lo vio tomar su móvil, estaba seguro de que en ese momento le escribiría un texto, así que tomó sus cosas y cuando se encontraba a la mitad del camino escuchó el sonido de un mensaje entrante.

En la puerta su madre y sus hermanas se encontraban listas para llenarlo de abrazos. La despedida no era dolorosa porque sabía que las creía a menudo, al final de cuentas no se estaba marchando a vivir al otro lado del mundo. Charlotte le prometió cuidar su habitación, aunque él no se sentía seguro de que al regresar para las vacaciones encontrase su cuarto intacto.

Cuando por fin salió, Harry se encontraba fuera del auto apoyado en la puerta, su posición era relajada. Conocía a Louis y de ante mano sabía que tardaría. Al verlo le sonrió ampliamente, con hoyuelos y todo. En ese momento Louis se sintió estupido por haber dejado a ese chico, por haberlo apartado de su lado por un tiempo…

- Déjame ayudarte – dijo, el rizado, tomando la maleta de las manos de Louis - ¿Qué traes aquí? – frunció el entrecejo - ¿Piedras? – preguntó, mientras abría el maletero del auto con dificultad.
- Lo necesario, rizado.

Louis se acercó al chico de ojos verdes para ayudarlo a acomodar el equipaje, notando al instante que dentro del maletero ya estaba el bolso de Harry y también tenía un par de cajas que llevaban grabada la palabra “libros".

- No sé quién de los dos está peor – expresó, apretando los labios para no dejar salir la risa.
- Son necesarios – se defendió, haciendo un adorable puchero.
- Apuesto a que lo son – se burló.

Empujo un poco las cajas para acomodarlas de mejor manera, permitiendo que el rizado metiera su equipaje sin problemas. Ambos se quedaron mirando las cosas que tenían en frente y parecía una alucinación, realmente aquello lo habían hablado años antes cuando apenas iniciaban su relación, se imaginaban cosas de cómo sería cuando se mudaran juntos y todo lo que harían al estudiar la universidad en la misma escuela.

Todos los planes del pasado comenzaban a materializarse de alguna manera y eso lograba que su corazón se hinchara de emoción y curiosidad al no saber lo que les esperaba más adelante, aunque lo único que tenía claro en ese momento era que de Harry no quería volver a separarse, aquello era un dolor innecesario para ambos.

- ¿Listo? – preguntó,  el rizado, cerrando el maletero de la camioneta.
- Por supuesto.

Se sonrieron con complicidad,  esa que jamás de había perdido y que estaba seguro de que les duraría toda una vida.

De repente sintió los labios de Harry sobre los suyos. Sonrió un poco dentro del beso antes de responderle. Fue suave y cargado de afecto. Podía notar que el chico que estaba frente a él igual estaba emocionado.

- Vamos.

Harry tomó su mano y lo guió al asiento del copiloto donde abrió la puerta para que pudiera tomar asiento para después rodear el auto y tomar asiento a su lado.

Tres Otoños |Larry Stilinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora