Capítulo 1.

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Autora: Ya vi que iban a empezar a decirme que prometí subir capítulo diario... ahí está.

Las vacaciones de verano no habían sido para él lo que todo joven deseaba que fueran sus vacaciones de verano. Al contrario de los demás, él se había dedicado a dormir, mirar fotos, llorar, ver películas ridículas, llorar nuevamente, comer y desear retroceder los días para arreglar las cosas y empezar a hacer todo bien con tal de mantener a Louis a su lado.

Aquella mañana el canto de su hermana lo había despertado y, a pesar de que ella no tenía la mejor voz a esas horas, se lo había agradecido internamente ya que se conocía tan bien que estaba seguro de que él no lo hubiese logrado por su propia cuenta.

Tomó una ducha con movimientos lentos, sintiéndose mareado y enfermo al recordar que aquel era su primer día de clases y por fin volvería a ver a Louis después de haber perdido contacto desde aquel día en que todo aquel tiempo en el que habían estado juntos se había ido a la basura por unas simples palabras.

La imagen de Louis llorando frente a él diciendo que todo debía de terminar lo atormentaba todos los días, incluso cuando cerraba los ojos, las imágenes se repetían una y otra vez a pesar de que había intentado con todas sus fuerzas sólo pensar en los buenos momentos que habían pasado juntos.

Las personas solían decir que el tiempo lo cura todo, pero Harry había aprendido por experiencia propia que en ocasiones no era de esa manera, que simplemente los días pasaban sin llevarse el dolor y que por la fuerza él tenía que seguir, puesto que éstos no se iban a detener para esperarlo. Tenía que aprender a vivir con aquello.

El tiempo no cura todo… sólo alivia por momentos.

Cuando se encontraba en su auto camino a la escuela quiso pisar el freno y empezar a andar en reversa, pero no podía dejar la preparatoria cuando ya estaban a punto de terminarla, simplemente tenía que cumplir con todo aquello que la vida le exigía.
Al entrar al estacionamiento, por simple costumbre condujo hasta ese lugar que siempre ocupaba puesto que sabía que a un lado se estacionaría Louis y después entrarían juntos a la escuela, pero ese día no estaba el auto azul del chico que solía ser su novio, su espacio del estacionamiento estaba vacío a pesar de que él seguía con esa maldita rutina que le rompía el corazón.

Antes de bajar del auto apoyó la frente en el volante preguntándose qué harían ya que compartían clases y su grupo de amigos era el mismo. Deseó que Louis no llegara y, a juzgar por el espacio en el estacionamiento, pensó que sus deseos se harían realidad por primera vez en su vida sin que resultara algo contraproducente.

Salió del auto con pereza tomando sus artículos escolares y cuando empezó a caminar hacia el enorme edificio, en el estacionamiento, en un lugar demasiado lejano, notó el auto azul…

Las señales eran claras y su mente se resistía a entenderlas. Louis ya no quería nada con él, la ausencia de mensajes de texto o llamadas durante el verano se lo habían insinuado, pero el ver el auto del chico tan lejos, se lo había confirmado…

Sin ánimos se adentró a la escuela, donde todos lo miraron como si supieran cada detalle, con lástima y, mierda, simplemente aceleró el paso hasta llegar a su aula donde ya se encontraba su mejor amigo Zayn con los audífonos puestos y los ojos cerrados. A pesar de que tenía el aparato conectado a sus oídos, al acercarse, podía escuchar claramente el sonido de la música y no pudo evitar preguntarse la razón por la que aún su amigo no estaba sordo.

El de cabello oscuro sacudió la cabeza hacia adelante y hacia atrás dejándole claro que escuchaba rock pesado, pero cuando quiso alejarse para encontrar un lugar, como si fueran alarmas, los ojos del de cabello oscuro se abrieron clavándose en su rostro al instante.

- ¡Hey! – saludó Zayn, con una enorme sonrisa en el rostro.

Cuando menos se lo esperó, su amigo se puso de pie para abrazarlo de una manera demasiado efusiva a la que él respondió torpemente puesto que el acto lo había tomado por sorpresa.

- Te extrañé – confesó el de cabello oscuro al separarse de él.
- Y yo a ti – sonrió débilmente porque aquella acción era lo único que sus ánimos le permitían regalar.

Zayn frunció el entrecejo y es que ninguno de sus amigos estaba enterado de lo que había sucedido.

- ¿Qué sucede? – preguntó preocupado y después de analizarlo por unos segundos - ¿Y Louis? – lo había notado por lo que Harry simplemente agachó la cabeza tratando de evitar que se notara ese dolor que sentía que día a día lo consumía.

Escuchó una pequeña exclamación de sorpresa por parte de su amigo y después sintió sus brazos nuevamente rodeándolo con fuerza mientras su corazón se empezaba a partir en mil pedazos como si estuviera hecho de cristal.

Tres Otoños |Larry Stilinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora