Ven conmigo,cielo– dijo Samuel,que había estado observando la escena sin interferir. Tomó la mano de la pequeña Emma–. Creo que Papi y Sasuke tienen que hablar a solas.
–¡No quiero!– protestó la niña agarrándose a la chaqueta de Sasuke.
Pero Olivia tomó rápidamente las riendas de la situación.
–Es la hora de comer– dijo alzando a la niña en brazos–. Quédese a comer con nosotros, Sasuke. No le prometo nada especial, pero estaremos encantados de que sea nuestro invitado.
– Gracias.
Sasuke inclinó la cabeza. Cuando se quedaron solos, Naru lo invitó a sentarse, pero éste no lo hizo.
–¿ Te encuentras bien?– preguntó él
–Sí– dijo el. Le temblaban las piernas y tuvo que dejarse caer en el sillón que ocupaba antes su tío. Notaba las lágrimas que se le agolpaban en el fondo de los ojos, y parpadeó–. Deberías haberme avisado de que venías.
–¿Para qué?¿ Para no estar aquí cuando llegara?– preguntó él cambiando el peso a la pierna buena.
–¡No!– exclamó el–. Quería verte, aunque sólo fuera...para decirte por qué volví a Inglaterra.
–Ah, creo que eso ya me lo dijo Anita.
–Lo dudo. Fue ella quien canceló la entrevista, no yo.
–¿ Te dijo por qué?
Naru frunció el ceño.
–Bueno, dijo que nunca hubiera aceptado hacerla de no ser por ti,pero eso ya lo sabía,¿no?– Naru apartó la mirada–. Y me dijo que no le gustaba la idea de tener «una serpiente en el jardín». Por lo visto no le gustó que nos hubiéramos conocido en Londres.
–Mm– musitó Sasuke–.¿ Y no mencionó la visita que te hice la noche anterior a mi partida a Río?
–¡¿ Lo sabía !?– Naru estaba horrorizado.
Sasuke se dejó caer en el borde del sillón frente a el.
–Sí, y no le gustó, probablemente porque quiere proteger la reputación de su hija. Además, no puede soportar la idea de que yo encuentre la felicidad con otra persona.
El abrigo que Naru había dejado en el reposabrazos del sillón cayó al suelo.
–¿Conmigo?– preguntó en un susurro apenas audible.
–¿Con quién si no?– respondió él–. Hasta que volvimos a vernos, Anita sabía que yo no tenía la menor intención de entablar una relación sentimental con nadie.
–¿Sabe lo de Emma?
–Ahora sí.
–¿Se lo dijiste tú?
–Claro,pero ella ya lo sospechaba. No me extraña que te echara de su casa.
–No.
–Claro que, si hubieras querido quedarte, podías haber venido al rancho.
–¿Cómo? No tenía tú número de teléfono–protesto el poniéndose en pie,como impulsado por un resorte, sintiendo de nuevo el picor de las lágrimas.
– Pudiste alquilar un coche y venir a Montevista.
–¡No podía hacer eso!– Naru lo miraba con incredulidad–.¿ Qué habría hecho si tú también me hubieras echado?
Sasuke apretó la mandíbula y, apoyando las manos en los brazos del sillón,se puso en pie.
– Nunca te hubiera echado– le aseguró él con dureza–. Eres el Papi de mi hija, el papi de mi único hijo que podré tener.
Naru parpadeó.
–¿ A qué te refieres?
–¿ Tú qué crees? El accionante no sólo me desfiguró por fuera,sino también por dentro.
–¡Oh, Sasuke!– ahora Naru empezaba a entenderlo todo–¿ Por eso querías recuperar nuestra relación?¿ Por Emma? Claro,quieres a Emma y estás dispuesto a hacer lo que sea por recuperarla.
Sasuke retrocedió unos pasos, pasándose la mano por el pelo.
–¿ De verdad crees eso de mí ?– tras un silencio, continuó–: Entre tú y yo hay mucho más que la existencia de nuestra hija, y lo sabes.
–¿Lo sé?– Naru se rascó el dorso de la mano con gesto nervioso y deseó tener un mayor control de sus emociones.
–Deberías saberlo– le aseguró el –.¿ Quieres que te lo demuestre? Aunque no creo que a tus tíos les haga mucha gracia que te haga apasionadamente el amor aquí mismo,delante de la chimenea.
–Me Tomás el pelo.
–No.
Naru negó con la cabeza y le dió la espalda ,incapaz de mantener aquel desigual enfrentamiento de voluntades.
–Oh, sabes que puedes hacer conmigo lo que quieras– murmuró el –. Sabes que sólo tienes que besarme para tenerme totalmente rendido a tus deseos.
–¿ Lo sé?– la voz de Sasuke cambió, haciéndose más graves, y de repente Naru notó sus manos cálidas en los hombros tirando de el hacia el cuerpo firme y duro–. Nunca me lo has dicho, pequeño. Dime exactamente qué soy para ti.
–Ya lo sabes– insistió el–. Siempre lo has sabido.¿ por qué lloras?¿ Porque me quieres o porque temes que quiera quitarte a Emma?
Naruto volvió la cabeza para mirarlo.
–¿Lo harías?–pregunto con ansiedad.
–Si tienes que preguntarme eso,es que no me conoces para nada– dijo él soltándolo y dando un paso atrás–. Tranquilo, Naruto. Emma está a salvó. Yo nunca haría nada que pudiera poner en peligro su futuro ni el tuyo.
Dió media vuelta y se inclinó a recoger el abrigo que había dejado en el respaldo del sillón.
– Por favor, dile a tu tía que no puedo aceptar su invi....
–¡No te vayas!– Naru lo sujetó por el brazo y le quitó el abrigo de la mano–.
Por favor, perdóname. No sé por qué lo he dicho– se mordió el labio inferior con los dientes–. Supongo que por ....por celos.
–¿ Celos?
–De Emma– confesó avergonzado–. Porque a ella la quieres como nunca me has querido a mí. Ni cuando saliste del hospital quisiste buscarme.
Te casaste con Ino.
Sasuke maldijo en voz baja.
–Como si lo pudiera olvidar– masculló entre dientes–. Cuando salí del hospital pensé que ninguna mujer o doncel querría cargar conmigo, y a ti apenas te conocía. No podía venir y pedirte que me aceptaras en tu vida después de cómo nos separamos.
–¿Te refieres a la llamada de tu padre?
–Sí, aquella maldita llamada. Te dije que era por trabajo,pero en realidad era por Ino. Ino era drogadicta, Naruto,y se pasó buena parte de su vida entrando y saliendo de clínicas de rehabilitación,tratando de dejar las drogas,pero nunca lo consiguió.
Naru quedó bien momento en silencio.
–No lo sabía.
–Claro que no,ni tú ni nadie. Anita hizo lo imposible para mantenerlo en secreto. De hecho, fue ella quien convenció a mi padre para que me llamara aquel día y me convenciera para volver. Creía que yo era el único que podía ayudar a Ino.
–¿Y lo conseguiste?
–No, y después del accidente...
–Pero te casaste con ella.
–Sí,lo hice– Sasuke suspiró–. No me preguntes por qué. Porque mi padre sufrió otro infarto después del accidente ; porque era lo que esperaban todos;porque mi padre quería que le diera un nieto...
–Pero acabas de decir que no podías...
–Sí,pero no sé lo dije a nadie– admitió él con dolor–. No era un hecho que me gustará publicitar.
–¿Estabas enamorado de Ino?
–Le tenía afecto– dijo él–. Nos conocíamos desde niños, y ella quería que su madre estuviera orgullosa de ella. De paso ,yo conseguía que la gente dejara de sentir lástima de mí a causa de las cicatrices.
–Oh, Sasuke.
Sasuke buscó con la mano la barbilla del doncel, le ladeó la cabeza y le acarició Bel labio con el pulgar.
–¿Cómo hubieras reaccionado al verme si me presentaba en tu casa con el aspecto que tenía al salir del hospital?– preguntó él roncamente –. Pienses lo que pienses ahora,no me habrías aceptado.
–¡Sí!
–¿Sí?– Sasuke lo miró con intensidad –.Ah, sí,estabas embarazado de mi hija. Quizá eso hubiera cambiado las cosas.
–No, Sasuke,mi embarazo no importaba . Lo que yo sentía no era por tu aspecto, sino por ti.
–¿De verdad creías que teníamos algo especial?
–¿ Tú no?–un estremecimiento recorrió el cuerpo del doncel, y Sasuke se dió cuenta de lo mucho que había adelgazado en las pocas semanas que llevaban separados –. Lo pensaba entonces y lo pensé aquella noche en Villa Mimosa– continuó el –. Pero tú no dijiste nada,y cuando Anita me dijo que me fuera...
–Sí....
Sasuke le deslizó el pulgar en la boca,y Naru lo acarició con la lengua.
–¡ Cuánto tiempo hemos perdido!– exclamó él, y le acarició los labios con la boca.
Naruto separó los labios y se pegó a él, pero Sasuke lo interrumpió.
–Ten compasión de mi ,pequeño– suplicó él–. Sabes lo mucho que te deseo, pero ésta no es mi casa– le enmarcó la cara con las manos–. Te quiero, querido.
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cicatrices de amor
RomanceNaruto conoció al japonés Sasuke uchiha en una fiesta en Londres.Tras una noche con él, se quedo embarazado y tuvo una hija,hikaru. Tres años después, tras recuperarse de un gravé accidente de coche y quedar viudo,Sasuke se enteró de k Naruto tenía...