capítulo 9

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Se puso un pantalón de vestir negro y una blusa de tirantes color perla, formal si ser demasiado tradicional,y unas sandalias también negras y se miró en el espejo. Los pantalones resaltaban las piernas largas y torneadas y la blusa le resaltaba el par de kilos que había engordado desde el nacimiento de Emma daban a su figura un aspecto más sinuoso.
Cuando estuvo preparado tocó el timbre ,y prácticamente al momento apareció una doncella para acompañarlo de nuevo a la casa principal. Allí ,en una terraza acristalada adyacente al salón, estaba Anita Silveira,lánguidamente tumbada en una chaise longue.
Cuando ésta oyó entrar a Naru se puso en pie y lo recorrió de arriba abajo con los ojos,con una mirada que no ocultaba cierta molestia,como si le faltará algo. La escritora llevaba un caftán de colores con un pronunciado escote.
-Ah,señor Uzumaki- dijo dejando la copa que llevaba en la mano-. Está usted encantador.
-Me lo tomaré como un cumplido- dijo intentando bromear. Miró a su alrededor,y vio a un camarero de pie en una esquina-. Este sitio es preciso. Menos formal que ....que....
-¿Mi casa le parece formal, señor Uzumaki?
Al oírla Naru decidió que tendría que pensar bien sus palabras antes de hablar.
-Hum, tradicional- dijo por fin-. Me recuerda casas que he visto en Portugal- se humedeció el labio y después continuó-: La verdad es que tiene una casa preciosa.
Las palabras de Naru parecieron aplacar un poco a la mujer,que señaló hacía donde estaba el camarero.
-¿Qué quiere beber?¿ Vino, o quizá un cóctel?
-Vino blanco,por favor- dijo Naru.
Lo que menos necesitaba era una bebida con alto contenido de alcohol para confundirlo todavía más .
- Muy bien- Anita chasqueó los dedos-. Una copa de vino blanco para el señor, Ruis, por favor.
- Si,señora.
Un momento más tarde Naru tenía una copa de vino blanco en la mano.
-Gracias- dijo al joven que regresó a su puesto junto al gabinete.

Entonces Naru oyó un ruido de pasos desde la habitación contigua. Eran pasos lentos, algo titubeantes, pero Anita se volvió con evidente placer hacia la puerta.

-Aquí está mi yerno- dijo sorprendiendo a Naru, que no sabía que su hija se hubiera casado-. Ven a saludar a nuestra invitada, Sasu. Te estábamos esperando.

Naru suspiró. En el fondo esperaba que Anita decidiera empezar la entrevista aquella misma noche,pero ahora era evidente que sus intenciones eran otras. A pesar de su hospitalidad,Naru se alegraría cuando por fin terminara con aquel trabajo. Y desde luego, conocer a los miembros de su familia no era parte del trato.
Pero entonces sintió que le flaqueaban las piernas. El hombre que apareció por la puerta lo miraba con ojos fríos y sarcásticos. Quizá Anita lo conociera como Sasu,pero para Naru aquel hombre era Sasuke. Habían pasado tres años desde la última vez que se vieron,pero el hombre que entró arrastrando una pierna y con pasos desiguales a la terraza era sin duda el padre de su hija.

Naruto quiso sentarse, pero no podía hacerlo sin despertar la extrañeza de su anfitriona. Tampoco quería que ésta se fijara en la perplejidad reflejada en su rostro, y en lugar de eso, se mantuvo donde estaba con una estúpida sonrisa helada en los labios mientras Sasuke se acercaba a Anita.
Casi inconscientemente se dio cuenta de que él arrastraba ligeramente una pierna, y cuando él se inclinó para besar las mejillas de la escritora,Naru vio la cicatriz que iba en diagonal desde la ceja derecha hasta la boca y tuvo que contener una exclamación.
-Hola, querida- dijo él recién llegado con la misma voz grave e inquietante que Naru recordaba-. Veo que ha llegado nuestro invitado.
¿Nuestro invitado?
Naruto tragó saliva.¿Qué querría que dijera ahora?¿Querría que mencionara que se conocían? En otras circunstancias no lo hubiera dudado, pero aquélla era una situación muy especial, y potencialmente peligrosa. Por encima de todo tenía que pensar en Emma.
¿Sabría lo de su hija?¿O era simplemente una terrible coincidencia, tan inesperada para él como lo era para el?
-Sí,es el señor Uzumaki- oyó que decía Anita Silveira, que lo estaba señalando con la mano-. Éste es mi yerno, señor Uzumaki,Sasu Uchiha. Cenará con nosotros.
Antes de que Naru pudiera decir nada, Sasuke le tendió la mano a modo de saludo.
-Bienvenido a Brasil, señor Uzumaki- dijo él-. Es un placer conocerlo.
Así quedaba claro que él no tenía la menor intención de reconocer que lo conocía. Naru se humedeció los labios con la lengua, deseando mostrarse tan indiferente ante la situación como parecía estarlo él. A menos que no lo recordara ,claro. Quizá para él conocerlo no había sido tan inolvidable. Probablemente se acostaba con muchas mujeres o donceles en su visitas a Londres.
Y también estaba claro que había regresado a Brasil para casarse poco después. Apretó la copa de cristal. No, no había Sido tan inolvidable. Pero era otro hecho que debía olvidar si quería concentrarse en el artículo que iba a escribir, se recordó con firmeza. Aunque sabía que la hija de Anita había muerto a los veinte o veintidós años, estaba bastante seguro de que su tío no le había mencionado que hubiera estado casada.
A pesar de todo, Sasuke había cambiado. Parecía mucho más mayor de lo que el recordaba,sin duda debido a la pérdida de su esposa.
Se le hizo un nudo en el estómago, pero lo ignoró. Lo que no pudo ignorar fue la sensación de que el carisma y el poder de Sasuke podrían volver a vencer su resistencia una vez más.
-¿Cómo está,señor?- dijo el haciendo un esfuerzo, y mayor aún cuando los dedos fuertes y ligeramente encallecidos le tomaron la mano.
Lo que ya no pudo hacer fue evitar un retroceso instintivo al sentir la oleada de calor que le recorrió el brazo y la cara cuando la palma masculina le apretó breve e íntimamente la suya.
«Oh,no», pensó el mirándole a los ojos y viendo el desprecio que torció los labios masculinos al ver su reacción. Sin duda Sasuke creyó que su aspecto lo repelía.¡Dios, cuánto se equivocaba!
Por lo visto Anita no quedó indiferente ante la tensión entre su yerno y su invitado.
-Su tío debió de decirle que mi hija Ino murió hace poco más de un año- intervino la mujer mirándolo primero a el y después a su yerno. A continuación se colgó del brazo masculino-. Desde entonces ,Sasu y yo estamos muy unidos.¿ Verdad querido? Juntos hemos superado su pérdida.
Naruto abrió desmesuradamente los ojos ¿ Tan poco hacía que había muerto la hija de Anita?,se preguntó. ¿Cuánto tiempo estuvieron casados antes de que....un accidente los separara?¿O estaban ya casados cuando lo conoció en Londres?
-Desde luego- dijo él. Y a continuación, dirigiéndose a Naru y en un tono mucho más frío, añadió-: Tengo entendido que usted también tiene una hija,señor Uzumaki. Es una lástima que no haya podido traerla con usted.
Naru de repente sintió como si se ahogara. No podía respirar. Lo sabía,pensó. Sasuke conocía la existencia de Emma.¿Pero cómo? ¿Sabría que era su hija?¿Y cómo lo habría descubierto?
-Yo....yo.
Las palabras se le atragantaron en la garganta al darse cuenta de que él no se había sorprendido al verlo.
Sasuke sabía que venía,y por una razón u otra, no intentó detenerlo. ¿Por qué?¿Por qué quería volver a verlo? A menos que fuera por algo relacionado con Emma.
Con la boca seca, pensó en beber un trago de vino para aclararse la garganta,pero lo único que consiguió fue atragantarse con el líquido y empezar a toser descontroladamente. Sasuke se acercó a el y le quitó la copa de la mano.
-Creo que nuestro invitado está demasiado cansado para responder a tus preguntas, Sasu- dijo Anita,y chasqueando los dedos al camarero, le dió una serie de instrucciones en portugués-. Le he dicho a Ruis que Sancha le lleve la cena a su habitación. Estoy segura de que lo prefiere.
Naru suspiró con alivió.
-Sí. Gracias, señora- dijo tratando de evitar los ojos de Sasuke-. Estoy muy cansado . Ha sido un viaje agotador. Si me disculpa, me retiraré a mi habitación.
-Acompañaré al señor Uzumaki a su habitación- se apresuró a ofrecerse Sasuke.
A Anita sin embargo no debió de parecerle tan buena idea.
-Creo que el señor Uzumaki preferirá que le acompañe uno de los criados- dijo dándole unas palmaditas en el brazo a Sasuke-. Apenas te conoce, Sasu,y reconoce que a veces puedes resultar un tanto intimidador.
Sasuke apretó los labios y dijo algo a Anita en su idioma que le borró la sonrisa de la cara. Después, volviéndose a Naru, le dijo:
-Le pido disculpas si le he intimidado, señorito. No era mi intención. Continuaremos nuestra conversación en otro momento.
Naruto quería decirle que no tenía nada de qué hablar con él, pero no era el momento de empezar una discusión, y prefirió responder con una sonrisa.
- Será un placer, señor-dijo negándose a dejarle ver el fuerte impacto que su presencia había tenido en el.
Con alivió, Naru siguió los pasos de la misma doncella que había ido a buscarlo a su habitación y que le acompañó de regreso.
Cuando le llevó la comida,Naru había perdido por completo el apetito.
Se sentía enfermo,desorientado ,sin entender qué hacía allí ni por qué le habían seleccionado a el.
¿Estaba allí para escribir un reportaje sobre Anita Silveira? ¿O había Sido una estratagema para llevarlo hasta allí? Sí era así,¿qué esperaba conseguir Sasuke? El único motivo podía ser Emma,y eso sí que le asustaba.

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