Revólver... revólver... vuelta... vuelta.
Esteban suspira enfrente de mi y pasa su mano izquierda sobre su nuca.
-Arriba la gente es un caos, no recuerdo la última vez que tuvimos una semana ligera -comenta.
La leche batida no se acaba.
-Sin Taylor todo es un desastre, el nuevo jefe parece que penas sabe lo que hace.
Empieza a adquirir el tono café.
-La boda es importante para el, pero la empresa lo es para todos, dos bodas han ocurrido en el último año y no creo que sobrevivamos una tercera.
Revólver... revólver.
-Al menos Taylor mantenía el orden, Marcha se lo deja todo a Margaret, ayer me quedé para ayudarla con lo del día, es demasiado extraño, ¿para qué volverse accionista si ni siquiera puede dominarlo?
¿Cuánta azúcar debería ponerle?, ¿debería ponerle azúcar? Esa es la cuestión.
-Es tan extraño... todo el tiempo lo veo ocupado, pero Margaret es quien se encarga de la empresa. Es demasiado torpe, eso debe ser...
Revolver... Revol...
-¡Oye! -intento quitarle mi cuchara de las manos.
-Me preocupas -dice -. Te conozco desde hace dos años y jamás te había visto tan distraída.
-¡Mentira!
-Bien, al menos dime lo último que te dije -oh -dime.
-Me -digo y no logro evitar reír.
-Incluso distraída, puedes ser igual de tonta.
Tomare eso como un halago. Aunque algo me dice que no lo es...
Intento alcanzar de nuevo mi cuchara, pero al igual que la primera vez el logra salirse con la suya. ¡Al diablo con el decoro!
¡Cuchara, te recupere aunque sea lo último que haga en la vida!
Lanzó ambos brazos contra el, deja caer la cuchara para atraparme. Intento alcanzar la cuchara con mi boca, pero el jala de mis brazos como si de una marioneta se tratara.
Su risa suena en mi oído.
-Estefanía. -nada me detendrá -Señorita Wilson -oh, mierda.
Si no lo veo no está. Aún así alzo el rostro.
David luce un traje gris y una corbata plateada que hace contraste con sus ojos. La mandíbula cerrada, y la vista clavada en ambos como si fuéramos dos chiquillos.
-¿Emmm? -logro articular, o algo parecido.
-Acompañeme -dice y se gira para salir de la cafetería.
Trago saliva y me levanto para seguirlo. Recibo un breve apretón de manos al girar a Esteban, acompañado con una sonrisa de disculpa, diversión e interés.
Al salir del comedor no tardo mucho en ubicar a David esperando fuera del ascensor, con la mirada fija en el y la espalda fija en mi.
Camino temblando hasta situarme a su lado, justo cuando las puertas se abren y el entra, arquea una ceja, y entro. Las puertas se cierran, y con ellas mi respiración.
No sé si prefiero que el ascensor tenga música, o este contenta con el profundo silencio.
El único sonido es el chirrido que produce el metal contra metal.
Por instinto lo miro. Me arrepiento.
Vuelvo la cabeza para observar los números, ¿Por qué tenía que ser el último nuestro piso?
La curiosidad me vence.
-Y... ¿Para que me necesitas? -preguntó.
"¿Para que me necesitas?" ¿Por qué pregunté eso? Suena como algo que se le diría a un jefe sí, suena algo que se le diría a su amigo si, pero no suena algo que se le diría a un desconocido ¿O sí? No se cómo tratarlo, como hablarle.
El vuelve la mirada por un segundo para volver al frente.
-Mi madre.
Oh, claro eso lo explica todo.
Asiento.
Las puertas se abren después de un segundo. David es el primero en salir y dirigirse a su oficina. Lo sigo.
Dentro están Aleja, y Ellie Goodall.
Oh, no.
Volvimos!!
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The Wedding Jacket |Cazadora de Bodas|
Humor¿Qué harías si tu primer amor aparece de la nada, comprometido, con un nuevo nombre y se conviertiera en tu jefe...Ah y de paso te piden que seas su dama de honor? Cretidos de portada @Karen_Valles21 de @Photobook