Capitulo 6

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A pesar de todo lo que corre por mi cabeza, no logro quitar la inmensa sonrisa en mi rostro

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A pesar de todo lo que corre por mi cabeza, no logro quitar la inmensa sonrisa en mi rostro.

Nada más entro al baño y corro hacia el lavamanos. Dejo que el agua corra sobre mi rostro y hago un reinventó de todo lo que he descubierto desde ayer.

1. Lo encontré.
2. Está más bueno que nunca.
3. Está comprometido con la mujer más perfecta en el mundo.
4. Su nombre ahora es Erick Marcha ¿razón? no tengo idea.
5. Me recuerda.

La mujer perfecta, una mujer con la cual tenía todas las que perder.Ya que Ellie Goodall, quitando el hecho de ser la defensora mundial por la paz era la mismísima reencarnación de Megan Fox. A su lado yo era una morza fea, gorda y chaparra.

Suspiro, resignada buscando mi móvil para contarle a Annie sobre la junta, sin embargo no puedo llegar a escribir ya que alguien toca la puerta con fuerza.

—¿Podrías por una vez en tu vida, hacer tu trabajo? —me grita una voz femenina desde afuera.

No, tu no... Vete.

Quizá... si no hago ningún ruido, crea que estoy muerta.

—Se que estás ahí, así que sal ahora mismo.

Ruedo los ojos y abro la puerta, recibiendo una mirada de repulsión.

Si las miradas matarán yo ya estaría muerta, aplastada por un camión de carga, pisoteada por un elefante, quemada en un volcán a ocho mil kilómetros bajo tierra y ella bailando sobre mi tumba.

—Estoy enferma, Amanda —miento, hablando con voz cansada para que me crea —No es un delito ir al baño.

Su negra cabellera se sacude de un lado a otro y me contempla con una sonrisa diabólica.

—Debería ser un delito que seas tan holgazana —espeta.

—Emmm...

La ignoro, y camino hacia mi escritorio.

—Maldita arpía —susurro, sentándome de mala gana.

Karla gira, divertida en su silla.

—¿Problemas con la bruja?

Me encojo de hombros.

—Sólo tiene envidia —zanjea —ademas de aue ahora eres amiga de la esposa del jefe.

—Si, bueno —rio —tampoco fue como si ella tratara de volverse su amiga.

—Suerte que no guarda rencores.

—Suerte para ella, debería dejar de andar detrás de los demás y comenzar a hacer su trabajo —digo de mala gana.

—Si sigue así no durará mucho tiempo —dice Karla mirando a la aludida por encima de sus gafas negras.

—Y será una gran pena —digo con expreción falsa, tecleando la contraseña del monitor.

—El pastel que le teníamos preparado para su cumpleaños se desperdiciará —me sigue el juego.

The Wedding Jacket |Cazadora de Bodas|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora