Hola mis amados lectores espero alguien me lea y comente.
Como siempre los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.
Disfrútenlo
YYY
Capítulo 1. Un día en la vida de Katsuki Bakugo.
*Habían pasado 3 semanas desde el incidente de la cubeta de agua. *
El pitido que le taladraba los oídos como todas las mañanas, hizo eco en su obscura y vacía habitación. El entumecimiento de su cuerpo, por haberse sobre exigido de nuevo estaba haciéndole imposible la labor de levantarse del calor cómodo que le invitaba a seguir durmiendo. Su cuerpo le pedía a gritos un día de descanso.
Más un gruñido a su estúpida situación fue más que suficiente, para con toda la terquedad que era capaz, salir de sus atrapantes cobijas con esa mirada escarlata llena de ira. Era de los que tenían un humor de perros al despertar.
Entonces, arrastrando sus pies, se obligó a salir de su cama para levantarse. Cabe mencionar que sentía una maldita falta a su dignidad no poder ni avanzar los escasos metros que lo separaban de la cómoda donde descansaba el reloj despertador. Esa cosa seguía sonando, taladrando sus tímpanos.
/ No soy ningún jodido debilucho ¡Maldición!/
Se lanzó con todas sus fuerzas contra el mueble, golpeándose en el proceso. Para darle un golpe al aparato tal, que lo rompió.
─ Tsk, ahora debo mandar a comprar otra de estas porquerías.
Se quejó y por fin, irguiéndose se obligó entre molestias a tomar un frasco naranja unas pastillas blancas que tomo sin agua ni haber desayunado nada primero. Por fin con esto, se obligó a avanzar hasta llegar a su regadera, donde se metió bajo el chorro de agua MUY caliente sin inmutarse, para aminorar las molestias. Lo que sin duda alguna le ayudo bastante.
YYY
Ya luego de su ducha, y de haberse vestido con un short negro con gris bastante holgado, una playera sin manga blanca sobre la cual tenía una sudadera color vino. Puso música instrumental muy ruda para ponerse a estirar, tras terminar esto se subió a una bicicleta fija donde pedaleo como si no hubiera un mañana. Bajo de ella para por fin, ir a la cocina a prepararse un batido nutritivo con polvos, atún, huevos, espinacas y demás cosas poco agradables. Se tomó de esa cosa espesa todo lo que hizo en la licuadora, como si no sintiera el sabor. Se sentó en la silla alta del desayunador de su cocina a tomarse con calma su desagradable comida. Miró un reloj de pared circular negro con blanco que estaba arriba de donde él estaba sentado, solo para notar que ya tenía que apresurarse. Sacó un bolso negro donde la gente guarda sus cosas para ir a hacer deporte y en este; metió ropa, llaves, cartera, desodorante, toallas, etc. Con este listo, salió de su pequeño departamento para cerrarlo con llave. Se fue no corriendo, sino trotando con el peso a su espalda todo el camino.
YYY
Ya por fin había llegado a ese lugar que tanto representaba para él. Ese enorme edificio con imágenes de All Might en sus épocas de juventud y gloria alzando su dedo pulgar. Era de color azul marino casi todo solo que casi llegando al final de la extensión de la pared, había una rayita blanca delgada que luego, dejaba otra azul igual delgadita y terminar la pared un rojo brillante. Tenía muchos ventanales enormes.
Ese edificio que representaba su más grande sueño y actualmente, era donde por fin estaba a punto de cumplirlo. Se sintió satisfecho cuando desde dentro, alcanzó a ver una luz blanca encendida, porque todo lo demás estaba en obscuridad. Eran las 4:30 a.m. Era lógico que los demás comenzaran a llegar hasta las 6 a.m.
Se paró delante de la puerta para abrirla con una llave que tenía en su llavero en uno de los cierres de su bolso. Cuando por fin lo hizo, ahí estaba en los lockers el estúpido de su asistente. Quien tembló como el puto miedoso mierdero que era cuando lo escuchó cerrar la puerta detrás de sí.
─B-buenos días B-Bakugo-san...
Aparte de lucir como un retrasado que no sabía ni hablar, le desesperaba al más alto que no pudiera dejar de temblar y de sonreírle amigablemente como si fueran amigos o algo. Katsuki era demasiado genial como para siquiera hablarle a ese simple desperdicio de oxígeno. Cuando vio, el menor ya tenía listos sus zapatos y las vendas, cintas que suele ponerle en las manos para que entrene sin lastimarse. En silencio e ignorando el saludo, el rubio cenizo estira sus manos, con los dedos extendidos. Como de costumbre el chico con complejo de gelatina, comenzó a acomodar las vendas en los brazos contrarios. El de cabello extravagante se acerca para ponerle los zapatos y fue en ese lapso de tiempo que los ojos escarlatas le taladraron con la mirada.
¡El grandioso Bakugo Katsuki no merecía menos que la jodida perfección!
Molesto el rubio, tomó del cuello de la ropa al estúpido ese. Ya teniendo su rostro tan cerca que pueden compartir el aliento, se decidió a hablarle.
─ ¿Se puede saber porque mierda no puedes hacer bien tu puñetero trabajo?
Ese tono amenazante le erizaba cada uno de los vellos del cuerpo al pobre pecoso que le observaba con sus ojos verdes llenos de pánico.
─ ¿Hi-hice ...algo mal...Bakugo-san?
Ese tipo de mierda ni siquiera servía para hablar como un adulto, por dios. Con su nula paciencia habitual, tomo de la parte de atrás del cuello de su pobre asistente, a quien lanzó con toda su fuerza contra el piso, haciéndolo dar de bruces con sus zapatos.
─ ¡Míralos bien, estúpido Deku!
Luego de aquel grito, Izuku analizó el calzado delante de él, descubriendo que no les había limpiado bien.
/ ¡Oh dios, no por favor! ¿Por qué siempre soy tan inútil?/
─ ¡L-lo siento! ¡Volv-veré a limpiarlos, s-se lo prometo!
─ ¡Obvio que lo harás maldito inútil! ¡Usaras tu estúpida lengua por ser un bueno para nada!
En su ira, el cenizo efectivamente, le metió la punta de los zapatos a Izuku. Obligando que este abriera la boca. Esto era casi todos los días, casi siempre el pobre Midoriya se equivocaba en algo, ganándose una reprimenda. El rubio no era consciente del coste que a la larga tendrá todo esto tanto para él, como para Izuku.
YYY
¿Qué tal si vemos la aparición de Kirishima? Lo comenzaremos a saber en el próximo capítulo 2. Pese a todo, un sitio cálido.
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Toxicidad en el ring [Katsudeku]
RomanceLa euforia de poder ganarle a un rival en el ring, se comparaba mucho a lo que sentía cuando heria ese rostro pecoso, simplemente por el placer de saber que únicamente él podía dejar así a Midoriya, tanto en el ring como en la cama, el sufrimiento d...