Toxicidad en el ring [Katsudeku]

Prologo

Hola soy nueva en este fandom, pero no pude evitar quedar enamorada de esta pareja y bueno, se me ocurrió una historia luego de ver el video de una de mis canciones favoritas. Ojala les guste mucho.

Como siempre los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.

Disfrútenlo

YYY

El sabor desagradable del químico limpiador, la evidente falta de aire que le apretujaba los pulmones, el escozor de sus ojos, el penetrante aroma a químico quemándole las fosas nasales, su piel del rostro arrugada y lastimada por los choques constantes bajo el agua, el ardor de cada tirón de cabello; que estaba seguro terminaría perdiendo algo de nuevo. Nada de eso se comparaba con el dolor emocional directo a su corazón y autoestima que este trato, al que debería sentirse acostumbrado, le proporcionaba. Posiblemente lo empeoraba el simple hecho de que alguien a quien admiraba, fuese el responsable de semejante atropello a su persona.

En uno de los tirones, su agresor por fin lo levanto del cabello, lo suficiente para alejarlo del frio concreto donde estaba su tembloroso cuerpo semi recostado boca abajo. Su atacante lo alzó solo lo suficiente para tener cerca el rostro contrario y una vez fue de este modo, puso sus labios peligrosamente cerca de la oreja ajena.

─ ¡Espero que con esto aprendas la lección, Deku de mierda!

Tras decir aquello, la mano ruda y fuerte que le tenía atrapado, soltó bruscamente el agarre, provocando que el chico en el piso se diera un azoton duro contra el suelo debajo de él.

No podía dejar de temblar cual conejito asustado, sin moverse un musculo de su posición. Antes de irse, el sujeto que lo estaba torturando, le dio una última mirada a su patética existencia sin una pizca de arrepentimiento, antes de tomar sus cosas e irse tranquilamente del lugar.

Estaban delante de los casilleros donde cada uno guardaba su cambio de ropa y pertenencias, dentro de los vestidores. Los cuales eran de color azul con unas líneas delgadas blancas y otras rojas, ya cerca del final.

Izuku Midoriya, estaba ahí tirado, todavía en la misma posición en la que el rubio salvaje y atractivo lo dejo. Estaba ahí, temblando delante de la cubeta de agua con cloro y otros productos, que había estado usando para limpiar el casillero del rubio. En el que, lamentablemente no notó que no limpio bien una mancha, provocando el castigo de ese día. En el que luego de derribarlo en el suelo, lo agarro del cabello para zambullirlo una y otra vez dentro del agua con cloro. Todos los días; el pequeño chico de cabello negro con las puntas verdes, pecas hermosas que espolvoreaban sus mejillas, ojos verdes enormes y profundos, delgadito y menudito; era víctima de su jefe, el atractivo y agresivo: Katsuki Bakugo.

Era un rubio cenizo con el cabello tan explosivo como el mismo temperamento de Katsuki, ojos rojos escarlatas, quien aparte de una tez ligeramente más acaramelada que la mayoría  (en la cual tenia regados algunos tatuajes todos en  negro), poseía una altura envidiable y un cuerpo escultural; producto del ejercicio al que se sometía, debido a sus fuertes entrenamientos. Era sin duda la fantasía de muchos y muchas. Sin embargo, por su lengua afilada y violenta actitud, rara la vez tenía parejas sentimentales y no tenía muchos amigos.

Katsuki era la admiración de Midoriya a pesar de los maltratos, porque a diferencia de él, el rubio tenía todas las oportunidades para poder llegar tan alto como el mejor boxeador de todos: Yagi Toshinori, conocido profesionalmente como "All Might".

Ese hombre definitivamente era la adoración de muchos boxeadores, porque se decía que no hubo mejor boxeador en la vida, actualmente el hombre estaba retirado y era dueño de un gimnasio donde entrenaban personas muy calificadas. Midoriya le admiraba y deseaba ser como él algún día, un grandioso boxeador. De hecho, Katsuki e Izuku, ambos estaban en los vestidores del gimnasio del grandioso "All Might" y entrenaban ahí. Bueno Bakugo era una estrella pese a ser algo novato, en eso del boxeo. Tenía un brillante futuro por delante, mientras que a Izuku lo invito a trabajar como asistente su amiga: Uraraka Ochako.

Midoriya nunca supo que terminaría trabajando para el hombre más temperamental. Uno al que sin duda alguna, admiraba con devoción. Se conocían apenas hacia un año, y pese a todas las razones que existieran para que le odiase y tuviera miedo; existían en su opinión, el doble por el cual debería admirarlo. Deseaba tanto ser como el rubio. Lamentablemente, este no lo miraba más que como una simple piedra en el camino, una terriblemente molesta que le sacaba las casillas por "inútil".

Con pesar, el pobre Izuku se levantó con mucha dificultad, todo mojado y con el cabello pegado. Sabiéndose solo (porque Katsuki lo hacía esperarlo todo el rato que entrenaba y él era siempre el primero en llegar y el ultimo en irse), con calma se quitó la ropa sucia y se metió a duras penas, al chorro de agua caliente cuando esta hizo contacto con su piel herida, sintió un ligero pinchazo pero no se quitó porque parecía que el agua aparte de limpiarle, igualmente le relajaba los músculos. Ya estando solo, el peliverde se dio permiso de drenar la frustración del día de hoy, sobre todo cuando notó los nuevos hematomas en su piel. Con fuerza que no sabe de dónde sacó, golpeó la pared repetidamente, e igualmente grito, para posteriormente soltar furiosas lágrimas que corrían cual riachuelos por sus mejillas; el estúpido y tembloso chico lo había vuelto a hacer, a no hacer bien su trabajo para ganarse un castigo de un hombre al que nunca se atreve a enfrentar, ni tampoco contradecir. Al hombre al que quiere que deje de verlo como basura, pero en su corazón, Izuku Midoriya se decía a si mismo que si recibía aquel trato de una persona que admiraba era porque realmente, no había nada interesante en su persona. Porque, todos ellos tenían razón y no era más una escoria más.

YYY

Sabiendo cómo están las cosas ¿Qué tal si conocemos un poco a Katsuki? Lo comenzaremos a saber en el próximo capítulo 1. Un día en la vida de Katsuki Bakugo.