"Soukoku"
El padre de Atsushi se había ya ido de la casa de Dazai, yo aún seguía en shock por las palabras de aquel castaño, deje mi taza de chocolate y la galleta que comía en ese momento a un lado, poniéndome en pie me acerque hasta donde se encontraba mi amigo.
—¿Qué diablos fue eso? —pregunte molesto.
—No sabía que eran pareja —murmuro el albino— muchas felicidades.
—¡Él y yo no somos nada! —grite.
—Atsushi, llevamos muchos años siendo amigos, tanto así que aprendí a conocer a tu papá y estoy seguro que él le haría la vida imposible a Chuuya si no le decía algo que le convenciera —pronuncio como si nada.
—Yo puedo defenderme solo —pronuncie molesto.
—Eso lo sé, pero el padre de Atsushi no es como Akutagawa, ese señor es cosa seria —dijo en lo que pasaba uno de sus brazos por mis hombros para así acercarme a el— además... yo quiero ser tu novio —susurro en mi oído.
—¡No me jodas! —pronuncie molesto en lo que le propinaba un golpe en el estómago y me iba al baño.
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Ver a Chuuya correr al baño con su cara totalmente roja me causo risa, el aún seguía siendo algo tímido a pesar de esa tonta mascara de niño malo que ahora usaba, me volví a sentar en mi lugar para terminar de comer.
—¿Enserio eres novio de Nakahara? —pregunto el albino.
—Claro que no, deberías de saberlo —respondí burlón.
—Yo si decía —suspiro— pensé que le eras infiel a tu novia Naomi.
—Ya no somos novios —solté en un suspiro.
—¿Por qué? —dijo algo sorprendido— ¿Cuándo terminaron?
—Desde las vacaciones —respondí— era lo mejor, a ella le gusta otro chico y yo perdí mi interés en ella —confesé.
—¿Por qué tienes relaciones tan inestables? —pregunto.
—Esa es la vida de un mujeriego —dijo Chuuya en lo que se adentraba de nuevo en la sala.
—Tal vez solo no he encontrado a la indicada —pronuncie en lo que miraba fijamente aquel rojizo.
—¿Tú tienes novia? —pregunto el albino a Chuuya.
—No —respondió.
—¿Pero has tenido pareja? —volvió a cuestionar.
—Sí, pero todo termina muy rápido —murmuro—, es mi culpa que nadie quiera quedarse lo suficiente conmigo.
Antes de que Atsushi preguntara algo de nuevo, me puse de pie para así estirarme un poco— es mejor ir a descasar —propuse.
—¿Cómo dormiremos? —pregunto Chuuya.
—Atsushi en el cuarto de invitados y tu conmigo —respondí sin más.
—Me parece lo mejor —pronuncio Atsushi en lo que se dirigía a la habitación asignada.
—¿Seguro que quieres dormir conmigo? —pregunto el rojizo— yo puedo dormir en el sofá, no hay problema.
—Te quedaras conmigo y punto —ordene.
Tomándolo de la mano lo lleve a mi habitación, allí acomode la cama y fui a lavarme los dientes, en bien estuve listo me acosté en mi lado en lo que esperaba al pelirrojo el cual llego casi enseguida, cerrando la puerta de la habitación se acomodó a mi lado, donde yo sin pensarlo dos veces lo abrace y lo apegue a mi cuerpo.
—¿Qué crees que haces? —murmuro algo molesto.
—Solo descansar —respondí en lo que cerraba mis ojos.
—No tienes que abrazarme para hacerlo —pronuncio, pero en ningún momento hizo algo para alejarse de mí.
—Pero así dormíamos cuando éramos pequeños —murmure— solo duerme —sin decir nada más deje un beso en su frente y me dedique a dormir.
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Dormí como hacía mucho no lo hacía en los brazos de Dazai, la calidez que el transmitía era tan relajante, pero el despertar no fue tan lindo ya que un albino sin previo aviso termino encima de nosotros.
—Buenos días chicos —pronuncio en lo que se acomodaba en el medio de los dos.
—¿Qué diablos pasa contigo? —pregunte molesto.
—Perdón, pero me sentía muy solo en la habitación de al lado —respondió— además ya hice el desayuno.
—¿Qué hiciste? —pregunto el castaño algo adormilado.
—Hice panqueques, chocolate y algo de fruta picada —dijo en lo que se levantaba de nuevo— ¿Vamos?
—Está bien, suena rico el desayuno —murmuro Dazai levantándose— vamos Chuuya —pronuncio en lo que acariciaba mi cabello.
—Ya les alcanzo —murmure.
En bien ellos se fueron me levante y desperece un poco, me adentre al baño lave un poco mi cara y peine mi cabello, me dirigí al comedor encontrando allí a ese par riendo como locos, con cuidado me ubique en mi lugar y les mire con curiosidad.
—¿Qué pasa? —pregunte en lo que tomaba mi taza de chocolate para darle un sorbo, pero antes de poder hacerlo Dazai me quito la taza de mis manos.
—Es mejor que no lo pruebes —dijo—, Atsushi confundió el azúcar con la sal.
—Entiendo —murmure tomando mejor el plato de fruta.
Dazai se llevó aquellos chocolates y mejor trajo jugo de naranja para así tener que tomar, entre risas de esos dos desayunamos, la verdad no le tenía tanta confianza a ese albino por lo que prefería no involucrarme en sus conversaciones. Al medio día Atsushi se fue dejándonos de nuevo solos, durante la tarde terminamos de hacer el trabajo de literatura, al estar ya completo en su totalidad, pedimos algo de pizza.
—¿Odias a mis amigos? —pregunto de repente aquel castaño.
—No —respondí en lo que le daba un mordisco a mi rebanada de pizza.
—Entonces, ¿Por qué no te llevas con ellos? —cuestiono de nuevo.
Dando un suspiro miré a Dazai fijamente —no confió en la gente —le confesé— para mi es difícil hacerlo, aparte de ti, solo hay como tres personas más con las que me siento seguro, todos los demás me dan miedo.
—¿Por eso siempre estas a la defensiva? —su mirada demostraba curiosidad, pero su voz preocupación.
—Es la mejor barrera que tengo para que no se me acerquen mucho —murmure.
Dazai no dijo nada más, solo se dedicó a terminar su pizza en lo que miraba la televisión, sabía que vivir con miedo no estaba bien, pero a pesar de todas las sesiones psicológicas, eso era algo que no pudieron curar, por eso preferí simplemente no involucrarme mucho con las personas.
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