"Shin Soukoku"
Con ayuda de Atsushi habíamos podido terminar el trabajo que nos había dejado el profesor Oda, la verdad hubiera querido hacerlo con Dazai, pero para mí mala suerte el profesor escogió los equipos de trabajo y así trabajaremos el resto del curso. Esa mañana me alisté y me dirigí a la casa de mi amigo para así irnos a estudiar, pero antes de si quiera tocar la puerta ese estúpido pelirrojo abrió.
—Akutagawa, que sorpresa verte —pronuncio en forma de burla, en lo que pasaba a un lado mío para tomar camino a la escuela.
—¿Esta Dazai? —pregunte seriamente, ese chico en verdad me molestaba.
—Aquí estoy —respondió el castaño en lo que salía de la casa y se aseguraba de dejarla bien cerrada.
—¿Qué hacia Nakahara en tu casa? —cuestione.
—Se quedó el fin de semana, ya sabes debíamos hacer ese trabajo que Oda dejo —respondió—, por cierto, Akutagawa, quiero que dejes de hablar mal de Chuuya con otras personas —pidió de manera seria, causado en mí una mueca de fastidio.
—Solo dije la verdad —suspire—, no veo cual es problema.
—El problema es que Chuuya es mi amigo, y no le voy a dejar de hablar solo porque te cae mal, así que es mejor dejar las cosas así ¿entendido? —pronuncia de manera molesta dejándome atrás, para ir al lado del rojizo.
Ese día Dazai estuvo algo alejado de mi lado, era muy poco lo que me hablaba y eso en verdad me hacía sentir muy mal, por lo que sin decir nada a la hora de descanso me aparté de ellos, me fui caminando a la parte de atrás de la escuela donde sin pensarlo deje salir esas lágrimas de tristeza que me causaba la indiferencia de Dazai hacia mí.
—Por fin te encuentro —escuche a un lado mío—, ¿Qué haces aquí?
—Que te importa, porque no solo te vas —le pedí.
—¿Qué diablos te hice? —pregunto en lo que se sentaba a mi lado.
—Desde que apareciste, Dazai ni me determina, ahora está molesto por decirle la verdad al padre de Atsushi con respecto a ti —respondí de manera seria.
—Con Osamu nos conocemos hace nueve años, es en la única persona en la que verdad confió —pronuncio—, sé que soy algo rebelde, pero eso no me hace malo —suspiro—, la verdad solo trato de protegerme.
—¿Protegerte de qué? —pregunte curioso.
—Bueno, cuando cumplí ocho años mi padre abuso de mi —respondió—, después de varias visitas al psicólogo, por fin pude volver a mi vida normal y esta personalidad que tanto odias se hizo presente.
—Eso debió ser horrible —murmure.
—Lo fue, y lo peor de todo es que gracias a eso yo soy incapaz de amar a alguien —sonrió levemente—, ¿Qué hay de ti? ¿Por qué te afecta tanto el cómo Osamu te trata?
—Bueno, mi madre siempre me ha sobre protegido, desde pequeño he sido algo enfermizo y eso generaba que no me dejaran salir de casa —suspiré—, el día que Dazai se fue a vivir a la casa del lado, el me hablo y desde entonces nos empezamos a llevar, de alguna manera él logro persuadir a mi madre para que me dejara venir a la escuela.
—Sí, ese es Osamu —murmuro—, no pretendo dañar su amistad, yo me fui por mucho tiempo de su lado, así que puedo alejarme de él, así no tendrás ningún problema —poniéndose en pie sacudió su uniforme—, explícale lo que, en realidad pasa, yo me encargo del resto.
—Espera, ¿Cómo puedes hacer eso? Dijiste que él era el único amigo que tenías, ¿acaso me mentiste? —cuestione de manera seria.
—Nunca mentiría con algo como eso, el siempre será mi mejor amigo —sonrió con dulzura—, pero no quiero seguir interfiriendo entre ustedes.