Aquel día me había tenido que ir con el profesor Oda a clase, ya que se le había ocurrido la idea de enviar a Dazai detrás del imbécil de Nakahara, ese niñito ya me tenía arto, todo se tenía que hacer como el dijera, en verdad que no lo soporto. Lo peor del caso es que a mi amigo le sigue el juego y el otro no deja de pegársele como una garrapata.
—¿Qué hicieron en la clase del profesor Oda? —pregunto el castaño.
—Nos explicó algo sobre la literatura moderna —respondió Atsushi en lo que le entregaba el cuaderno de apuntes a Dazai.
—¿Por qué se demoraron tanto? —me atreví a preguntar.
—Eso... bueno, yo quería comer un poco de pan dulce y bueno terminamos en una cafetería —respondió mi amigo
—¿Tu? —volví a cuestionar.
—Si yo, vamos pon cuidado cuando te hablo —pronuncio en un leve puchero.
—Si claro —murmure.
La siguiente clase dio inicio, supe que ya los profesores que hacían falta habían llegado, lo que quería decir que el de matemáticas hoy se presentaría, al salón ingreso un tipo rubio de lentes, se veía demasiado serio y tal vez algo gruñón.
—Buenos Días —saludo el profesor— soy su nuevo profesor de matemáticas, me llamo Kunikida Doppo.
—¡Buenos Días! —saludamos todos.
—Tú el chico pelirrojo del fondo, puedes pasar al frente —pronuncio en lo que señalaba a Nakahara cosa que me causo una risita.
—Si señor —dio un leve suspiro y se acercó al profesor.
—Quiero ver el nivel en el que están, así que escribiré un ejercicio en la repisa y tú la respondes, claro si la sabes —pronuncio el profesor en lo que empezó a escribir.
Pude notar la tensión que tenía aquel pelirrojo, el profesor le entrego la tiza y este tomándola miro el ejercicio, la verdad era una operación difícil, ni yo sabía cómo solucionarla y eso que las matemáticas se me daban muy bien,
—Si no sabes no hay problema —pronuncio el profesor.
—No es eso —respondió— ¿debo hacer toda la operación o solo puedo poner el resultado? —pregunto.
—Con el procedimiento —respondió el profesor.
—Está muy fácil —murmuro Dazai en lo que me mostraba su cuaderno.
—¿Cómo? Yo no sé qué está haciendo Nakahara —murmuro Atsushi en lo que le quitaba el cuaderno a Dazai.
—Solo es cuestión de despejar y resolver primero lo de los paréntesis —respondió el castaño, con ese tono de obviedad.
—Listo —pronuncio el pelirrojo.
—Muy bien joven Nakahara, espero sus otros compañeros sean igual de listos a ti —adulo el rubio— puedes volver a tu haciendo.
—Gracias —sin más aquel rojizo volvió a su lugar.
—Joven Dazai podría pasar ahora usted —pidió el profesor y este se puso en pie.
—Por supuesto profesor Kunikida —respondió este en lo que iba al frente.
Al igual que el ejercicio anterior ese fue difícil de resolver, para mí, porque al parecer para esos dos fue lo más sencillo del mundo, la única diferencia es que Dazai hizo el procedimiento y Nakahara solo puso el resultado, cosa que sorprendió Atsushi y claro a mí, cuando confirmamos que el resultado final era el mismo.
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