PUERTAS DE PAR EN PAR .II.

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Transcurridas las semanas la cercanía con Tatiana la profesora era más notoria y más comoda, ya era costumbre el encontrarla en los vestidores y saborear esos labios candentes que me dejaban a fuego.
Aún no llegaba a mis brazos aún no tenía lo que queria, ella siempre tentandome pero no llegaba al siguiente paso, es más de mi cabeza no salía por el solo hecho de tener las ansias de poseerla.
Encaprichada se me pasaban lentos los días pensando en como llevarla a la cama, no entendía por qué aún no conseguía mi capricho si ella estaba dispuesta para mi, creo que solo faltaba desicion y seguridad así que me dispuse a aclara eso y ponerle una fecha a todo esto que ya se me salía de las manos, la deseaba demasiado para seguir esperando.

Después de terminada la clase en vestidores nos quedamos a solas y ya no di más de incertidumbre así que me arme de valentía y autoridad y le pregunté tajante cuando concretariamos lo esperando, estaba demás decirle que moría de ganas de sentir su cuerpo junto al mio, ella ya experta en el tema sabía que era el momento así que me pidió la esperara afuera junto a su vehículo.
Salió cautelosa de no quedar en evidencia de sus intenciones conmigo y subió a el auto abriendo la puerta de el copiloto, subí sin preguntar dónde iriamos y solo deje que las cosas se dieran para tener lo que quería. Luego de unos minutos de viaje estábamos en la puerta de su casa, aún que los nervios me inundaban por qué la verdad no sabía que haría, no tenía tanta experiencia con mujeres, me mentalize en que debía dejar actuar a mis instintos para no fracasar.

En el desván de su casa ya me puse cómoda en un sofá mientras ella buscaba algo en la cocina, creo que sabia que necesitaba valentia para concretar por que llegó con dos vasos de licor los que tomamos de golpe para no sentir nuestras gargantas arder por el alcohol. Sin pensarlo se montó en mi que aún sentada en el sofá, con el basó en la mano intentaba no derramar nada y dejarlo en un esquinero junto a nosotras.

Me deje llevar por su fuego y la sentía mover sus caderas sobre mí y podía ver sus pechos balancearse frente a mi cara no podía evitarlo parecía aturdida por su calor y sin pensarlo quite su polera y dejé salir sus bellos pechos de su bracier, los bese sin culpa alguna y saborie su piel mientras la aprisionaba por la cintura para pegarla hacia mi. Cómo me calentaba está mujer que solo actuaba por instinto, la bese desde el cuello hasta su ombligo que sexy se veía con ese piercing que me invitaba a pecar, se bajo de mis piernas y quedó frente a mi de pie donde podía quitar la ropa que me estorbaba y ver más de esta hermosura que me tenía loca.
Quite su pantalón ruda y fogosa, suavemente acariciando sus glúteos quite esa pantaleta negra de encaje que traía la cual convianaba con su cálida piel trigueña, podia ver su piel erizarce cuando pege mis labios a su entrepierna y comenzaba a saborear el dulce veneno que me mataría una vez mas.
Sabía que me Volaria la cabeza una vez más pero esa calidad luz que entraba a mi cómodo closet me invitaba a salir.
Entre besos caricias una calentura que de lejos se sentía llegamos a su cama desnudas ambas y de la nada esta diosa de el amor me tomaba como cual fruta caída de árboles y se apoderaba de cada parte de mi lamiendo todo a su paso, me retorcía de placer y gemía tan fuerte que está por demás decir que hasta los vecinos lo escucharian, no podía controlarme no dejaba de sentir ese fuego en ningún momento, tanto que cuando entrelazamos nuestras piernas que el roce y el vaiven nos llevó al cielo, los sonidos era una sinfonía de gemidos dulces que por demás me tenían el en séptimo cielo y me dejaron caer en un charco de jugos que no sabía si eran solo míos o de ella, solo sabía que está mujer era el mismo paraíso e infierno a la vez..

Ahí estaba yo denuevo exastua bañada en sudor y con una sonrrisa de oreja a oreja, abrazándola desnuda sientiendo su piel sobre la mía con su cabeza en mi pecho, sintiéndome la weona más afortunada de la tierra por haberla encontrado.

Que ilusa si sabía que estas cosas jamás terminaban bien....

Relatos Entre Sábanas HúmedasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora